NUEVO CÓMPLICE

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Cariño - dije mientras íbamos caminando a su casa - a ese viaje al que vas a ir con Charles, aún habrá un par de cupos.

¿Quieres ir amor? - dijo mirándome sorprendido - pensé que no querías ir porque debías llevar a Jayden.

Sigo pensando que ir de paseo con mi hermano menor a mi cargo, es un mal plan - dije seriamente - pero el sacerdote, me hizo caer en cuenta que debes en cuando debo salir de mi zona de confort y teniendo en cuenta que mis padres, casi no tienen tiempo libre...

Entiendo - dijo sonriendo levemente- yo me encargo todo. Solo alista el papeleo, estamos a dos semanas de irnos, así que debemos apresurarnos.

Al volver de tu casa, buscare todo lo que necesitamos - dije sonriendo levemente - la autorización se la pediré a mis padres que la firmen cuando regresen del trabajo.

Me parece una gran idea - dijo sonriendo y me dio un tierno beso antes de entrar a su casa - te prometo que la pasaremos bien.

Desde que estemos juntos todo será perfecto - dije sonriendo - ahora entremos a tu casa, antes de que tu madre empiece a gritar.

Dos semanas después...

Estábamos conociendo la ciudad de L.A, el plan de venir como niñera de mi hermano no era una gran idea, pero solo así podría buscar a Lucí. Para poder ir a buscarlo no simplemente podía separarme del grupo porque de lo contrario llamarían a mis padres, así que convencí a mi hermano de que estaba "enferma" para que les dijera a los coordinadores del viaje, pero el añadió su parte: dijo que se quedaría para cuidarme y que cualquier cosa les avisaba. Sin problema alguno aceptaron, mi novio y su mejor amigo, pasaron a despedirse antes de irse a la excursión del día.

¿A dónde vas Joy? - me dijo Jayden mientras me cambiaba

Tengo cosas que hacer - dije mientras buscaba mis cosas - tú te quedaras aquí, puedes pedir lo que quieras del servicio a la habitación.

Iré contigo - dijo mientras tomaba sus cosas - no mentí para quedarme en esta habitación si puedo salir y explorar sin esos nerds, cerca.

Jayden, lo que necesito hacer es algo privado - dije seriamente

Me da igual, puedes dejarme en algún cinema o local de videojuegos - dijo seriamente - puedes monitorearme todo el tiempo si quieres.

No tengo tiempo para andar cuidándote - dije seriamente - aquí al menos el personal del hotel te está vigilando.

Aquí tienes dos opciones: 1. me llevas y jamás se enteran que tu malestar estomacal era una mentira - dijo parándose frente a mi - 2. te vas y mañana a esta hora estaremos de vuelta en San Francisco, viviendo nuestras patéticas vidas.

Juro... que... - dije enojada porque sabía de los alcances de mi hermanito - no voy a dejarte en cualquier lugar para que hagas de las tuyas. Vendrás conmigo... pero debes jurar que veas lo que veas, o escuches lo que escuches, nunca mencionaras nada. Esto queda entre nosotros, ¿queda claro?

Perfectamente - dijo mirándome

Mi hermano sí que se sorprendió, con la facilidad con la que me movía por la ciudad, según su memoria era la primera vez que estábamos ahí, pero no dijo nada. Nuestra primera parada fue en la vieja marina, hace siglos había ocultado allí algo que de seguro podría necesitar. Jayden sin problema alguno me ayudo a encontrarlo: una vez más no hizo preguntas.

Luego nos encaminamos al bar de Lucifer, cuando llegamos como siempre estaba abierto. Entramos como su fuera lo más común: dos adolescentes entrando a un lujurioso club a las 10 de la mañana, sin que nadie nos detuviera nos encaminamos al ascensor para poder dirigirnos a su penthouse.

Entre el cielo y la tierraOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz