En una subasta en la que Naruto iba a ser subastado, un noble de al parecer alto estatus lo compra convirtiéndolo en su concubino, el no sabia que la persona que lo había comprado era el Emperador quien lo quería para ser su concubino, tener sus hij...
Naruto volteo de forma inmediata hacia el grito de el guardia, para luego escuchar un gran gruñido a sus espaldas. Naruto apretó a su hijo en brazos y volteo hacia la bestia que produjo aquel sonido. Vaya sorpresa se llevó al ver a una bestia mágica frente a el, aquel gran león que le sacaba un metro más, estaba en posición de ataque, mientras amenazaba al rubio.
— Naruto! - grito Sasuke cuando aquella bestia se lanzó a atacar al rubio.
El sonido de cuando dejar caer una bolsa de agua al suelo y se esparce toda por este, se escuchó en el lugar. Aquella gran bestia había explotado, salpicando todo el lugar de sangre, la concubina del emperador veía con terror la escena frente a el, veía como aquel rubio estaba tan calmado frente a esa escena y como este la veía con cara de que le haría lo mismo si se mete en su camino.
Sasuke, la concubina y los guardias se encontraban completamente manchados de sangre de aquella bestia. Naruto solo tenía unas gotas en su delicado rostro así como en su cabello y algunas partes de su ropa; Menma, el estaba completamente limpio ni una sola gota de sangre había en su pequeño cuerpo y veía aquella escena como si fuera lo más normal del mundo.
— Naruto, ¿Estás bien? Menma ¿Está bien? - pregunto Sasuke preocupado mientras se acercaba a Naruto.
— Si, estamos bien, no te acerques - retrocedió el rubio - Tienes que elegir, o se van esas concubinas o me voy yo y mis hijos - se dió la vuelta y camino hacia la Nana de su hijo.
— Limpien todo mi jardín y saquen a todos los invitados no deseados, cuando digo a todos, me refiero a todos, entendieron?
— Si, su alteza - reverenciaron hacia Naruto.
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Daisy, una de las tantas concubinas del emperador se encontraba furiosa, su intento de asesinato hacia Naruto y Menma no funcionó. Que más tenía que hacer para deshacerse de esos estorbos?
— El plan a fracasado - dijo su sirvienta más cercana.
— Eso es obvio, Daniella.
— El rey Naruto a dado que el emperador elija entre el y sus hijos, y las concubinas, dijo que si elegía a las concubinas abandonaría el palacio junto con el principe.
La concubina sonrió de lado, festejando una victoria no obtenida.
— Naruto no sabe lo que dice, prepárate que mañana en la noche iré a los aposentos del emperador. A partir de mañana mis días de mala suerte se acabarán una vez que Naruto se vaya. Es claro que el emperador no elegirá a Naruto y elegirá a sus concubinas.
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Un nuevo día había llegado y la concubina Daisy se encontraba demasiado feliz para ser real. Iba en camino hacia la oficina del emperador, cuando en eso ve pasar a todas las concubinas extranjeras con su equipaje.
— Kakashi, a dónde las llevas?
— Su majestad el emperador a pedido que regresos a estás concubinas a su lugar de origen - fue lo único que dijo el caballero y después se alejo de aquella concubina.
Mientras tanto Naruto veía desde lejos aquella escena con satisfacción, Daisy al ver esto se llenó de furia y regreso a sus aposentos. Nuevamente Naruto ganaba.
