Mañana del martes. No tenía ni idea de a qué hora habíamos quedado. Ni siquiera si se acordaría de lo que me había dicho:
"Podríamos quedar para ir a clase por la mañana. ¿Pasas a buscarme?".
Esas fueron sus palabras, pero luego se fue de esa forma tan brusca.
Y, como suponía, aún no me había aceptado en Insta. Pero me había dejado su balón... ¿o se lo había olvidado? Ay, yo qué sé. Total, ahí estaba yo, desde las siete y media en su
portal, cuando entrábamos a las ocho y cuarto. Por favor, que se acordara. No tenía ni su número de teléfono. ¿Cómo le iba a avisar? Pero mis inseguridades desaparecen cuando le veo salir del portal, con camiseta blanca y bermudas de color negro. Me fijé en sus piernas. Nunca me había fijado tanto en las piernas de alguien. Su piel era blanquecina ,ligeramente bronceada, de tantos partidos de básquet al sol, y cubiertas
de vello rubio, me daban ganas de acariciarla.-¿Qué haces aquí?
-¿Q-q-que?-digo, sorprendido.
Mierda. Lo sabía. Lo había olvidado. Estaba quedando como un loco acosador. ¡Qué vergüenza! ¿Qué podía hacer? Tocaba disimular. Sentí cómo algo se rompió en mi interior. De un plumazo, con esas tres palabras, había borrado todo lo que había pasado la tarde anterior, aunque realmente no pasó nada. Cada vez que trataba de hacer un acercamiento, él se alejaba. Izuku, no podías tenerlo más claro. Te lo estaba dejando cristalino.
-E-emm, no, n-nada. Pasaba por aquí de c-camino a clase... S-siempre paso por a-aquí...
-Pffffpuajajajaj, te estoy vacilando, idota.-se río sin compasión
¡Estuve a punto de matarlo!
-¡Ah! Ah, vale-vale, ya l-lo sabía.-sonreí nervioso.
-Relaja, nerd. Pensé que no te acordarías.
-Yo pensé que TÚ no te acordarías --confesé.
-¿Y por qué no iba a hacerlo? --repuso, y con esa tontería me hizo sonreír.
En el camino al instituto , tampoco teníamos mucho de lo que hablar. Hacía años que no hablábamos y no tenemos temas de conversación, y sacarle palabras era demasiado complicado. Kacchan es de pocas palabras.
-¿Qué crees que haremos hoy?
-Otra maldita película empalagosa, seguro. Y luego, vete tú a saber.- Se encogió de hombros.
-Si nos ponen una película, ¿t-te sientas conmigo? - dije, sin
pensar. De hecho, si lo hubiera pensado, no lo habría preguntado.
Ni de broma. ¿EN QUÉ PIENSAS IZUKU? Acabo de fastidiarla muchísimo.-¿Ah?, no me gusta sentarme con gente para ver una película,y a parte tu no pararías de murmurar, y si te sientas conmigo Toga se enfada sin razón.-respondió sin inmutarse.
GRACIAS. Gracias por dejarme claro que la que te gusta es Himiko. A ver, también yo me había emocionado de más. Por favor, acabamos de volver a hablar. Estaba hasta yendo a recogerle a su casa. ¿Qué más quería? Pues todo. Lo quiero todo.
-¿Tú no te sientas con tu amiga rara? Mei, ¿no?
-Si, sí. Solo era, no sé, por cambiar.-Tierra, trágame.
El resto del trayecto lo hicimos en silencio. En total y absoluto silencio. Pero a Kacchan no parecía importarle. Simplemente estaba en su mundo. Ajeno a todo, como si estuviera solo. Realmente, ¿para qué me había pedido ir a buscarle si ni siquiera me iba a hablar?
Entramos juntos al instituto y justo me encontré con Mei, que vino corriendo a hablar conmigo, mientras kacchan, sin despedirse, sin mirarme, sin saludar, se alejó con las manos en los bolsillos.
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Otra vez tú *pausada* :(
FanfictionDesde el primer día de secundaria te separaste de mí. Cada día me olvidaba de tu voz, de tu mirada, de tu aroma, pero no me olvidaba de cómo me hacías sentir. Te volviste el chico guay de la clase, el deportista, el tío bueno, el inalcanzable. Llev...