❦-Capítulo 10-☼

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-La Inscripción en el Muro-☼

❦-La Inscripción en el Muro-☼

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Narrador Omniscente

—¿Qué pasa aquí? ¿Qué pasa?

Claramente atraído por los gritos de los Lestrange, Argus Filch se abría paso a empujones. Apenas vio a la Señora Norris, dio unos pasos hacia atrás, horrorizado.

—¡Mi gata! ¡Mi gata! ¿Qué le pasó a la Señora Norris? —chilló Filch.

El conserje empezó a gritarles a Harry y a Harleigh, acusándolos de haber matado a su gata, y amenazando con matarlos a ellos también. Pero antes de que pudiera hacer alguna estupidez, fueron interrumpidos por un gran grupo de profesores llegando a la escena.

—¡Argus!

Dumbledore había llegado. En unos segundos, ya se había parado entre Filch y los mellizos Potter. Y descolgó a la Señora Norris de la argolla.

—Ven conmigo, Argus —le dijo a Filch—. Ustedes también —dijo señalando a Harry, Harleigh, Hermione y Ron.

Lockhart se adelantó impacientemente.

—Mi oficina es la más cercana, director, solo suba la escalera.

—Gracias, Gilderoy —respondió Dumbledore.

La silenciosa multitud de estudiantes se hizo a un lado para dejarlos pasar, seguidos por un nervioso profesor Lockhart, un inexpresivo profesor Snape, y la profesora McGonagall.

Al entrar en la oscura oficina de Lockhart, Harleigh y Harry notaron que algunas fotos de Lockhart se escondían de la vista porque llevaban los rulos puestos. El Lockhart de carne y hueso encendió las velas de su mesa y se apartó. Dumbledore dejó a la Señora Norris sobre la mesa y empezó a examinarla.

Mientras, los mellizos Potter, Ron, y Hermione intercambiaron miradas tensas y se sentaron fuera de la zona iluminada por las velas.

Los cuatro profesores examinaban a la Señora Norris de cerca, a excepción de Lockhart, el cual técnicamente solo rondaba alrededor de los otros tres, haciendo sugerencias.

—Creo que podemos concluir que fue un hechizo lo que produjo la muerte... quizá la Tortura Metamórfica. He visto muchas veces sus efectos. Es una pena que no me encontrara allí, porque conozco el contrahechizo que la habría salvado.

Los comentarios innecesarios de Lockhart eran acompañados por los sollozos de Filch que se había desplomado en una silla al lado de la mesa, y tenía la cara entre las manos, incapaz de dirigir la vista a la Señora Norris.

Dumbledore murmuraba extrañas palabras con una voz tan baja que al principio Harleigh creyó que estaba escuchando voces otra vez.

Finalmente, Dumbledore habló.

La Noble Familia Potter: Parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora