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Kacchan y yo íbamos a la misma clase, sí, pero ni siquiera me dirigía la palabra. Ni siquiera un, "buenos días Deku", NADA. Yo había intentado que nos pusieran juntos en algún trabajo o algo, pero nada.

Seguramente Kacchan alguna vez me había pillado mirándole en clase, o en el comedor, pero llegaba Kirishima y yo apartaba la vista.

Nadie se podía enterar de que me gustaba Kacchan, ya era suficiente ser un adolescente de 15 años, raro, nerd, bajito, tímido, el qual era diana para los abusones del instituto, como para ahora declararse públicamente gay y que le gustaba su amigo de la infancia, el cual era el más popular, Katsuki Bakugo.

Ni siquiera mis mejores amigas sabía que era gay, ni que me gustaba kacchan, ni sabían el pasado de los dos desde niños. Que ¿por qué? Yo qué sé. Tampoco quería hacer un drama de ello. Me gustaba que fuera mi secreto. Todos tenemos algo que no queremos que sepa nadie más. Solo nosotros. Bueno, pues lo
mio era lo de Katsuki. Total, era algo imposible. Aunque muchas veces imaginaba que no, y necesitaba creerlo.

Estamos a mediados de junio. Quedaba poco tiempo para las vacaciones de verano y, como suele ser normal, el insti había organizado el viaje de fin de
curso a Praga. Pero yo no iba a ir, no me van mucho estos viajes. No sé. Me daba vergüenza, no quiera estan una semana con gente la cual no me llevo, y me daba cosa cambiarme enfrente los demás. El raro soy yo.

A pesar de no ir al viaje tenía que asistir toda la semana a clases, y estar con los pocos que se quedaban aquí.

Recuerdo cruzarme con Kacchan por los pasillos el día que nos dijeron lo del viaje. Por un instante me miró e hicimos contacto visual, me quedé embobado mirándole, viendo esos ojos carmesí brillantes, los cuales hacía años no veía tan detenidamente, yo seguía caminando, pero me di con la puerta abierta de una de las taquillas. Todos los que estaban en el pasillo empezaron a reírse como borregos. Kacchan vino y cerró la puerta.

-Joder, nerd, ¿¿eres imbécil o que??- me dijo gritándome, mientras me miraba con enfado.

-Eh, lo siento mucho kacch... Katsuki -contesté, con un dolor indescriptible, y me fui de ahí a todo correr, mientras mis compañeros y los amigos de Katsuki seguían riéndose de mi torpeza legendaria. Esas fueron mis primeras palabras con Kacchan desde hace 4 años, la primera vez que me miraba solo a mi, aunque fuera para mal.

También me negaba a ir al viaje porque iban todos los amigos de Kacchan, todos unos imbéciles, Mina, Denki, Sero, Monoma, Mineta y sobre todo Kirishima, el más gilipollas de todos.

-¿Cómo que no vienes?- me soltó Momo mientras bajábamos por la cuesta entre los dos patios, camino de la salida del colegio.

-Lo siento Momo,no me apetece nada.

-No te apetece venir con nosotras?- añadió Jiro
¡Que nos lo vamos a pasar super bien! ¿Qué te pasa?

-Nada- conteste.

-Te gusta alguien, ¿verdad?- reflexionó Momo- ¡Seguro!

-¡Te gusta alguien!-chilló Jiro, secundando a Momo.

Cuando se ponían así, no había quien las aguantara.

-¡No! --me defendí.

-Pues tendrás que darnos una razón más clara de por qué te quedas, porque no me lo creo.

-No voy, ¿vale? No me gustan esos viajes,ya lo sabéis- agregué, cabizbajo.

-Vamos a ver. Pero es que vas a ir con nosotras. ¿Qué problema hay? -Jiro era insistente.

Momo creo que ya se había dado por vencida porque estaba pasando olímpicamente del tema, con el móvil entre las manos.

-Mis padres no me dejan- dije, al fin.

Bueno, era mentira. Pero era realista.

-¿Por qué? ¿Saben que vamos?

-¡Si, Jiro! Saben que vais, pero no me dejan igualmente. Qué hago. ¿Me mato? Madre mía.

-Déjale. -Momo le dio un pequeño codazo a Jiro, que
tuvo que callar.

-Joder, pues te vamos a echar de menos.

-Qué va, si os lo vais a pasar muy bien. Yo sí que os echaré de menos, que tengo que venir a clase- me lamenté.

Nos acercamos al pequeño quiosco que había en uno de los patios, donde comprabamos caramelos y bolsas
de papas, muchas veces caducadas.

Y yo me compré un polo, el cual te regalaban una tarjeta coleccionable de All-Might. Una tontería , pero me encantaba.Y las quería todas.

Mientras lo devoraba como si no hubiera comido en mi vida, vi a Kacchan salir del colegio, con la mochila al hombro, y rodeado del equipo de Basquetbol: Kirishima y compañía, además de varias chicas, entre las que estaba Toga Himiko, que no dejaba de tocarle. Pasaron a mi lado y ni siquiera me miraron, pero yo no pude evitar mirarle a él hasta que desapareció en la
calle.

-¡IZUKU MIDORIYA! ¡Espabila! - chilló Jiro.

El polo se había derretido y me había manchado toda la camiseta.

Genial.

-Mierda-protesté mientras trataba de limpiarme la mancha con las manos.

-Estabas embobado mirando a... iNO FASTIDIES!

-¡QUÉ!- chillé.

Mierda. ¿Tanto se me había notado?

-¡TE GUSTA HIMIKO! -gritó Momo, buscando la complicidad de Jiro, que no podía hacer nada más que mirarme con ojos sorprendidos y boca abierta.

-¡Qué dices! --Es decir, no podían estar más equivocadas.

-Por eso te quieres quedar, ¿eh?

-¡Que mis padres no me dejan!

-¡No nos mientas! ¡Te gusta Toga! ¡Qué fuerte! ¿Y por qué no nos lo habías contado? ¡Madre, qué fuerte!

-Ay, mira, Jiro, me voy.

-Oye, oye, no te vayas así, que ya no nos ves en una semana -dijo, agarrándome de los brazos entre las dos.-Si es que nunca hemos pasado tanto tiempo sin vernos.

-Eso es mentira.

-Bueno, me refiero estando en clases. Es viernes.Por qué no vamos a merendar o a hacer algo? Así nos
despedimos.

Obviamente, acepté. ¡Cualquiera decía que no. Pero lo que realmente quería hacer era seguir a Kacchan.

¿Dónde? Yo qué sé. Donde fuera.

Otra vez tú *pausada* :(Donde viven las historias. Descúbrelo ahora