『֍』❝La línea temporal es muy vulnerable, Kiara, no es algo que puedas manipular con tanta facilidad.❞
❝Tom ha atormentado a mi familia por mucho tiempo. Yo no tenía nada que ver en ese conflicto, pero por ser hija de quien soy, terminé aquí. No deja...
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❀◦⋯◦❣
Narra Harry
Ya era de mañana, podía sentirlo, pero no quería abrir los ojos. Sabía que todo lo que había pasado anoche sólo había sido un sueño. Y cuando abriera los ojos estaría devuelta a mi alacena, junto a Harleigh. Todo lo que pasó ayer fue un sueño, ¿verdad?
Pero cuando abrí los ojos, lo primero que ví fue el techo de la cabaña en la que estábamos ayer. Volteé a ver hacia un lado, y junto a mi en el piso, estaba Harleigh, todavía dormida. Me senté y volteé hacia el otro lado, encontrando a Hagrid, también dormido.
De repente, se escuchó algo golpeando la ventana. Había una lechuza sosteniendo algo en su pico. Me apresuré a abrirle la ventana, y la lechuza pasó volando, dejando el pergamino sobre Hagrid, que aún no se despertaba. Entonces la lechuza bajo al suelo y empezó a atacar el abrigo de Hagrid, despertando a Harleigh al mismo tiempo.
—¿Qué pasa? —dijo mi hermana con un bostezo.
—Es el búho, está atacando el abrigo de Hagrid —dije intentando apartar al búho del abrigo.
—¿No crees que es porque quiere algo de ahí?—dijo Harleigh.
—¡Hagrid! —dije en voz alta—. Aquí hay una lechuza...
—Págale —gruñó Hagrid desde el sofá.
—¿Que? —dije.
—Quiere que le pagues por traer el periódico. Busca en los bolsillos.
Harleigh decidió ayudarme, así que ambos nos pusimos a buscar en los bolsillos del abrigo de Hagrid. Los bolsillos se veían pequeños desde afuera, pero adentro tenían un montón de cosas.
—Dale cinco knuts—dijo Hagrid aun medio dormido.
—¿Knuts?
—Esas pequeñas de bronce.
Conté cinco pequeñas monedas color bronce y se las di a Harleigh para que se las diera a la lechuza. La lechuza agarró las cinco monedas y se fue volando por la ventana.
Hagrid bostezó con fuerza, y se sentó.
—Es mejor que nos demos prisa. Tenemos que hacer muchas cosas hoy. Debemos ir a Londres a comprar todas sus cosas del colegio.
—Pero... ¿Hagrid, como vamos a pagar? —dijo mi hermana.
—No se preocupen por eso —dijo Hagrid poniéndose de pie— ¿No creerán que sus padres no les dejaron nada?
—Pero... ayer cuando discutías con tío Vernon, dijiste que su casa fue destruida, qué nos sacaste de la casa en ruinas, y nos llevaste con Dumbledore —murmuré, pero Hagrid logró escucharme.
