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Acaban de darme un pelotazo en pleno estómago y la falta de oxígeno me está afectando.

Cuando mi equipo perdió, por mi culpa, pese a que he aguantado hasta el último momento, el profesor nos obligó a dar dos vueltas al patio mientras el otro equipo, obviamente, se reía de nosotros.
Bueno, menos Kacchan, que me miraba,con sus ojos carmesí que me traen loco y no dejó de hacerlo hasta que terminamos de correr.

-IZUKUU, podías haber esquivado la pelota.- protestó,Mei.

-Y tú podías no haberte eliminado la primera, ¿no?-le reproche.

-Cuando tienes razón, la tienes - respondió al momento que
terminábamos de correr y volvíamos a clase.

Mientras caminábamos hacia el interior del colegio para la última clase, los diez íbamos en parejas, hablando de absurdeces, como siempre.

Entonces Katsuki nos adelantó, y me volvió a hablar:

-eh,maldito nerd, ¿estas bien?

-¿Y-yo?

-Sí. ¿A quien más? ¿Te dejaron bobo? Te dieron un buen balonazo -recordó.

-Eh,s-sí, sí, estoy bien- dije, mirando mis zapatos.

-Parece que un deporte se te da medianamente bien.

¿Me lo ha dicho a mi? Siento como el calor sube a mis mejillas, sonrojándome al instante. ¿Eso era un cumplido? Es decir... siento que me derrito.

Y no era culpa del sol.

Me siento igual que mi helado de All Might.
Ahora yo era un hielo, y él era el sol abrasador a mi alrededor.

Con esas últimas palabras, se alejó, con sus manos en los bolsillos, seguido de cerca por Himiko. ¡Uf. ¡Cómo la odio! La envidio muchísimo,ella lo tiene más fácil que yo a la hora de acercarse a Bakugo, si yo actuara como ella, kacchan ya me hubiera maldecido en 3 idiomas. A parte, Katsuki Bakugo no podía ser más hetero.

De hecho, en clase se comentaba que ya se había acostado con varias chicas diferentes.
Y ese tema seguía con el tamaño de su... bueno, de su miembro, a veces era tema de debate de vez en cuando.

Imaginad la razón.

Pero a mí me da igual.

Pero también tengo en cuenta que tengo quince años, y estoy caliente todo el día, aunque no vaya diciéndolo por ahí.

Al salir de la última clase, me despedi de Mei y enfilé hacia casa, con los auriculares puestos con la música a todo volumen.

Por suerte, vivo a pocas calles del instituto, pero caminar por esas aceras sin una sombra en pleno junio se hacía cuesta arriba. Necesitaba agua o me iba a deshidratar.

Entonces vi una de las tiendas de alimentación que había cerca del colegio, entre y fui a una de las neveras, agarré una botella de agua y me acerque,a pagar.

-¿Cuánto es?-pregunte.

-110,24 yenes

Metí mi mano en el bolsillo pero... mierda

Solo tenia 82,68 yenes.

-Emm , no me llega. ¿No me lo puede dejar en 82?

-110,24

-Uf l-lo siento.. p-pues... pues nada -- dije, con toda la pena del mundo, a ver si sentía compasión y me perdonaba lo que me
faltaba, pero agarro la botella y volvió a meterla en la nevera.

Entonces una mano apareció de la nada, dejó una moneda de 500 yenes,en el mostrador y el dueño volvió a colocar la botella frente a mí.

- Pago yo.- sonó una voz conocida detrás de mi.

Otra vez tú *pausada* :(Donde viven las historias. Descúbrelo ahora