Ⅳ: Y finalmente el eclipse alumbró

280 28 65
                                    

Ambos mantuvieron el agradable ambiente en el que estaban absortos en la presencia que los sigue a la par de sus pasos, en medio de diversos temas que principalmente van surgiendo por lo que ven, ya sea, por los olores que se respiran en el aire o como ciertas personas a través de las abarrotadas tiendas discuten con otro cliente para obtener lo que desean con más prisa, como es usual en cada persona que habita en la floreciente y resplandeciente Inglaterra.

Allí entre la agitación que parece contraria a la calma que dos personas llevan, JungKook y TaeHyung terminan de degustar la promesa que casi se vio afectada por el percance con el veloz e imprudente carruaje, que el alfa le ofreció al omega tomar unas cuadras más adelante, pero O'Brien en un impulso de complacencia propia que su lobo agradeció, declinó la oferta para compartir un poco más de tiempo con el alfa que silenciosamente rogó porque el azabache no aceptara su propuesta, que fue motiva más por la modestia que por el deseo de terminar el encuentro.

―Tal vez mi impresión sea errónea, pero veo que el relleno fue especialmente de tu agrado TaeHyung ―pronunció el omega con una tierna sonrisa enredada entre sus labios que oculto al masticar el último bocado que le quedó de su postre, cuando reparo como la mirada de sol parecía adquirir mayor luminosidad a causa de las fresas que están en el relleno.

El alfa se limpió las comisuras de la boca con la servilleta de tela que JungKook le proporcionó en conjunto con el delicioso croissant que lo dejó encantado por el delicioso sabor y la finura del hojaldre con el que fue elaborado.

―Es lícito que te burles de mi emoción ―concedió Götz dándole una corta mirada para no perder la dirección del camino que llevan―. Tal como lo mencione el día anterior, las fresas y todo lo que las involucre son un deleite para mí, porque me recuerdan a mi infancia, además, de los pistachos que son un poco escasos, pero deliciosos.

―Es una preferencia encantadora, después de todo siempre hay ciertas comidas, objetos y aromas que nos recuerdan los bonitos momentos que vivimos en nuestra niñez ―así como el alfa y su aroma representativo evocan la felicidad de su niñez, pero JungKook no tiene la suficiente confianza como para decirlo, al menos no aún―. ¿Los pistachos como son? Creo que he escuchado sobre ellos pero nunca he tenido real interés por probarlos ―cuestionó ante lo último que mencionó TaeHyung.

En definitiva el alfa conoce mucho más del mundo que él y varios lugares que hasta ahora no ha visitado en Inglaterra, como el campo de lirios que le dijo a Aiden y que le encantaría conocer. Pero de nuevo no se atreve a preguntarle dónde queda.

Por favor, que alguien tenga piedad de él y le diga que es lo que le está pasando por la timidez que un alfa nunca suele despertar en él, así mismo en el sentimiento de nerviosismo que su lobo le está transmitiendo desde que tuvo las grandes manos de TaeHyung sobre su cuerpo para protegerlo y el aroma a fuego completo el rocío de la lluvia que lo tranquilizó aún en medio de la revolución de sus emociones.

Y por más que quiera culpar a su celo, aún falta poco más de un mes, así que solo se trata de la novedad dominante que proyecta la presencia ajena en la justa medida para hacerlo sentir atraído hacia lo que representa.

―Puedo decir que es un fruto seco similar a tu aroma, aunque el sabor y la apariencia son muy diferentes uno de otro, mientras la avellana tiene un regusto dulce, el pistacho es un poco más salado ―explicó el de cabello grisáceo esperando que su comparación no sea un motivo de incomodidad, y en las mejillas levemente sonrojadas que parecen ser un hábito en el omega, constató la validación de sus palabras, por lo que se aventuró en una solicitud más―. Si quieres probarlos, puedo en un próximo encuentro llevarte algunas y que así comprendas de lo que estoy hablando.

JungKook giró de medio lado su rostro para unir su mirada y ver la seriedad exhibida en la piel canela de TaeHyung que le regaló una discreta sonrisa para que aceptara su invitación a un nuevo momento en el que puedan compartir los dos.

La Anarquía de Psique || TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora