6.- Pandora Zaken

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Aurora Zaken

Dos años antes...

La notaba inquieta, como si estuviera decidiendo la totalidad de su futuro. Entiendo que es una decisión bastante complicada el comprometerse a mudarse a París para ir a una de las agencias de modelaje más prestigiosas mundialmente, pero era una gran oportunidad para ella y no le iba a permitir rechazarla.

-¿Qué es lo que te detiene? No te entiendo -suspiro.

Pandora es muy reservada. Siempre oculta todas sus experiencias, ya sean buenas o malas, para no preocupar a las otras personas. A mí nunca me las ocultó, puedo decir libremente que desde hace unos años fui su único soporte con el cual se podía desahogar.

-¿No crees que deberíamos pensarlo durante más tiempo? -dijo- acabo de llegar del trabajo y me preocupa que mi mente no esté preparada para tomar una decisión tan espontánea -dijo mirando el correo.

Mi hermana no quería que nuestros padres cargaran con toda la responsabilidad del dinero, se sentía culpable por el hecho de que le pagaban su escuela de modelaje que valía medio riñón. Trabajaba de repartidora de pizzas, siempre decía que ir con bicicleta mantenía su forma de modelo.

-¿Decisión espontánea? -pregunté extrañada-. Pandora, llevas medio año taladrando mis oídos con esa agencia y siguiendo a todos sus modelos en instagram y mandando no sé cuantas fotos ahí.

Ella se quedó mirando mi rostro mientras decía todo eso y de repente se tiró encima de mí dándome un fuerte abrazo.

-¿De verdad crees que puedo hacerlo, Aurora? -pregunto sin ganas de separarse de mí.

-Claro que puedes, tonta. Siempre pudiste.

-No creo que yo sea suficiente, todos ahí son profesionales y aunque me hayan seleccionado para ir no pienso que lo hagan para salir en uno de los desfiles más populares de todo París -dijo devastada.

-Pandora... -le dije mientras la apartaba de su abrazo y la miraba atentamente en los ojos- llegarás donde tienes que estar a tu propio ritmo. Hasta entonces, respira. Respira y sé paciente contigo misma. Estás haciendo todo lo que puedes para sobrevivir frente a todas tus preocupaciones. Es suficiente. Eres suficiente.

Ella me miró y no pudo detener las lágrimas que ya rozaban sus mejillas.

-Me da miedo no estar contigo, tengo que cuidarte aún -me dijo.

-Siempre estás conmigo -le dije mientras sacaba mi Collar Lunar desde dentro de mi pijama.

Las dos miramos el brillante collar y recordamos cómo los conseguimos, porque ella tenía el mismo. Eran collares que se iluminaban cuando estaban cerca. En este caso siempre estaban brillando porque este modelo encendía los collares a 20 kilómetros de distancia. Cuanto más cerca estaban, más brillaban. Los conseguimos en uno de los refugios que había al lado de un gran pantano, en una tienda bastante peculiar donde había una señora vendiendo joyas muy valiosas. En ese momento nuestra familia se podía permitir comprarnos esos collares porque Pandora aún no había empezado con su deseado sueño. Esa noche metimos las dos joyas en el pantano iluminado por la luna llena y prometimos que nunca nos los quitaríamos.

-No estoy preparada para ver como va apagándose la luz de nuestras piedras lunares-dijo.



Es difícil pasar página cuando sabes que la persona que más quieres no formará parte del siguiente capítulo, pero el libro debe continuar.

Pandora estaba haciendo las maletas mientras yo estaba en su cama, ya vestida, intentando no llorar. El vuelo salía en dos horas. Me arrepiento de haber convencido a nuestros padres para que la dejaran ir a cumplir su sueño. A Samuel tampoco le hace gracia tener a su hermana favorita lejos de él.

Soy mi propio obstáculoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora