six

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Rose y Finn se encontraban acostados dándose la espalda mientras hablaban de cualquier cosa, estar ahí encerrados les había dado la oportunidad de conocerse más.
Apesar de todo, el ambiente era tranquilo hasta que el sonido del teléfono volvió a retumbar por toda la habitación.

Rose sintió como el chico acostado a su lado se dió la vuelta para también mirar el teléfono, Finn se levantó y Rose solo se sentó, antes de tomarlo, ambos se miraron no muy seguros pero Finney descolgó el teléfono y lo llevo lentamente a su oreja.

— ¿Hola? ¿Hay alguien ahí? —pregunto— Ayuda... —

— Rose, Finney —una voz ronca salió del teléfono lo suficientemente fuerte para que Rose también la escuchará.

Finney soltó el teléfono asustado y se alejó unos cuantos centímetros de este, la chica se levantó y tomo el teléfono para colgarlo.
Sin embargo, volvió a sonar y los dos chicos se miraron entre sí asustados.

Rose tomo lentamente el teléfono y lo llevo a su oreja, el chico se acercó a ella quedando cara a cara para que ambos pudieran escuchar si es que alguien a otro lado de la línea hablaba.

— ¿Hola? —pregunto en un susurro

Nadie contestó por lo que la pelirroja estaba apunto de colgar de nuevo.

— No cuelgues —se escucho decir

Ambos se miraron algo sorprendidos pero la chica rápidamente contesto:

— No lo haré —

Se quedaron en silencio por unos segundos.

— ¿Quién eres? —pregunto Rose.

— No lo se, no recuerdo mi nombre —respondió el chico

— ¿Por qué? —esta vez, hablo Finney.

— Porque es lo primero que pierdes. —explico el chico

— ¿Que pierdes cuando? —

— Ustedes saben cuándo —fue lo único que respondió el chico

— ¿Cómo sabes nuestros nombres? —pregunto Rose.

— A Finney lo ví una vez, casi me pocha, su brazo es impresionante —empezo a hablar— Y a ti, Rose, siempre que te veía te decía lo inteligente que eras y lo lindo que es tu cabello —

Ahí fue donde ambos chicos se dieron cuenta con quién estaban hablando.

— ¿Bruce? —pregunto el rubio

— ¿Bruce Yamada? —

Después del partido de béisbol, Rose se próximo a dirigirse hacía el puesto de Hot Dogs

— Me da uno con todo, por favor —pidió la chica al llegar

A los segundos, otro chico llegó al lugar

— A mi igual, por favor —pidió el asiático.

El cocinero solo asintió y explico que en unos minutos estarían listos.

— ¿Rosemund Wheeler? —pregunto el chico

— Dime Rose —pidió la chica

— Soy Bruce, Bruce Yamada —se presentó

El chico le regaló una sonrisa cálida y la pelirroja tan solo se la devolvió.

— Felicitaciones, eres una de los pocos alumnos con exelentes calificaciones en esa estúpida secundaria. —felicito el pelinegro— Eres muy inteligente —finalizo

— Gracias —la chica intento cubrir su sonrojó

— Adoró tu cabello, es hermoso —halago Bruce con una pequeña sonrisa

Los dos adolescentes se miraron ligeramente sonrojados hasta que se vieron interrumpidos por los Hot Dogs que habían pedido

— Espero ver nos de nuevo, Rose —se despidió el chico

— Espero lo mismo, Bruce —repitió la pelirroja

Aquel recuerdo llegó a la mente de la chica, sonrió con nostalgia.

— Si, Bruce, ¡Yo soy Bruce! —dijo el chico alegre.

— ¿Por qué nos llamaste? —pregunto Finney

— Finney, tu brazo es impresionante, casi me ponchas. Rose, eres muy inteligente —repitió el chico

De nuevo, todo era silencio y ambos chicos se miraban confundidos.

— En el pasillo, hay una loseta suelta, debajo, hay una parte de tierra. —menciono Bruce rompiendo el silencio

Finney corrió hacía el pasillo para buscar dicha loseta

— Intenté escapar por ahí, pero no tuve tanto tiempo —confeso el pelinegro

— ¿Y nosotros si tendremos? —pregunto Rose

Bruce no contestó y se escucho como colgó el teléfono, la chica frunció el ceño

— ¿Bruce? —pregunto

La chica solo colgó el teléfono y se apresuró a llegar en donde estaba Finney, quien ya había quitado por completo la loseta.

Ambos empezaron a cavar con sus manos, y la tierra que sacaban la depositaban en el retrete, cuidando a qué este no se tapará.

Después de un rato, los dos se cansaron pero habían conseguido hacer un hoyo algo profundo.
Colocaron una de las alfombras encima del hoyo para que no se viera muy visible.

Se tiraron en el colchón para poder descansar y recuperar energías para salir de aquel lugar. Ambos tenían la esperanza de salir, de salir juntos y con vida.













































Hay algunas faltas de ortografía pero las arreglaré más tarde, así que mil disculpas por eso 😔

cuídense, bay uwuwu

❝𝐘𝐎𝐔❞ | the black phoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora