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Rose Wheeler, o mejor dicho, Marimacha Wheeler.

Así era como todos en la secundaria llamaban a la chica, aunque tenía cientos de apodos cómo: Huérfana, Zorra, Zanahoria, etcétera, el anterior era por el que más la llamaban.

Apesar de que la chica mostraba que no importaba aquello, todas las noches se abrazaba así misma ahogando sus llantos para que sus abuelos no la escucharán.

Ahora mismo, la pelirroja caminaba en dirección al mismísimo infierno, bueno, así era como ella llamaba a su instituto.

Al llegar, pudo sentir varias miradas sobre ella mientras caminaba por los pasillos, la pelirroja intento mantener su miraba arriba tratando de no darle importancia a  todas esas miradas hasta que visualizo a Robin Arellano, uno de los chicos más temidos en toda la secundaria.
Este también la miro y rápidamente se acercó a ella.

— ¿Qué onda, linda? —saludo el chico llegando a su lado.

— Hola, Robin —respondió la chica tratando de ocultar su sonrojó

Apesar de que el apodo que el chico tenía hacía ella era en español, la pelirroja lo entendía perfectamente, no por nada la clase de español era la que se llevaba sus mejores notas.

— Ayer mi madre me regaló un videojuego nuevo —menciono el chico cuando ambos entraron a su clase de literatura, la cuál compartían juntos— ¿Te gustaría venir a jugar está tarde? O mañana, cómo quieras... —

Los dos adolescentes se sentaron juntos mientras Rose observaba enternecida como el chico al frente de ella se ponía nervioso.

— Tengo tarea de Sociales que hacer, ¿Que te parece si voy mañana? —pregunto la chica sin quitar su mirada sobre el moreno.

— Cool —respondió asistiendo

— Cool —respondió de la misma manera la pelirroja

Su charla se vio interrumpida por el maestro, el cuál ya había entrado al salón de clases pidiendo que sacarán sus cuadernos.

La clases habían pasado rápido por lo que Rose se apresuró para llegar a su casa.

— Hola, cariño —saludo su abuela al verla llegar.

— Hola, abu —saludo de la misma manera después de dejar su mochila en el sillón de la sala.

— La comida ya está casi lista, ¿Me ayudas a colocar la mesa? —pidió la abuela a su nieta

La chica solo asintió y se dirigió al comedor para colocar los manteles, platos y cubiertos mientras tarareaba un canción.

A los minutos, ambas mujeres se sentaron a comer en la mesa y empezaron a hablar sobre la película que verían juntas está noche.

— Robin me invitó a jugar con el mañana en su casa —menciono la chica mientras acomodaba su último bocado de arroz en el tenedor

— Robin, Robin —la señora Mary le dió una sonrisa pícara a la pelirroja

— Es solo un amigo —menciono Rose

— Cómo tú digas, cariño —finalizo la abuela mientras la pelirroja le daba una mirada fulminante.

Después de comer, Rose subió a su habitación para empezar a hacer su tarea mientras su toca disco reproducía una canción de Pink Floyd, banda la cuál había conocido hace unas semanas.

Eran las 5 de la tarde y Rose recién terminaba su tarea, se tiro a la cama exhausta mientras abrazaba a su osito de peluche.
El aire frío llegó hacía ella ya que su ventana estaba un poco abierta, perezosamente se levantó de su cama y cerró aquella ventana, volvió hacia su cama y se acostó en ella. Apesar de que era muy temprano, la chica ya se moría de sueño ya que la noche anterior, la pelirroja se había quedado despierta hasta tarde lamentándose la desaparición de Bruce, no era muy cercana a el, pero varias veces había cruzado palabras con el, lo suficiente para darse cuenta de que era un muy buen chico.

Pronto, la chica se quedó completamente dormida, cómo su puerta estaba entreabierta, su abuela se percató de que su nieta ya se encontraba dormida, negó varias veces mientras repetía el hecho de que no había cenado y que no se había colocado su pijama , la señora arropó a su nieta y deposito un beso en su frente para luego salir de la habitación color verde con blanco de la pelirroja.





































































primer cap, espero les guste 🤡

❝𝐘𝐎𝐔❞ | the black phoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora