capitulo 6

4 0 0
                                    

La otra mujer
Capitulo 6
"El día que te conocí"

Hoy fue un día sorprendente. Creo que por primera vez desde que llegué a Japón me he divertido como nunca, todo gracias a una persona muy especial. Motoki Hansford.
Comencé mi día como todos los demás. Sacando copias fotostáticas en Editorial Fénix. Al parecer me había ganado un poco de compasión de parte de Raymond después de ayudarlo con aquel grupo de franceses.
No tuve mucho trabajo ese día por lo que me pude escabullir al archivo de Editorial fénix. El lugar era fascinante. Contaban con un sinfín de títulos que la empresa había impreso. Me dispuse a tomar uno de los libros de los estantes cuando una voz a mis espaldas me hizo temblar.
-    No se supone que debería estar aquí. Señorita.-me regaña una voz masculina en tono grave
-    Lo lamento mucho. Señor. Es que me dio mucha curiosidad y…-me dí media vuelta dándome cuenta que se trataba de un joven rubio de perfectos ojos azules.
-    Jajaja. Descuida. No diré nada.- me dijo aquél chico bastante divertido.
-    ¡eres un grosero!-Exploto yo.- ¿cómo me asustas de esa manera?
-    Lo siento si la asusté señorita.-Se disculpa él.-a veces bromeo muy pesado.
-    si. Ya me di cuenta.-Me quejo.
-    Empecemos de nuevo. ¿Quiere? Mi nombre es Motoki Hansford. ¿Y el suyo?
-    Rini Smith.- Respondí recordando aquel nombre falso que me había inventado al llegar a Japón
-    No te había visto por aquí.- Me confronta el rubio.
-    Tengo poco realmente...Soy la chica de las copias...
-    Ahh. Ya veo. ¿Cómo pone mi primo a una chica tan linda encerrada en el cuarto de las copias?
-    ¿tu primo?.-Pregunto bastante sorprendida.
-     Si...Bueno. No de sangre. Pero crecimos juntos. Nuestros padres son grandes amigos y desde pequeños nos hemos visto como familia.
-    ah..ya veo. Entonces.... ¿Eres hijo de Andrew Hansford?-cuestiono.
-    si. El es mi padre.-Responde airoso el guapo rubio.- ¿lo conoces?
-    Muy poco.-mentí- En California lo llegué a ver tratando con el señor Spencer.
-    Ahh si. Mi padre y mi tío han tenido negocios desde hace décadas. Pero cambiemos de tema. ¿Aceptarías ir a comer conmigo?
-    claro...saliendo de aquí yo...
-    no. no. Ahora. Muero de hambre. Vengo llegando de Roma y muero por comer un buen sushi.-Me confiesa él.
-    pero aun no es mi hora de salida y...-Intento explicar.
-    Pero nada. Anda, ven conmigo; No creo que Editorial Fénix se detenga solo por que la chica de las copias no está aquí y más tarde yo mismo le explicaré a mi primo que te secuestré. ¿Quieres?
-    Si...Muero por comer un buen sushi también.

Motoki y yo salimos de la editorial. Me llevó a un restaurante fascinante. Imagino que era bastante costoso por que podía verse el esmero
con el que la comida había sido preparada y el excelente trato. Ambos comimos amenamente y charlamos de muchas cosas. Descubrí que Motoki
Se encarga de viajar por el mundo buscando buenas obras para publicaras y por ellas, Editorial Fénix le daba un buen porcentaje cuando éstas
Triunfaban. Para su buena suerte tenía buen ojo para elegir Best Sellers.
No supimos cuando se nos hizo de noche. Sin darnos cuenta eran las nueve de la noche y Motoki se ofreció a llevarme a la casa de los Spencer. Al llegar Encontramos en la sala a Rei y a Raymond. La madura mujer relajó su ceño cuando nos vio entrar por la puerta. Raymond por otra parte se vio
Bastante molesto al ver que llegamos.

-    Buenas noches. Tía, Ray.-Saludó educado Motoki haciendo Reverencia a ambos pelinegros.
-    Motoki. Hijo.-Caminó la guapa Señora Spencer a abrazar al joven rubio y besar su mejilla.- ¿cuándo llegaste de Roma?
-    Hoy mismo. Tía.-Informa el rubio.-Fui a la editorial a hablar con Ray. Pero tenía una junta y preferí volver más tarde.
-    Bueno. -Interviene Raymond bastante serio.- Yo me retiro. Me alegra verte. Primo. Ve mañana a la editorial y Rini...
-    ¿si?-Respondo.
-    Si mañana te interesa ir a la editorial consigue tus propios medios para llegar. He visto que puedes volver sin mi ayuda a casa. Imagino que podrás llegar sola al trabajo.-Lanza molesto el joven de las pupilas moradas.
-    Raymond. No seas grosero.-Regaña la señora Spencer al joven.
-    Nos vemos mañana, Oka asan.-Se despide el alto joven besando la frente de su madre sin prestar atención a su regaño y sale de la casa.
-    No te preocupes. Rini.-Me dice Motoki.-Si lo deseas puedo llevarte a la editorial. Como escuchaste tengo que ir a hablar con Ray y no vivo muy lejos de aquí.
-    Muchas gracias.-Respondo apenada por el mal momento que pasaron todos.
-    Tía.-Llama Motoki.-Te juro que me encantaría quedarme más tiempo a charlar contigo. Pero mamá no me ha visto y ya es tarde. Si se entera que llegué desde medio día se enfurecerá conmigo.
-    Conozco a Makoto de sobra.-Se ríe por lo bajo la mujer de ojos violeta.-Anda. Ve a casa y mañana puedes platicarme de tu viaje. Hay bastantes cosas que quiero preguntarte pero primero lo primero.
-    Gracias tía.- Le dice el alto rubio besando la frente de la pequeña mujer.
-    Da mis saludos a Makoto y dile que no olvide que prometió venir mañana.-Recuerda la elegante mujer.
-    Prometido.-se cuadra el guapo rubio de ojos azules para salir de la casa de Rei. Yo intento escabullirme escaleras arriba en silencio aprovechando la distracción de "la otra Señora Spencer" pero fracaso.
-    Rini. Espera.- Me llama con voz enérgica la imponente mujer.-Necesito hablar contigo. Siéntate un momento. ¿Quieres?
-    Claro...-Respondo temerosa. Esas palabras me hacen recordar a mi padre justo un par de segundos antes de darme la regañada del siglo.- ¿qué sucede?
-    Raymond y yo nos preocupamos bastante cuando nos enteramos que saliste de la Editorial temprano y sin decir a donde ibas.-Explica la mujer.
-    Rei...Yo lo lamento es que...-Intento justificarme.
-    Eres joven, Rini. Yo también tuve tu edad e hice muchas cosas disparatadas. Pero estas en un país extraño, no dominas el idioma y salvo nosotros. Que yo sepa no conoces a nadie más. Nos preocupamos bastante por ti. Raymond Incluso salió de la oficina y te buscó por horas, Preocupado de que algo pudiera ocurrirte.
-    Rei...-es lo único que puedo decir tras sorprenderme de su confesión.
-    Eres libre de hacer lo que quieras. Solo te suplico que nos tomes la atención de avisarnos. Si Mi esposo te ha mandado con nosotros es por que ha confiado esa responsabilidad en nuestras manos...
-    Si, claro...Lo entiendo.-Respondo apenada. Imagino que ni a usted ni a Raymond les gustaría tener problemas con el señor Spencer.
-    Más que eso. Rini.-Me dice ella.-Si Darien y yo tenemos un problema, Lo resolvemos, Para eso somos una familia. Pero si defraudamos la confianza que el ha depositado en nosotros...
-    Señora Spencer...-la llamo yo sintiendo como esas palabras cortaban mi garganta.- ¿cómo se conocieron el Señor Spencer y usted? es que...Habla de él de una forma que...Imagino que su historia es...de cuento.
-    Bueno...no se si fue una historia de cuento. Pero si fue una historia de amor.-Comenta la otra Señora Spencer sin poder evitar que una sonrisa escape de su rostro.-Te contaré...

La otra mujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora