Eso quería decir que también la había visto, eso me hacía tan feliz. No sabía que pensar, estaba tan conmocionado por los eventos, fue algo extraño pero emocionante. Se me había olvidado decir que pues... Estoy enamorado de ella, Elyssa era la dueña de mis pesadillas. Pero pues las pesadillas son sueños también.
No sé qué decirles, Elyssa regresó al siguiente día por la noche y charlamos un poco. Camile estuvo con nosotros.
-Elyssa, realmente me parece genial que existas y que puedas estar con tu amado Christopher, por segunda vez.- Comentó la enfermera.
-Gracias, Camile.- Dijo Elyssa desconfiada.
-Bueno, lo hermoso de toda la historia es que a pesar de mi locura, mi accidente, de mi pasado estés aquí a mi lado. Sigo sin poder superar este sentimiento de melancolía, me causas demasiados recuerdos, hay muchos que había olvidado y otros que aún no puedo descifrar.- Dije una vez que hubo silencio.
Inmediatamente terminada mi oración, alguien tocó a la puerta. Elyssa se había quedado callada y fue al baño para evitar que cayeran lágrimas de sus bellos ojos, para cuando ella se retiró, yo me levanté de mi asiento sobre la cama y entreabrí la puerta, demandando saber quién era la persona que nos había interrumpido.
-¿Quién eres?- dije enojado.
-¿Quién esperas que sea, Christopher? – dijo la voz detrás de mi puerta.
Yo había decidido cerrarla pero una tabla de apuntes médicos se opuso ante mí. Entonces abrí la puerta, negando la insistencia del maldito psiquiatra.
-Christopher, ¿con quién estabas hablando?- comentó Cooper una vez que entró a mi habitación.
-Elyssa. Camile.
-Buenas tardes Doctor.- dijo Camile algo preocupada.
-Maldita sea Christopher. Sabes que Elyssa no es real, es creada por tu jodida imaginación, todo lo que crees de ella es un jodido mundo ficticio.
-Disculpe Doctor, pero esta vez sí hay un testigo que confirme la existencia de la chica Elyssa.
-Camile, no te entrometas en esto.
-Cállese Doctor.- Grité después de lo que le dijo Cooper a Camile. Ella no merece que sea tratada de mentirosa, en verdad es la única que ha visto a mi amada Elyssa.
-Christopher. No hagas el procedimiento más difícil. Camile, encárgate de que el señor Collingwood reciba una dosis extra de su medicamento para la locura.
-No. – negó la pelinegra.
-¿No? Bien, lo haré yo mismo. – Tras terminar esa frase tomó una jeringa de su bata y la insertó en el brazo de Camile, después fue por mí. Tomó mi mano y de un momento a otro con una jeringa nueva la insertó en mi cuello.
......
Para cuando desperté me encontré en un cuarto con paredes blancas, y acolchonadas. Me habían encerrado. Se escuchaba por medio de una pequeña bocina que se encontraba instalada en la parte superior de los colchones de las paredes, unas voces que decían mi nombre. Reconocí la voz grave como la de Cooper, ese viejo que sólo se dedicaba a drogarme y encerrarme; me gustaría decir que esta es la primera vez que visito el "cuarto de paz" como le habían nombrado los doctores, mientras que los pacientes de la clínica le llamábamos "muerte blanca."
¿Alguna vez han sentido lo que es estar solo, pero al mismo tiempo siendo observado? Bueno eso es lo que se consigue en la muerte blanca, ser vigilados a través de una cámara y unas bocinas, y creo que en este momento se están preguntado el porqué del título "muerte blanca," honestamente nunca lo supe.
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Se Real, Se Mía.
Teen FictionFácil todo empezó una gélida noche de diciembre. -¡Christopher! Escuché el grito de una chica decir mi nombre de manera decidida -Ya vete Elyssa que no estoy para seguir discutiendo contigo. -Pero Christopher por favor escúchame. Me negué haciendo u...