Solo por probar, ¿de acuerdo?

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- ¿Qué dices, Mikey? - me río nerviosa, pero el chico frente a mí sigue igual de serio que antes, no pudo haberlo dicho en serio... ¿O sí? No, no, no, estás delirando, Tn... ¿sí estoy delirando?

Mikey acorta la distancia, no puedo despegar mis ojos de los suyos, mis labios se entreabren en contra de mi voluntad. Miro hacia abajo, él espera una respuesta a lo que acaba de decirme, pero yo no la tengo... Levanto la mirada, tomo aire y lo miro fijamente.

- Solo por probar, ¿de acuerdo? - tomo la camiseta de Mikey y obligo a que nuestros labios se toquen, no fui consciente de las consecuencias que ese acto tendría: no podría parar.

Estuvimos un rato peleando con nuestras lenguas, puse mi cuerpo encima del de Mikey y seguimos jugando un poco más. El momento en el que me despego de él llega, me mira juguetón y suelta una risita pícara; le guiño un ojo, sus mejillas están sonrojadas y tiene una sonrisa tonta.

- Podría decir que me encantas, y todavía me quedaría corto. - junto nuestras narices, le sonrío como una niña pequeña a un dulce, lo beso con suavidad y él baja sus manos hasta mi cintura.

- ¿Te encanto? Dilo... - le susurro al oído, noto cómo se estremece su cuerpo debajo mío, en este momento es el sumiso entre nosotros y a mí me encanta dominarlo; pero él tiene sus ratos donde me somete y yo lo sigo.

- M-me... - pestañeo suavemente, el aleteo de mis pestañas lo pierde, traga saliva con dificultad y pone sus manos en su cara como un niño pequeño cuando está muy avergonzado - ¡No puedo, no puedo decirlo, Tn-chin!

- ¡Así nunca tendrás novia, Mikey! - me bajo de él y lo veo rodar por la cama de lado a lado, no puedo dejar de reír, el rubio se sienta e infla sus mejillas mirando hacia otro lado.

- No quiero ninguna novia que no seas tú, Tn. - las palabras de Mikey me tomaron por sorpresa, me esperaba cualquier cosa menos eso. Si bien debo responder algo, no puedo pronunciar palabra a su declaración - Ah... ¡Qué hambre!

Se baja de la cama y se dirige hacia la puerta, se da la vuelta y me guiña un ojo antes de salir del todo de la habitación; sentada en la cama, me quedé pensando en nuestra escena de hace unos momentos... ¿Le gusto a Mikey? ¿Él me gusta a mí? Quizás lo que dijo no iba en serio, pero no puedo evitar pensar que siento algo más fuerte de lo que pensaba por él.

- ¿Mikey...? - toco mis labios, recuerdo el cuerpo del chico estremecerse bajo el mío, siento el calor invadir mi cara sin ningún aviso de antelación.

Me tiro sobre la cama, abrazo mi almohada, los labios de Mikey eran tan dulces... Debe ser por el dorayaki que le di para que se calmara por lo que pasó con Pah, en el fondo, rezo para que no me pregunte por lo de Takemichi, yo no sabría qué responderle. No oigo que suba, debió haberse quedado abajo viendo qué puede comer, a mi padre no le gustan las cosas dulces así que no solemos comprar; pero últimamente hay un cajón exclusivo de caramelos para Mikey, así deja de quejarse un rato.

- ¡Volví! - su alegría venía acompañada de una bolsa de papas, imagino que se habrá comido más de la mitad con un solo bocado, ¿le gustan los refrigerios? Sí, pero se los come demasiado rápido, sin importarle si alguien más quiere o no - ¿Quieres una?

- No. - me di la vuelta en la cama, dándole la espalda, no podía verlo a la cara sin morirme de la vergüenza y es algo que él sabía... O quizás no lo sabía, pero tampoco quiero darle explicaciones de por qué no puedo verle la cara sin morir de vergüenza en el intento.

La chica de la ToMan {Manjiro Sano/Mikey X Tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora