𝙄𝙉𝙀𝙁𝘼𝘽𝙇𝙀 | Will Byers

11

— CAPÍTULO ONCE —
words... longed for (I wish they were real)

~★~

LAURA DEJÓ EL ARMA SOBRE LA MESA, HABÍA PASADO un tiempo desde que se encontraban en la playa, Will parecía empecinado en seguir mejorando su puntería y ella no quería interrumpir su concentración, pero el cansancio la abrumó.

—¿No quieres tomar un descanso? Estamos en la playa —resopló sacándose las zapatillas.

Will volteó la cabeza apenas para poder mirarla, se obligó a relajarse al notar la postura cansada de la niña, dejó el arma y caminó hacia ella, tirándose sobre la arena con la mirada fija en el cielo.
Una cálida sensación bajo por su espalda hasta generarle tranquilidad en todo el cuerpo, la tensión proveniente del entrenamiento se esfumó a paso lento, Laura no dijo una sola palabra por miedo a interrumpir su paz.

En cambio, le lanzó un puñado de arena directo en la cara.

Se incorporó con rapidez viendo a la chica parada frente a él mirarlo con una sonrisa divertida.
Will resopló bajando la guardia, y cuando menos lo esperó la niña, le lanzó un puñado de arena el doble de grande, escuchándola chillar de sorpresa.
Pronto, se convirtió en una guerra de arena que ninguno podía ganar. Las risas y los gritos se escuchaban por toda la playa falsa.

—¡Ven aquí! —las rapidas pisadas del niño perseguían a la niña a través del precioso lugar, dejando un rastro de arena detrás suyo—. ¡No se vale usar tus poderes!

Laura se quejó, pero aún así, no los usó. Corrió lo más rápido que pudo. Suspiró al no sentir sus pasos detrás de ella, supo que había dejado de perseguirla.
Se apoyó en sus rodillas para tomar aire, hacía mucho que no corría.

Gritó al sentir unos brazos rodear su cintura, levantándola del suelo.

—¡Will, bájame! —gritó entre carcajadas, lo que menos esperó fue que pudiera levantarla a pesar de su poca musculatura, el niño no parecía tener mucho problema con ella. Will, en vez de correr sin dirección, fue directo hacia el mar—. ¡No, no, no!

Sus torpes intentos de soltarse fallaron sin importar cuántas patadas diera, Will solo la sostuvo con más fuerza y cuando el agua llegó a la altura de su torso, la soltó, viéndola caer sin previo aviso. Laura salió con rapidez, sacándose el agua de los ojos casi con pánico, escupió medio litro del agua que había tragado y le envió una mirada llena de indignación.

—¡Se me taparon los oídos! —se quejó mirando toda ropa mojada sacudiéndose las manos. Su vista se levantó al escuchar la fuerte risa de Will, el cual estaba inclinado hacia el frente con las manos sobre su estómago.

Sonrió divertida al ver que estaba distraído, y sin perder tiempo, Laura se lanzó encima de él, arrastrándolo hacia el agua.
Will salió de golpe teniendo la misma cara de indignado que ella, y apenas un segundo después, el rostro de la niña se vio azotado por una ráfaga de agua fría. Laura, ofendida, se lo devolvió.
Ahora no era una guerra de arena, ahora era de agua.
Will se cubrió con los brazos cuando Laura pareció enloquecer, la chica movía los brazos como si fueran un ventilador a todo lo que da, temió haberla roto.

—¡Ya! —gritó él, dándole la espalda.

Laura se calmó tomando respiraciones profundas, se sorprendió al sentir los brazos de Will rodearla una vez más poco tiempo después, pero esta vez no era para tirarla ni hacerle guerra.

La estaba abrazando.

—Gracias, necesitaba esto —susurró sobre su cabello.

Tardó un poco en reaccionar, trató de ignorar la repentina aceleración de sus latidos y parpadeó para volver a la realidad. Vaciló antes de envolver la cintura del niño entre sus brazos, las repentinas muestras de afectos siempre la dejaban atónita, mucho más cuando viene de una persona como Will, que no suele ser el tipo de chico que tome la iniciativa para este tipo de cosas.