eight

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Rose estaba sentada en una de las esquinas de la habitación, estaba totalmente callada y no se movía para nada. A Finney le preocupaba que la chica estuviera de tal manera, mayormente era ella la que siempre intentaba mantener el ambiente agradable apesar de la situación.

Finn se sentó en el colchón con sus rodillas en dirección hacía la chica.

— ¿Estás bien? —el rubio rompió aquel silencio intenso.

Rose giro su cabeza para mirarlo y solo asintió, mentía y Finney lo sabía. Este frunció el ceño y se acercó más a la chica.

— ¿Quieres jugar adivinanzas? —pregunto el chico.

— No tengo ganas de jugar adivinanzas —respondió la pelirroja mientras jugaba con sus dedos.

— ¿Entonces que quieres hacer? —pregunto de nuevo Finney mientras colocaba su mano encima de la de la chica.

— Quiero salir de aquí —respondió la chica en un susurro mientras ocultaba su rostro entre sus rodillas.

El chico la miro triste, no le gustaba verla así, tan desanimada y con sus esperanzas casi acabadas.
Quería hacer algo para que se contentará pero el no era muy bueno en eso.

— Ese día, el día que me defendiste, —empezo a hablar Finn mientras se sentaba al lado de Rose— fue uno de los mejores días que e tenido. —confeso el chico

Rose alzó su cabeza lentamente para mirarlo

— ¿Por qué? —pregunto.

Finney se encogió de hombros— Siempre había tenido la curiosidad de como era la personalidad de la pelirroja de la secundaria —

— Querrás decir Marimacha de la secundaria —corrigió la chica sarcástica

— No, no, —se apresuró a decir el rubio— yo nunca e pensado que fueras una «marimacha» o todas esas cosas que dicen que eres. La gente es estúpida e ignorante, que tú cabello sea corto no define quien eres —

— Entonces, ¿quién soy yo para tí? —pregunto, está vez, tímidamente la chica.

— Una chica muy bonita con una personalidad asombrosa —explico el chico— muy valiente, divertida, disecadora profesional de ranas —bromeo ganándose una carcajada por parte de la chica 

Ambos empezaron a reírse, Finney había logrado su objetivo.

— Tu no te quedas atrás —confeso la chica tratando de calmar su risa

— Lo se, soy un chico genial —dijo sarcástico

— Lo eres —afirmo la pelirroja

De nuevo, todo se quedó en silencio mientras ambos se miraban directamente a los ojos, las mejillas de ambos se habían colorado y era bastante notable.
Rose acercó su mano hacia la mejilla de Finney para quitar un poco de tierra que había en su mejilla, el chico se tenso al tacto.

— Me gustan tus rizos —confeso Rose mientras tocaba unos de los rizos del chico.

Finney se había vuelto un tómate y eso a Rose se le hacía lo más tierno del mundo.

— Deberíamos cavar un poco más, el hueco ese debe llevarnos a algún lado —menciono la chica mientras se levantaba de su lugar.

Al ofrecerle la mano a Finney para que esté también pudiera levantarse, el teléfono negro de la habitación empezó a sonar.

Ahora, Rose se acercó a contestar.

— Dijiste que me llamaba Billy —fue lo primero que escucho al contestar.

— Billy Showalter —confirmo la chica

Finney se acercó a la chica.

— No me digas así. Te dije que no recuerdo quien soy. —pidió el chico.

— ¿Cómo quieres que te llame? —pregunto la pelirroja

— ¿Que recuerdas? —pregunto Finney

— Ya les dije, repartía periódicos. —respondió

— Okey, repartidor... —

— En frente de ustedes, en esa pared, abajo hay una separación en el piso —indico el chico

— Sí... —confirmo Rose

— Escondí un cable ahí —finalizo

— ¿Y que hacemos con el —pregunto Finn

De la nada, la botella al frente de ellos empezó a girar rápidamente, ambos dieron un paso hacía atrás asustados, poco a poco empezó a bajar la velocidad, está se detuvo pero apuntaba a un lugar en específico, la ventana.

Rose colgó la llamada y los dos chicos se aproximaron a llegar a aquella pared para sacar el cable que Billy les había indicado que estaba ahí. Efectivamente, ambos chicos empezaron a sacar el cable de aquella separación de la pared. Ambos se colocaron al frente de la ventana.

Finney lanzó el cable hacía la reja de la ventana intentando que este se enredara en ella pero le fue imposible.

— Las alfombras —dijo en chico para después apresurarse a correr a la otra habitación

Finney llegó de nuevo hacía la chica con una de las alfombras, la colocó hacía la ventana y se agachó para empezar a insertar el cable por allí, Rose miro al chico confundida hasta que observó como el cable empezó a enredarse entre la rejilla.
La pelirroja tomo el otro extremo del cable mientras Finney hacía a un lado la alfombra. Este tomo ambos extremos del cable para intentar subir, pero resultaba un caso imposible, la pared era muy lisa y eso hacia que Finney no pudiera impulsarse bien.

El rubio se detuvo un momento para pensar, una idea vino a su cabeza y empezó a hacer un nudo con ambos extremos y colocar su pie allí para impulsarse y poder abrir la rejilla.

Rose observaba todo en silencio hasta que se percató de algo.
Si Finney quitaba la rejilla, ¿Que iba a sostenerlo allá arriba? Era obvio que el vidrio no lo haría.

— Finney... —llamo la pelirroja al chico

Este se giró a mirarla pero ya era muy tarde para advertirle ya que ya se encontraba en el suelo.
Rose se acercó al chico para fijarse que el rubio estuviera bien, se había dado un fuerte golpe.

— Oh Dios, ¿Estás bien? —pregunto Rose preocupada.

— Lo estoy, lo estoy —respondió el chico— Supongo que el hueco ese debe llevarnos a algún lado —repitió el chico haciendo que la pelirroja riera un poco.

No había duda de que ambos chicos se empezaban a quererse mucho y a preocuparse el uno del otro.




























































































este es un poco más largo q los anteriores por agradecimiento a las 800 visitas 🥳

❝𝐘𝐎𝐔❞ | the black phoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora