Encrucijadas y elecciones

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La vuelta de vacaciones no fue tan mala como esperaban. Luna no regresó, Bill había hablado con Kingsley y decidieron que se quedaría en El Refugio con Dean y Ollivander ya que no era seguro que se expusieran de nuevo

Ginny cogió el Expreso junto a Neville y Blaise y Nott usaron de nuevo la red flu para llegar.

Cuando ambos Gryffindor entraron a la Sala de los Menesteres antes de la cena, encontraron a Theo trabajando afanosamente en uno de los escritorios y a Blaise sentado en un un de los sillones frente a la chimenea con los pies apoyados en el otro.

—Habéis tardado un montón —dijo Zabinni divertido sabiendo que a la pelirroja no le había hecho nada de gracia tener que coger el tren mientras ellos volvían por la chimenea.

—Qué gracioso —murmuró ella apartando los pies del moreno de un empujón y dejándose caer con un resoplido —No tengo ganas de bajar al Gran Comedor —murmuró contemplando las llamas que crepitaban en la chimenea.

—Pues yo tengo hambre —intervino Neville sonriendo.

—Si tú no quieres bajar —añadió Blaise mirando a Ginny —mucho menos yo, lo último que quiero es encontrarme con Crabbe y Goyle.

—¿Nervioso por tener que mentir? —respondió ella con una sonrisa maliciosa.

Él puso los ojos en blanco

—¿En serio pelirroja? Soy un Slytherin, puedo hacerlo sin parpadear—negó lentamente con una sonrisa abierta que iluminó sus ojos.

Vaya pensó Ginny de pronto. Aquella sonrisa sincera marcaba un pequeño hoyuelo en una de sus mejillas y por primera vez se dio cuenta de que Blaise Zabinni era muy guapo.

Sexy. Fue la palabra que le vino a la mente a la chica que, incómoda por sus propios pensamientos, frunció el ceño y volvió a mirar las llamas que se elevaban sinuosas dentro de la chimenea.

—¿Entonces por qué no? —dijo Neville ajeno a la turbación de su amiga.

—Crabbe y Goyle me acosan —Blaise se estremeció dramáticamente —son como dos perritos sin dueño que buscan una mano que los guíe. Pero no quiero ser esa mano. Maldito Malfoy.

—No han resultado inútiles después de todo —murmuró Theodore levantando la vista de su pergamino.

—Cierto —Ginny miró a Zabinni, pero aquella vez lo hizo viéndole como un medio para un fin. Sonrió —ya sabemos para qué nos es útil esta serpiente, Neville.

Blaise perdió la hilaridad y la fulminó con su oscura mirada.

—Muy graciosa pelirroja.

—No es broma —le interrumpió antes de que pudiera hablar —Tienen información.

—¿Y de qué ha servido? —preguntó Blaise —Potter se nos adelantó. Nos fugamos de Hogwarts —dijo dramáticamente —jugándonos la vida para darles información de primera mano...

—En realidad saliste por puro aburrimiento —acotó Theo que había dejado por imposible su trabajo ya que con tanto parloteo le resultaba difícil concentrarse.

El chico restó importancia a la frase con un movimiento de la mano

—Como sea, pero fuimos a contárselo ¿No? Eso es lo que importa.

—Pues ahora tendrás la posibilidad de volver a ser el héroe y encontrar un nuevo chisme que llevar a la Orden.

—Está bien, está bien, salvaré el mundo—se levantó sabiendo que si no quería morir de hambre tenía que bajar al Gran Comedor y, si bajaba al Gran Comedor bien podía poner la oreja por si oía algo interesante —Vamos Theo, no quiero que Crabbe y Goyle se coman mi cena —Ciao pelirroja, te traeré buena información.

El precio de la redenciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora