―Así que ya sabes lo que debes hacer, trata al menos de dejar el pan cortado y el queso, y a la mañana siguiente se te va a facilitar poder comerlo sin que se te haga tarde ―explicó el omega totalmente comprometido con instaurar un nuevo hábito alimenticio en TaeHyung que murmuraba en confirmación a sus indicaciones.
Götz está enfocado en atender cada palabra que JungKook le está diciendo, después de decirle que no se le ocurre nada para comer para un ligero desayuno que tampoco involucre mucho tiempo ingerir, porque en verdad prefiere dormir un poco más que tener que alimentarse a él mismo. Desde que vive solo hace ya varios años, el desayuno fue una opción que con el tiempo fue relegando de sus actividades diarias hasta casi que prescindir de esa comida del día.
No obstante, cuando este en la soledad y el resguardo de su hogar se va a permitir reírse de sí mismo por lo absurdo que está siendo ahora mismo al estar considerando las exigencias del omega de ojos esmeralda que no ha dejado de repetirle lo importante que es comer siempre que se tenga la posibilidad de hacerlo, y para ellos no supone un problema, así que debe cumplir.
Lo que lo deja en una posición de obediencia que su lobo está empeñado en acatar, porque después de todo es JungKook quien se lo está diciendo y no tiene la voluntad para negarse o mentirle luego diciéndole que sí lo hizo, cuando en verdad no es así. Es gracioso verse tan encantado por él hasta el punto en el que siente que debe realizar cada capricho o exigencia que de sus labios sean pronunciados.
―Además puede comprar frutas que no requieran ser cortadas para aligerar el tiempo que invierta en comer ―finalizó el azabache atento a la fija mirada dorada que está sobre su rostro y a pesar de que están caminando y adentrándose al vecindario que tanto conocen, el alfa no ha dejado de verlo y no puede negar que está complacido por su atención.
No sabe de dónde nace esa necesidad que palpita con fuerza en su pecho por ser manifestada y que no se contuvo de decir por la pregunta del alfa que si bien disfruta de cocinar, esa primera comida del día, lo nubla por la falta de ideas.
―¿TaeTae, me estás escuchando? ―cuestionó ante la ausencia de modulación por parte de el de cabellos grisáceos que parpadeó con fuerza para enfocarse de nuevo, luego de quedarse mirando con sórdida atención la galaxia que comienza a aparecer en los orbes oliva debido a la luz del día que poco a poco va muriendo.
―Me gusta más cuando me dices alfa ―respondió TaeHyung dedicándole un guiño que causó un vacío en su estómago por la emoción que su sola presencia y el aroma a petricor que lo ha estado envolviendo todo el camino, se complementaron para tenerlo en una abstracción que lleva su nombre.
―Debes ganártelo TaeHyung ―volvió a prescindir del apelativo que ya se le está haciendo costumbre para referirse al de orbes dorados y que, si debe admitirlo solo para él mismo, cuando le dice alfa, se siente tan correcto que prefiere ignorar esa sensación al estar malinterpretando lo que sucede.
No quiere apurarse a darle una definición a la familiaridad que en él percibe y que le recuerda a su vida actual. Tan solo quiere vivir en el agradable presente que está enlazado por la atracción mutua que es evidente, es lo único en lo que desea enfocarse.
―Entendí y escuche cada explicación, pero no creo que sea apropiado lo que quiero decir, así que prefiero callarlo ―está siendo descarado, lo reconoce y no puede o más bien no quiere hacer nada en contra de la ser la causa que pinte un precioso lienzo sobre la piel caliza que adquiere mayor luz ante las sonrisa que le son regaladas y que toma con tanto cuidado con miedo a que se evaporen.
De nuevo, no es más que un pensamiento inconexo porque su mente no puede olvidar nada de lo que ha vivido y por primera vez en años desde la tragedia, agradece que así sea, porque por más que lo intente su rostro y su sonrisa lo van a acompañar cada que cierre los ojos y quiera descansar, JungKook y su presencia se va a metamorfizar en sus recuerdos y sueños.
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La Anarquía de Psique || Taekook
Fanfiction"La Orden de la Sangre Azul desborda lágrimas impías que serán el elixir que purgará las mentes mancilladas y los horrores silenciados" El apogeo de la época victoriana reverberó en la industrialización y el deslumbrante desarrollo acelerado de la s...