En una subasta en la que Naruto iba a ser subastado, un noble de al parecer alto estatus lo compra convirtiéndolo en su concubino, el no sabia que la persona que lo había comprado era el Emperador quien lo quería para ser su concubino, tener sus hij...
Las cosas entre el emperador y su concubino se habían calmado, después de que el rubio le diera la golpiza de su vida al azabache, ya estaban mejor.
Ahora mismo el emperador se encontraba arrodillado frente a su concubino, la única persona que le hacía hacer cosas que no hubiera hecho antes y también la persona con la que no tenía ataques de ira.
— Y bien?
— Fui un estúpido y actúe como un tonto - dijo el emperador arrodillado frente al rubio con la cabeza gacha.
— Y que más?
— El imperio...
— El imperio? Que importa el imperio, tu fuiste el que perdió la memoria.
— Si, pero ahora ya no te tendrán el mismo respeto que antes.
— Claro que lo tendré, acaso me crees un tonto que no sabe ganarse el apoyo de los nobles y el pueblo? Si lo hice una vez puedo hacerlo otra vez.
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El rubio se despedía de sus padres, para poder partir al palacio del imperial.
— Ma' sabes que puedes ir a visitarme siempre que quiera - le sonrió el rubio a su madre y la abrazo.
— Lo se, cariño, pero ya no te podré ver a ti y a Menma a diario - se lamento la mujer.
— Kushina, ya deberías soltar a Naruto - dijo el padre de Naruto, intentando convencer a su esposa.
— No quiero - murmuro abrazando aún más a su hijo.
— Mamá, deja a Naruto irse, tiene que ir al palacio - dijo Deidara, el hermano mayor de Naruto, mientras veía a su madre.
— Está bien - dijo de mala gana la peli roja y soltó a su hijo - Cariño, cuídate y cuida a Menma.
— Lo haré - sonrió y se despidió por última vez de su familia.
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Dos largas filas de sirvientes esperaban a los lados del camino por dónde pasaría el emperador y su "concubino", algunas sirvientas se encontraban emocionadas de tener a su amo de vuelta y otros estaban felices de que el "concubino" del emperador regresará al palacio, todos ansiosos de la llegada de el regente del imperio, su "concubino imperial" y la primera estrella del imperio.
— Atención! El sol de Konoha, la primera estrella de Konoha y la media luna hacen presencia! - anuncio el guardia del emperador, Kakashi Hatake.
Todos y cada uno de los empleados hicieron una reverencia inmediatamente vieron al emperador bajar del carruaje, veían de reojo como el emperador ayudaba a bajar a su concubino quien tenía al primer príncipe en sus brazos.
— Gloria y bendiciones al sol y la primera estrella de Konoha! - dijeron los empleados en unisono, para después decir - gloria y bendiciones a la media luna de Konoha!
Eso sorprendió a Naruto, quien inmediatamente volteo a ver al emperador en busca de respuestas, pero todo lo que recibió fue una sonrisa de parte de éste. Naruto les dió una sonrisa forzada a los empleados, aparentando que sabía de lo que acababan de decir, incluso las concubinas del emperador se encontraban haciéndole una reverencia, algo que lo lleno de satisfacción e hizo que elevará su cabeza con superioridad.
— Bienvenido de vuelta, su majestad la media luna del imperio - Dijo el hombre frente a el.
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— Y bien, ahora me dirás porque me dicen "la media luna del imperio"? - pregunto el rubio al emperador.
— Ya te debiste de dar cuenta, no? - el emperador cruzo sus brazos mientras veía al rubio frente a el.
— Si, pero quiero que me lo digas tu.
— Si eso quieres, tu ahora eres mi esposo, pero no eres mi emperatriz por así decirlo, no aún. Eres la reina, en este caso rey, de algunos estados del imperio.
— Y en qué momento me convertiste en tu rey? - alzó una ceja el rubio.
— El mismo día que recupere la memoria, le dije a Itachi que empezará con los trámites para convertirte en mi rey.