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Y aún me parece mentira que se escape mi vida imaginando que vuelves, a pasarte por aquí. Dónde los viernes cada tarde como siempre, la esperanza dice quieta, hoy quizás sí.〞

  Ryujin estaba sentada en una heladería prácticamente vacía, casi nadie consumía helado en invierno. La chica del mostrador pasaba las hojas de su revista sin prestarle atención, el sonido de sus dedos contra el papel era lo único que resonaba en el silencioso lugar.

  Había pedido un cuarto de helado, escogiendo tres sabores que Yeji y ella solían elegir. La castaña usualmente escogía chocolate, aunque lo intercambiaba a crema cookie de vez en cuando. En cuanto a ella, habitualmente se conformaba con helado de frutilla, un clásico nunca falla. Por último, el tercer sabor era uno que ninguna de las dos había probado antes pero tenían ganas de. Ese día Ryujin había elegido 'Sambayón', un sabor que su amiga latina siempre pedía pero que ella nunca se atrevió a probar. Aún no lo hacía, el helado permanecía intacto excepto por su parte. No quería hacerlo a no ser que no sea con ella, estaba guardando todas las nuevas experiencias para Yeji. Había tenido suficientes en solitario para darse cuenta de que todo era mejor a su lado.

  Odiaba estar sola. En realidad, odiaba estar sin ella. Era jodido. No estaba sola pero se sentía de esa manera porque no la tenía, nunca podría disfrutar de una compañía tanto como disfrutaba la de Yeji. Ryujin amaba cómo cualquier cosa ordinaria podía transformarla en extraordinaria.

  También se odiaba a sí misma por ser tan cobarde, por no haber luchado por amor, por no haber luchado por quedarse. Le temía tanto al fracaso como al rechazo, sus padres le hubiesen dado ambos si no hubiese aceptado la beca en Estados Unidos. Además, no le hubiese gustado que cambiaran su enfoque y comenzaran a presionar a Yuna, quería a su hermanita se mantuviera libre y burbujeante. Entonces empacó sus cosas y se fue, dejando su corazón en Corea del Sur. Le dolió, a ambas, pero no lamentaba su decisión. Aún no lo hacía.

  Cuánto más tiempo pasó afuera, más triste se sentía. Su familia lo notó y aunque no estaban muy alegres por ello, se mudaron nuevamente a su tierra natal buscando una emocional pero también académica mejora, sus notas habían decaído junto con su felicidad que la seguía detrás. Ryujin aún se sentía triste pero al menos sus notas se encontraban mucho mejor ahora. Extrañaba a su amor, sólo un vistazo de ella le hacía sentirse cálida por dentro. Ella ansiaba estar juntas de nuevo, pero ahora Yeji le pertenecía a alguien más.

—Hey, ¿estás aquí de nuevo?—Ryujin no había notado cuándo su hermana pequeña se adentró al lugar, estaba muy metida en sus pensamientos.

  Era algo habitual, la peliazul asistía todos los Viernes desde que había vuelto. La mayoría de las veces sola, pero Yuna insistía en acompañarla en ocasiones.

—Sí... —Le respondió vagamente, dejando de una vez por todas la cucharita con la que jugueteaba reposando en borde del recipiente. —Me gusta este lugar. Me recuerda a los buenos tiempos.

—Aún sigues loca por ella, ¿eh? —La rubia medio-preguntó, una media sonrisa plantada en su rostro. Ya sabía la respuesta a ello.

—Un poco, sí. —La tristeza era notoria en las palabras de Ryujin a pesar del rubor que cubrió ligeramente su rostro.

  Yuna tomó la cucharita verde entre sus dedos y recogió un poco de helado, los dos sabores se encontraban algo mezclados y derretidos pero no le tomó importancia.

—¡Ugh! Este sabor apesta. —Exclamó, haciendo un gesto cómico sacando su lengua de costado y arrugando su nariz.

—No lo sé, aún no lo he probado. —Ryujin le confesó, riendo al observar la reacción de su hermana.

—¿Entonces para qué lo has pedido? —Le cuestionó frunciendo el ceño. A veces no lograba comprender a su hermana, actuaba de manera extraña.

—Estoy esperando. —Contestó de manera breve.

—¿Esperando qué? —Indagó, odiaba las respuestas a medias.

—Esperando a qué ella llegue. —No hubo duda alguna en su argumento.

—Ryujin... —Yuna comenzó a decir. A veces sentía un poco de pena.

  Ryujin la calló.

—Algún día lo hará. Lo sé.

𝙍𝙤𝙨𝙖𝙨⚘ - RyejiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora