Miré su mano, el anillo, volví a recordar cuando me dijo que me amaba por primera vez y cuando estaba tan nervioso por sus votos, recordé cuando nacieron los mellizos y todo era tan fresco en mi cabeza que me hizo soltar lágrimas.
-Estoy lista- susu...
Nos quedamos dormidos apenas llegamos a la habitación de él, no dejó que vuelva a mi cuarto pero tampoco le discutí mucho. A la mañana siguiente nos separamos para que cada uno preparé sus maletas y poder viajar al mediodía. Cuando tuve todo listo fui de nuevo a su habitación y él estaba recostado con su celular.
-Terminaste?- lo miré
-Creo que si- bloqueó su celular y me hizo un gesto para que me quedara un rato junto a él
-Estoy cansada- le sonreí mientras el me abrazaba cuando fui a su lado
-Quieres estar aún más cansada?- besaba mi cuello apartando mi pelo
-No, vas a arrugar mi ropa- acomodé mi falda
-Esta demasiado corta la falta, no?- bajó hasta mis piernas y comenzó a besarlas
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-callate - reí por las cosquillas que me causaba
-Te necesito ahora- se coló entre mis piernas y fue hasta mis labios
-Pues te quedas con las ganas- solté un jadeo porque sus manos frías se encontraban bajo mi camiseta -Joseph- susurré
-Con esa falda obtendrás la atención hasta de mis guardias- bajaba sus besos mientras levantaba mi falda
-Me haces cosquillas- acariciaba su pelo y bajaba más
-Quieres sentir cosquillas?- me guiño un ojo y metió la cabeza entre mis piernas
-No no no- sentía su lengua recorrer mi humedad
-Tampoco me apartaste, o si bonita? - continúo con lo suyo mientras hundía su lengua y yo arqueaba mi espalda
-Dios- gemi mientras él apretaba mis muslos y movía su lengua
-No es Dios, soy yo- se alejó para besarme y yo se lo seguí -Se nos hace tarde- sonrió en modo de venganza y se separó
-No será divertido para ti- acomode mi ropa con enojo
-Quizá te lo compense en el vuelo- alguien tocó la puerta y yo rodeé los ojos tomando mi maleta
Salimos a los coches hasta los aeropuertos, al menos teníamos horas de vuelo y sabía que me aburriría Tal vez no tanto Una vez que subimos al avión todo estaba en silencio, me mantenía ocupada leyendo un libro pero sentía la mirada de él sobre mis piernas.
-Te miran demasiado- me susurró apoyando sus codos en sus piernas
-Mm, está bien- respondí sin importancia y "continué leyendo"
-Es necesario que cruces las piernas?- puso sus manos sobre ellas marcando territorio a los que su personal inmediatamente sacaron sus miradas
-si, me siento cómoda así- respondí levantando las mirada y observándolo
