La Otra Mujer
Capítulo 1:
“Descubrimiento”
Lo recordaba casi como si hubiera pasado ayer. Era una tarde calurosa en nuestra casa de verano en Californa. En casa el teléfono sonaba, bajé las escaleras de prisa para adelantarme a una de las sirvientas que se dirigía a contestar el teléfono. “Residencia Spencer…- dije yo.-Si, es mi padre. ¿cómo pasó?....Voy para allá en seguida”. Fue lo último que dije antes de salir corriendo de casa tras dejar la bocina del teléfono descolgada.
Esa tarde cambió mi vida. Mi padre, el brillante Banquero Darien Spencer había muerto de un infarto. Fue rápido según dijeron los doctores, aún así después de dos semanas de ocurrido no había podido sobreponerme a que mi padre ya no estaría ahí para mí.
Aun cuando Darien Spencer había sido un gran padre había habido muchas cosas que jamás pude comprender de él; entre ellas sus constantes viajes a Japón por temporadas enteras sin que nadie pudiera localizarlo, sus constantes peleas con mi madre de las que jamás supe la causa y ese halo de misterio que siempre envolvía su mirada celeste.
Todo se había vuelto aún más extraño cuando el tío Andrew apareció un día en la sala para explicar la última voluntad de mi padre. Casi nos quedamos boquiabiertas mi madre y yo cuando nos enteramos que ésta consistían en que el tío Andrew debía llevar las cenizas de mi padre a Japón y las depositara en un cementerio sintoísta, ¿lo más extraño? Solo debía ir el tío Andrew y mi padre jamás comulgó con el sintoísmo.
Mi madre se puso furiosa y se negó rotundamente a ello corriendo al tío Andrew, el por su parte le comunicó a mamá que mientras ésta voluntad no fuese cumplida él, su abogado personal jamás daría lectura al testamento a lo que mi madre se enfureció aún más gritándole que eso jamás pasaría y que papá sería enterrado en el mausoleo de la familia como todos los Spencer.
A mi esto último me aumentó la curiosidad, por lo que opté por entrar un día a escondidas al estudio de mi padre, a simple vista no pude encontrar nada, pero me topé con un cajón en su escritorio que estaba sellado bajo llave, aún así después de muchos intentos fallidos solo pude encontrar una tarjeta de presentación de “Rei Hino” que decía “Editorial Fénix” con el domicilio y teléfono de ésta.
Tomé lo más que encontré en Efectivo en el estudio de mi padre, su computadora portátil y esa tarjeta que encontré en ese cajón. Algo importante debía de encontrar con “Rei Hino” que me ayudara a comprender qué había pasado por la cabeza de mi padre.
Hice maletas y dejé una nota en la habitación de mi madre “Saldré de viaje, estoy bien” Fue lo único que acaté a escribir. No sabía por qué, pero algo me decía que mi padre debía hacer ese viaje conmigo, no dudé y tomé la urna de mi padre antes de ir al aeropuerto a conseguir el vuelo más próximo a Japón.
Durante el viaje me imaginé mil veces como conseguiría investigar lo que necesitaba, ¿le preguntaría directamente a Rei Hino quién era y qué relación tenía con mi padre? No, eso no. Necesitaba saber a la perfección por mí misma qué relación había tenido con él, así que me haría pasar por una recomendada suya como interna en su editorial, sería la escusa perfecta para involucrarme en su mundo.
Al llegar a Tokio conseguí un taxi que me llevara a un hotel. Al estar en mi habitación encendí mi computadora para fabricar la “carta de recomendación” Afortunadamente si alguien sabía falsificar la firma de Darien Spencer era yo, no en balde pasé toda mi infancia y adolescencia firmando justificantes y exámenes reprobados, cuando terminé mi carta me recosté a dormir un poco. Había sido un viaje demasiado pesado.
ESTÁS LEYENDO
La otra mujer
Fanfiction¿cómo puede una persona a la que no conoces cambiar tu vida? ¿qué hay detrás de su mirada amatista? ¿qué es lo que tiene que decir "La otra mujer"?