Epílogo

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Una camioneta con el logo de una pizzería estacionó frente a un grupo de personas. De ellas bajaron Mike, Will, Eleven, Jonathan y Argyle.
Mike inmediatamente corrió hacia su madre mientras que Will fue hacia Dustin y Lucas. Jonathan corrió hasta recibir a Nancy en sus brazos.

-¡El!- Max carcajeó alegremente, recibiendo a la chica eufórica que se lanzó sobre ella. -¿Estás bien?

-Estoy bien, ¿y tú?- Eleven tomó el rostro de Max entre sus manos, verificando que no tuviera ninguna herida.

-¡Estoy perfecta!- ella sonrió feliz, moviendo las manos en forma de jazz. -¿Dónde está Laura? Quiero agradecerle por haberme salvado la vida. ¡Gracias a ella estoy con vida!- Max buscó con la mirada entre la gente, ansiosa de poder ver a la chica que la salvó.

Sin embargo, su sonrisa comenzó a desvanecerse al notar que no estaba en ningún lado.

-El, ¿dónde está Lau?- los ojos de Max brillaron de miedo.

-¿Dónde está mi prima?- Robin se acercó con rapidez, siendo seguida por Steve. -¿Por qué no está aquí?

-¿Dónde están los famosos Bill y Richie?- Dustin se unió a la conversación, atrayendo la atención de los demás.

-¿Mi primo también estaba?- Robin comenzó a entrar en pánico. Su mirada pasó hacia Will. -Will, ¿dónde están mis primos?

Y fue así como toda la felicidad del momento se esfumó.

-En el hospital.

29 de Marzo
23:32 

Will miró sus zapatos con atención, como si fueran lo más entretenido del mundo. Le incomodaba estar sentado en la sala de espera del hospital, no era el mayor fanático del horrible olor que usualmente portaba.
Su pierna derecha rebotaba ansiosamente contra el suelo, despeinado sus cabellos con desespero.
Ya habían entrado todos a la habitación de Laura, menos él. No tiene el valor suficiente para verla postrada en una camilla de hospital con mil cables en su cuerpo.

No se sentía listo para verla.

-Hey.- Mike se sentó a su lado, un poco incómodo. -¿Cómo estás?

-Fresco como una lechuga.- sonrió sarcásticamente ante su propio tono ácido.

-No necesitas mantener las paredes arriba conmigo, Will.- el azabache imitó su posición, soltando un suspiro. -Sé que esto es duro para ti, pero si nos permites ayudarnos tal vez sea más...

-¿Fácil?- escupió bruscamente, mirándolo con sus ojos fríos y amenazantes. -Discúlpame si no quiero recibir ayuda dos días después de que la persona que amo fuera declarada con muerte cerebral.

Sin decir nada más, Will se levantó desviando la mirada, caminando lejos de allí.
No supo cuándo ni cómo, pero sus pies lo llevaron hasta la habitación donde se encontraba Laura.
La pequeña ventana de la puerta dio un vistazo a la habitación.
Will bajó la mirada, sin poder ser capaz de poder mirarla. No se molestó en levantarla al sentir una mano en su espalda.

-Estaré aquí.- murmuró Mike con una pequeña sonrisa, acariciando su espalda con comprensión.

Will retuvo las lágrimas en sus ojos, tomando el pomo de la puerta con su temblorosa mano. Abrió la puerta con cuidado, sintiéndose más vulnerable que nunca. Se adentró lentamente hasta llegar a ella.

Su corazón dolió.

Sus ojos se encontraban cerrados, todavía tenía las marcas de la sangre bajo sus ojos. Sus brazos estaban plagados de cables. Su piel tenía un tono grisáceo y se sentía jodidamente fría.

Las lágrimas bajaron sin control por su mejilla, fallando al reprimir sus sollozos. Se desplomó en la silla al lado de la camilla. Tomó su mano lo más delicadamente que pudo, llevándola hacia sus labios. Sus ojos ardían por la irritación de las lágrimas. Sentía que ya no le alcanzaban las mismas para llorar, pero seguían saliendo sin parar.
Will cerró los ojos con fuerza, sintiendo su pecho apretarse cada vez más.
Se colocó los auriculares con debilidad, reproduciendo la canción favorita de la castaña.

Arráncamelo, de Wos.

-Lo siento.- susurró entre lágrimas. -No pude protegerte.- sollozó apretando sus labios contra la fría mano de Laura. -Fui demasiado cobarde y débil. Te amo, Laura. Te amo.

Pero ya era demasiado tarde.

Laura cayó en un coma.

Will se rompió por dentro.

El dolor nunca terminará.

~The End~










































"Lo siento, Laura".














































23:32: Muchas personas tienen la intención de acercarse a ti, pero no saben cómo hacerlo.

𝙄𝙉𝙀𝙁𝘼𝘽𝙇𝙀 | Will ByersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora