Capitulo 08

138 7 0
                                    

Los personajes de la siguiente historia no me perteneces, son propiedad de Marvel

•━━━━━━━ ∙ʚ•ɞ∙ ━━━━━━━•

Un fuerte dolor en su brazo lo hizo abrir los ojos de forma abrupta, su boca soltó un quejido al sentir como otra aguja pinchaba su piel para lograr introducirse en su vena. Vio como la sangre comenzaba a pasar por el tubo adherido a la aguja. No podía estar seguro cuanto tiempo había pasado, más en el transcurso del tiempo en el que despertó, ya era la cuarta vez que le sacaban sangre. Su cuerpo comenzaba a sentirse débil, estaba un poco mareado. De ser otra persona quizás se hubiera desmayado, más la resistencia que le brindaba el suero del super soldado lo había ayudado a permanecer despierto, más no creía que por mucho si las cosas continuaban igual.

Maldición.

Estaba muy preocupado, desde que Sharon lo durmió y despertó totalmente desorientado en aquella camilla su mente no dejaba de pensar en cómo se encontraría Natasha.

¿Abra despertado? ¿Sharon realmente la dejo libre?

Rogers había dudado que aquello fuera a ocurrir desde el principio, en su mente se había formado la idea de dejar a sus compañeros el trabajo de llevar a Natasha a un lugar seguro mientras el viguilaba a Sharon, más estando tan altareado por la situación que no pensó en que ella fuera a dejarlo inconsciente en medio camino.

No sabía cuanto tiempo le costó recobrar la consciencia, lo suficiente para que Carter se marchara eso era seguro. La agente le había quitado el comunicador de su oreja, lo había notado al despertar y tener un intento inútil por comunicarse con sus amigos.

Cuando las personas vestidas con batas blancas notaron que se movía dieron aviso a dos hombres que parecían estar afuera de la puerta vigilando, aquellos agentes sujetaron sus muñecas y piernas a la cama para que no intentara escapar. Desde ese momento contaba cuatro pinchazos, uno lo debilitaba más que otro.

.

.

.

.

.

Su cuerpo se sentía entumecido, le dolía todo, en especial el cuello, sus párpados se abrieron lentamente, veía borroso. Le costó unos segundos darse cuenta de su situación, estaba sentada y el piso parecía ... ¿Moverse?

¿Estoy alucinando o acaso aún no veo bien?

No, no era una alucinación, realmente se estaba moviendo, enderezandose de golpe noto que estaba sobre una silla de ruedas, lo que significaba que si esta se movía se debía a que la estaban moviendo.

Antes que pudiera girar el rostro escucho esa voz bastante conocida.

-Vaya hasta que al fin despiertas bella durmiente---El tono de voz de Yelena era burlón. La rubia había recibido el mensaje de Sharon que fuera por Natasha mientras ella se encargaba de Steve.

La había encontrado a medio pasillo, totalmente inconsciente. Sabía que la droga que Madame mando a suministrarle en dos dosis era altamente peligrosa, usualmente la mujer solía emplearlo para hacer entrar a una persona en un coma inducido, aun así no justificaba el que la descuidaran y dejaran sola, corriendo el riesgo de que sea encontrada por alguno de los vengadores o que despertara y escapara, aunque la segunda opción no era muy factible teniendo en cuenta su estado.

Una gran explosión resonó en todo el lugar, haciéndola aumentar su velocidad. Los Vengadores habían conseguido entrar, por lo que las dos plantas bajas de la base eran un completo caos de explosiones, humo y balas.

-¿¡QUE DEMONIOS ESTA PASANDO!? ---Natasha grito intentando apartar la mano de Belova de la silla, más no pudo levantar los brazos y cuando dirigió su vista a ellos noto que estaban sujetados por presintos. Se sacudió con brusquedad, más eso no detuvo el andas de la Rusa menor.

-¡Quedate quieta maldita sea! ---Los movimientos de Natasha comenzaban a ser demaciado molesto, hasta que en uno de esos sacudones la silla junto a ella y Natasha fueron a parar al piso.

Romanoff había notado que sus piernas estaban libres, por lo que apoyo su pie con fuerza sobre el piso, frenando el andar de Yelena, causando así que la silla cayera al igual que ambas.

-¡Que mierda Natalia! ---Belova se colocó de pie con molestia, tomando de uno de los bolsillos de su traje un pequeño cuchillo, corto los presintos que mantenían a Romanoff sujeta y la desató.

Natasha al verse libre intento incorporarse más el golpe de Yelena sobre su rostro la hizo volver a caer, tociendo un poco de sangre, le había roto el labio inferior.

Yelena se colocó sobre el regazo de Romanoff a horcajadas, comenzando a golpear su cara una y otra vez, sin darle tiempo a poder esquivarla o cubrirse.

-¿¡Por que mierda tienes que arruinar siempre todo!? ---Soltó con rabia, sus nudillos se habían manchado de sangre, sangre de Natasha. La pelirroja tenía el labio roto al igual que su nariz, una de sus cejas estaba rajada con una herida no tan profunda.

Romanoff no se recuperaba de los efectos de la droga, por lo que sus reflejos se habían vuelto tan lentos que le era imposible esquivar o detener los golpes, su rostro le comenzaba a arder, le dolía demaciado. Más no iba a quedarse sin hacer nada, tenía que sacarsela de encima.

Mierda.

Como pudo flexiono las rodillas, cerrandolas al rededor de las caderas de Belova, logrando girar para tenerla ahora a ella bajo el peso de su cuerpo. No tenía muchas fuerzas, estaba mareada, no podía devolverle los golpes, sus brazos le temblaban y sentía como de su cara escurria sangre.

Al bajar su mirada se encontró con algo que la desconcertó totalmente, Yelena tenía los ojos cerrados con fuerza y las lágrimas inundaban sus mejillas. Aquella imagen hizo que su corazón se encogiera, pocas fueron las veces que vio a su antigua compañera y rival de esa manera tan vulnerable, podía contar aquellas veces con una sola mano.

-Yelena... ---Le costó pronunciar, su labio roto le dolía como el maldito infierno.

Estúpida Yelena.

-Y-yo te necesitaba---La voz le salió en un susurro ahogado, Natasha soltó un suspiro comprendiendo lo que le estaba diciendo. Sin fuerzas se dejó caer sobre Belova, acomodando su rostro en el hombro de ella. Ya no tenía fuerzas.

-Lo se---Hablo con algo de dificultad en un susurro adolorido, no había día en el que no se arrepintiera de lo que sucedió aquella vez, la había creído muerta tras la explosión, en ese entonces no había querido buscar un cuerpo el cual reconocer, tampoco había podido, con todo el alboroto ella y Clint no tuvieron más opción que escapar sin mirar atras---No merezco que me perdones... Yo no lo hago, no hubo un día en el que no pensara en ti...---La voz de Romanoff comenzaba a hacerse más débil, estaba perdiendo las fuerzas---C-Crei que la explosión te alcanzó.... Pensé que habías muerto por mi culpa, no lo resisti...

Tras aquellas palabras se desmayó.

Do you love me too? [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora