Capítulo 6

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Sango, Miroku, Shippo y Kirara ya habían despertado, el veneno solo los había mareado, pero...
Aome seguía inconsciente, tenía algo de fiebre, pues, al parecer, aunque el veneno le hubiera sido extraído, si le había afectado, algo que confundía a Albafica, pues había convivido con él y su sangre envenenada no le había afectado en absoluto.

"Esto que te voy a dar es para bajar la fiebre, cuándo estabas inconsciente lo moli con dos cucharas y te lo di disuelto en agua"
Albafica recordó lo que Aome le había dicho la primera vez que convivieron, estando el consciente.

Bajo la mirada de los amigos de Aome, se dirigió a la mochila de la chica, busco esa tira plateada que contenia el medicamento.

- ¿Qué diablos estas haciendo? - Inuyasha reclamo viéndose totalmente ignorado por el caballero. - Responde maldita sea. -
- Escúchame bien, imbécil. - respondio Albafica encarando a Inuyasha. - No me importa nada de lo que te pueda pasar a ti, me importa Aome, y así como ella cuido de mi, yo haré lo mismo por ella. -

Encontró la tira de pastillas, y entre sus cosas busco las cucharas, Sango se acerco a él para ayudarlo, pues intuyo lo que pensaba hacer, y una vez que las pastillas estaban hechas polvo, lo vertieron en un vaso, y con cuidado, se lo dieron a beber.

- ¿Cómo sabías que hacer? - Sango pregunto después de cambiar el paño en la frente de su amiga. - Después de todos estos años, yo aún no aprendo a diferenciar los medicamentos que ella trae. -
- Ella me explicó paso a paso cómo me los dio cuando estuve inconsciente. - explicó tranquilamente Albafica.

Inconscientemente acaricio su rostro, ni siquiera él sabía que clase de impulso lo llevaba a permanecer cerca de ella,  simplemente estaba ahí, y sentía que debía cuidarla.

..........

Despertó en la madrugada, intuía que faltaba poco para que saliera el sol, cuando se enderezó fue cuando el paño en su frente se cayó, y supo que había tenido fiebre.
No supo si había sido una alucinación debido al veneno,  pero juraría que había visto a Albafica.

- ¿Lo habré soñado? - Aome se cuestiono a si misma.
- ¿Tuviste un mal sueño? - Albafica hablo llamando su atención. -

Aome levantó la mirada, y ahí, frente a ella, estaba su supuesta alucinación, no había sido un sueño tampoco,  él realmente había llegado cuando ella ya no podía más.
No se contuvo, y las lágrimas comenzaron a salir sin control,  y se lanzó a abrazarlo.

- Creí que había sido un sueño que tú... - Aome trato de hablar, pero sentía ese nudo en su garganta.
- Senti que me necesitabas, estaba cerca, tenía que venir por ti. - el peli celeste dijo con dulzura.

Correspondió el abrazo, a pesar de no estar del todo acostumbrado a ese tipo de contacto físico, sabía que con ella se podía permitir ese tipo de acercamiento.

¿Podía permitirse ser egoísta y no volver a su mundo? Después de todo,  ya había peleado su batalla contra un juez del Inframundo,  había servido fielmente a Athena. ¿Realmente podía permitirse quedarse a lado de Aome?
¿Realmente quería perder a la única persona que no le temía y se podía acercar con total libertad a él?

Todas esas preguntas venían a su mente en ese momento, pero sus ideales como caballero le ganaban, sabía que aún después de muerto, él seguía siendo un caballero de Athena, y así sería siempre.

- Aome yo... - Albafica trato de explicar que se tenia que ir, pero Aome se le adelanto.
- Lo sé, tienes que irte. -  Aome hablo un poco desanimada al separarse de él. - Tu deber como caballero. -
- Prometo buscarte una vez que hable con la Athena de esta época. - Albafica acaricio su cabello con delicadeza para de ese modo tranquilizarla un poco.
- Te esperare. - respondió la azabache y solo miro como se ponía de pie para irse.

En todo momento Inuyasha estuvo observando toda la interacción entre ellos, pues al estar en la rama de un árbol, era un poco difícil que lo notarán.
A pesar de que hablaban en susurros, podía escucharlos a la perfección.

Se preguntaba que había pasado entre Aome y Albafica durante el tiempo que estuvieron juntos, se preguntaba que había cambiado en la chica, pues era claro que entre los dos había algo que ellos mismos se negaban a aceptar.

......

- ¿Cómo te sientes amiga? - pregunto Sango en cuanto despertó y la vio calentando agua para preparar ramen instantáneo. -
- Estoy bien Sango, gracias. - respondió Aome con una sonrisa un tanto fingida.
- ¿Y el señor Albafica? - pregunto Shippo al tiempo que se dirigía a ella y se sentaba en su regazo
- Se fue antes de que saliera el sol. - respondió la azabache tratando de ocultar su tristeza.
- ¿Por qué se fue? Creí que se quedaría con nosotros. - Miroku estaba confundido, había visto como el caballero había cuidado de Aome, y ahora ya no estaba.
- Él deber lo llama. - fue todo lo que la azabache se limito a responder, dando a entender que no quería hablar del tema.

Inuyasha de mantuvo en silencio,  estaba molesto y eso era evidente, pero por primera vez,  no diría nada, dejaría que Aome se le pasara esa especie de enamoramiento y tarde o temprano la atención de la azabache
azabache volvería a ser totalmente suya.

Un mes después

Se suponía que tenía que ir al santuario y hablar con la Athena de esa época,  pero no, ahí estaba, siguiendo de cerca al grupo de Aome.
Y si debía admitirlo,  se sentía celoso de ver como Inuyasha parecía ganar terreno con la chica,  incluso la hacia sonrojarse.

Por otro lado, Aome estaba confundida, las atenciones de Inuyasha la confundían,  y el recuerdo de Albafica, por alguna razón sentía que lo estaba traicionando.

- Descansaremos aquí. - aviso Inuyasha, llamando la atención de todos. - Iré a cazar algo. -

El grupo se dividió las tareas para poder comer, Shippo y Miroku habían ido en busca de leña, y Sango y Aome junto a Kirara,  habían ido por agua.
Todo parecía estar bien, incluso durante la comida, Inuyasha parecía estar totalmente tranquilo.

- Inuyasha... en unos días tengo que ir a mi casa. - Aome hablo con algo de timidez, pues sabía que al tratar ese tema, siempre terminaban peleando. - Serán mis exámenes finales, y no quiero repetir año... otra vez. -
- Esta bien,  después de comer nos dirigimos a la aldea. - respondió tranquilamente el peliplateado.
- ¿Escuche bien? - Miroku hablo un tanto incrédulo.
- Es raro que no te niegues. - Sango estaba igual de asombrada que los demás y no creía lo que escuchaba.
- Creo que todos merecemos descansar.  - Inuyasha volvió a hablar con tranquilidad.
- ¿Dónde está y qué hiciste con el verdadero perro pulgoso? - cuestiono Shippo con algo de burla.

Aome también estaba sorprendida, nunca se hubiera imaginado que esas palabras saliera de la boca de Inuyasha.
Pero Albafica llevaba ya un mes observandolos, sabía que el peliplateado lo único que quería era darle gusto en todo a Aome,  pero sabía que eso llevaba otra intención.

Amor entre RosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora