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No os estaré aburriendo con todos estos detalles sórdidos, ¿verdad? Podría resumir todo el asunto limitándome a decir: _____ y yo estuvimos follando todo el fin de semana.

Pero eso no es nada divertido.

Y no tendríais una visión de todo el conjunto. Si os llevo por el camino largo puedo daros todos los pormenores. Y una visión global de cada pequeño detalle. Instantes que en aquel momento parecían insignificantes. Pero ahora que tengo la gripe sólo puedo pensar en ellos.

Cada minuto de cada día.

¿Alguna vez se os ha quedado una canción metida en la cabeza? Seguro que sí, le pasa a todo el mundo. Y quizá sea una canción bonita, quizá incluso sea vuestra canción preferida. Pero sigue siendo irritante, ¿verdad? Porque nadie quiere escucharla sólo en su cabeza, quiere escucharla por la radio o en un concierto en directo. Reproducirla en tu cabeza no es más que una imitación barata. Es una burla, un puto recordatorio de que no puedes escucharla de verdad.

¿Vais viendo adónde quiero llegar con esto?

No os preocupéis, enseguida lo veréis.

A ver, ¿dónde estaba? Ah, sí, sábado por la noche.

—Esta almohada es perfecta.

Acabamos de pedir comida italiana y estamos esperando a que nos la traigan. _____ está sentada en mi sofá entre un oasis de cojines y mantas. Y tiene una almohada en el regazo.

—¿Es perfecta?

—Sí —dice—. Soy muy exigente con las almohadas. Y ésta es perfecta. Ni demasiado plana ni demasiado gruesa. Ni muy firme ni muy blanda.

Sonrío.

—Me alegro de saberlo, ricitos de oro.

Hemos decidido ver una película. La televisión a la carta es el segundo gran invento de nuestro tiempo. Evidentemente el primero es la televisión de plasma. Cojo el mando a distancia mientras _____ busca algo en su bolso.

¿Os he dicho que seguimos desnudos? Pues lo estamos. Mucho. Es liberador.

Divertido.

Todas las zonas interesantes están al alcance. Y la vista es fantástica.

Cuando me vuelvo en dirección al sofá, un aroma que empieza a resultarme familiar asalta mis orificios nasales. Dulce y floral. Azúcar y primavera. Miro a _____ y la veo echándose crema en los brazos. Le quito el frasco como si fuera un perro haciéndose con un hueso.

—¿Qué es esto?

Me llevo el bote a la nariz e inspiro hondo. Luego me dejo caer entre los almohadones al tiempo que exhalo un suspiro de satisfacción.

Ella se ríe.

—No resoples. Es crema hidratante. No imaginaba que mi lucha contra la piel seca te afectaría tanto.

Miro el frasco. Vainilla y lavanda. Vuelvo a inspirar hondo.

—Huele a ti. Cada vez que estás cerca de mí, hueles a... como un ramillete de rayos de sol espolvoreado con azúcar moreno.

Vuelve a reírse.

—Vaya, Jimin, no sabía que fueras poeta. William Shakespeare estaría celoso.

—¿Es comestible?

Esboza una mueca.

—No.

Qué pena. Me la habría echado en la comida como si fuera salsa holandesa. Supongo que tendré que conformarme con poder degustarla sobre la piel de _____.

𝔼𝕟𝕣𝕖𝕕𝕒𝕕𝕠𝕤 [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ] ᴘᴀʀᴋ ᴊɪᴍɪɴ +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora