Episodio 4

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Es sábado y aún no puedo creer a cuantas personas les salvé la vida. Es una sensación gratificante pero a la vez misteriosa... ¿Cómo es que se puede hacer eso?.

Es sábado por la mañana. Mi padre ya se fue a trabajar. Él siempre me compra desayuno y lo deja en el horno de microondas, baje y cogí mis deliciosos tamales. Prendí el ordenador para buscar respuestas... Para saber a que se debían estos cambios... O como quiera que se le puedan llamar. Busqué las palabras «¿Cómo se les llama a la gente que se comunica con los espíritus?» en seguida busque en las páginas y me salio «medium» busque esta misma palabra y empece a leer palabra con palabra.

"designa a una persona a la que se considera dotada de facultades paranormales de percepción extrasensorial, que le permitirían actuar de mediadora en la consecución de fenómenos parapsicológicos o comunicaciones con los espíritus"

me dejó helada. Pero eso no es posible, es decir... Yo nunca tuve esa habilidad . De niña no era una niña especial, mucho menos más grande ¿Porqué exactamente ahora?.

Necesitaba algo más que una definición barata de un sitio web.¿Y porqué no hablar con uno?. Inmediatamente busque direcciones de médiums en el D.f no habían resultados. Hasta que meterme página tras página tras página di con una. Tenia que admitir que tengo buenas habilidades para investigar. Eso se lo agradezco a mi profesor de historia que me encargaba investigaciones complejas que introducir el título en el buscador no era suficiente. Fui a tomar una hoja de las que mi padre pegaba en el refrigerador. Y con un plumón negro anoté la dirección.

Apagué el ordenador y me subí a bañar a toda velocidad. Últimamente no me gustan las duchas... Pero en fin, me vestí con un vestido negro de flores azules y amarillas. Salí de mi casa y repase cada una de las calles que debía tomar. Tendría que tomar al menos 4 estaciones del metro. Al tomar la última una ancianita me llamó la atención iba sumamente encorvada, tenía un velo blanco que le cubría toda la cara, traía un vestido de color melón muy viejo y desgastado. Pero lo que me llamo la atención es que Llevaba una antigua maleta café. Me dirigí a ella para ayudarla con su maleta. Se veía pesada y ella muy apenas podía con su propio peso.

—-Señora, disculpe ¿Quiere que la ayude con su maleta?.

—-Claro mi niña, que amable de tu parte.—-dijo sin voltear a verme—-.

Tomé la maleta y me pare a su lado. La señora expiraba un olor un poco

 desagradable.

—-¿Qué estación va a tomar señora?.

—-la próxima que venga.

—-¿Sabe su nombre?

—-Yo sé que esa es la que busco.

—-Bien.

vi que el metro venia de lejos así que fui soltando la maleta para entregársela a la señora. Cuando me di cuenta de que era exactamente la misma estación que yo iba a tomar.

—-vamos mi niña subamos.

Fue extraño porque yo nunca le dije que subiría a aquella estación.

La señora se sentó en uno de los asientos de la ventana y yo me senté a su lado.

—-Y bien señora...¿Cuál es su nombre?

—-Carmen.

—-Lindo nombre yo s...

la señora interrumpió la oración.

—-Miranda.

¿Qué?

—-Cóm...

—- No hay tiempo.—-La señora tenia la mirada clavada al frente—-.

—-Necesitó que hagas algo por mí, mi niña. El volcán, va a explotar. Y arrasara con las 3 ciudades madre. Tienes que evitarlo para que yo pueda llegar a casa.—la señora con delicadeza que quitó la maleta de las manos—-

Premoniciones de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora