La última vez que hablé sobre ella con alguien fuera de nuestro círculo social en común, recuerdo haber olvidado detalles de nuestra historia, ¿Cómo lo sé? Porque siempre volvia a las letras que nunca pudiste leer y que escribí esperando algún día lo hicieras (asi yo misma te dejase sin la oportunidad de intentarlo siquiera; decidi por ti entonces, ahora reconozco lo egoista de esa decision y de lo mucho que lamente durante lo que me parecio ser una tortuosa y lenta eternidad, resumida en realidad en unos cuantos años), pero no fue así. Pareciera como si el tiempo cuánto más y más pasara, más letras se comiera.
Para ese entonces era incapaz de poder terminar de escribir sobre ti, me sobraban las palabras y me hacian falta, al contrario, papel en el que plasmarlas y que dejaran de habitar tan profunda y dolorosamente dentro de mi pecho. No sabria que aunque parecia imposible parar de hacerlo, eso mismo que tanto sufrimiento me recordaba se convertiria en una forma sutil y, al parecer, efectiva para desintoxicarme de ti.
Hoy, tantos años sin verte ni de saber algo de ti, ya casi no me resta nada que pueda contar sobre ti, tambien ya casi soy capaz de provar el sabor de ponerte punto final, que después de todo al fin parece que rozo con la punta de mis dedos, tal parece que al fin pude superar nuestro casi nada que tuvimos (o que solo yo soñaba). Poco entendia acerca de la (gran) diferencia que existe entre superar a un amor y olvidarse por completo de el. (Lo reconozco fui muy inocente, no sabia que el olvido no existe).
A uno siempre le pasa que cuando no termina de abandonar el recuerdo de alguien porque cree que va a desaparecer y, termina sucediendo de forma gradual, nos invade el miedo a quedarnos sin lo único que es imprescindible en las historias: el recuerdo de lo que si fue, por encima de los que no lo existieron mas alla de la imaginación. No lo negare, ese miedo a dejarte ir me embago de pies a cabeza en una milesima de segundo, para en ese mismo lapso de tiempo se desapareciera de mi cuerpo, golpeando en su lugar , duro pero lento, el alivio, mismo que me invadio para mitigar los estragos que ese tipo de miedo podía causarme. Al tiempo, aparecio también el sentimiento de saber que me arrancaban un pedazo de mi, la sola idea era aterradora, pero entender ahí que solo estaba dejando ir el peso de nuestra historia, una que yo insistia en cargar, ¿por qué?, no lo sé exactamente, y poco o nada eso ya importaba, porque entendi que soltar ese peso no haría que ocurriera milagrosamente un accidente donde tuviera anmesia recolectando solo mis memorias con ella, no haria que tu abandonaras mi mente dejandome sin tus recuerdos. y por fin supe la diferencia entre dejar de amarte y de solo quedarme la cinta de la pelicula con cada uno de mis recuerdos contigo. La idea de saber que nadie jamas la veria en la cartelera de algun cine, no me robó lagrimas de dolor, ya no me quedaban de esas, me robo por otro lado, una de las pocas sonrisas genuinas que probe en mi vida.
Al paso de los años que le siquieron a ese ultimo en que comence solo a verla como a cualquier chica, yo sabía que amigas no seriamos nunca, entender y aceptar aquello para mí, por primera vez, no me aterro una realidad donde ella ya no iba incluida. Aunque si me hubiera gustado poder contarle que salí con otras personas, volví a querer a alguien y casi podía sentir enamorarme otra vez, pero esa palabra pesaba sobre su nombre, y no por no haberla superado, no, en realidad era su recuerdo el que frenaba ante cualquier cosa cuando de amar a alguien se tratase, no por impedir volver a sentir pero la verdad era que aun me generaba inseguridad de atreverme y amar de nuevo, para darme cuenta de que quiza solo supiera como amarla a ella. Unos meses despues resolveria ese miedo y confirmar la mitad de verdad que se escondia entre lineas en esa ultima frase.
Ella si fue la primera mujer con quien aprendi como le gustaba ser amada (y ojalá ella conmigo supiera de todo el amor que merecia recibir). El primer lugar, nadie se lo podría quitar, pero el de la ultima no se lo quedaría. Explorar esas nuevas formas de amar con alguien más fue impresionante. Solo le deseo que ojalá ella no aceptara menos del amor que una vez yo le tuve y que ella logró conocer muy bien (pero sin nunca el valor de tomarlo en verdad). Si aún no lo vives no desesperes, amar bien toma su tiempo, pero siempre llega aunque sea en formas que no vemos tan fácil. Sabrás verlo, te lo prometo.
...
Ayer volví a contar su historia, me comí unas palabras más que la última vez, porque me enamore de ella cuando tenía 14, cuando no creí jamás amar como a ella. Y 16 cuando otra forma en el amor aparecio en mi vida pero no se quedo, ella fue mi mayor punto de comparación, en como amar no es suficiente cuando de construir una relacion se trata. Impusimos record en la categoria de amar reciproco sabiendolo pero, teniendo más excusas que oportunidades. Algunos meses consiguientes cumpli 18; y aunque siento tu historia (la primera) escrita sobre mi piel, y la de ella, sin querer las comparo y sin detenerme a pensar que ha sido horrible porque pronto se instala la esperanza de seguir viviendo otros amores y la idea de seguir aprendiendo a querer a esos amores.
Ya no me cuesta empalmar nuestras piezas sueltas y saber en dónde nos rompimos. Ni cuando me volvi experta en resumir sus historias de mi piel, ni cuando escribía nuevas historias en papel y ya no en mí, como si ellas no fueran importante, lo reconozco, no lo fueron, no lo suficiente aunque espero que para otra si lo haya sido, pero entonces llegaron los 19, y los 20, los 21... y tal vez sigan pasando, y lo único qué sé realmente es que sigues en las historias escritas en mi piel.
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«CON CARIÑO, YO»
RandomLos textos que otros dejan, los sentimientos que se impregnan en aquellas palabras que no difieren entre sí mismas, son laberintos sin fin, el fin de un comienzo o tal vez algo que jamás existió y fue parte de una mentira, una ilusión o un sueño que...