CAPITULO #7

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ADVERTENCIA: escenas fuertes, lenguaje vulgar, maltrato, abuso verbal y sexual. Si es una persona de ética por las nubes y es sensible, recomiendo esperar a el siguiente capitulo... :v ... Solo digo... " soldado advertido no muere en guerra"

- ¡Bien! - dijo con frialdad y con cierto toque perverso en su voz. Apenas se fue El Caballero, él tenia el poder, el encargado de supervisar a sus colegas - me voy a relajar un poco - giró su cuerpo aproximadamente unos 60 grados con rumbo a la habitacion de cierta chiquilla rubia.

- Nos esta prohibido ir Leo - habló una voz en el fondo, pero no se hizo identificar.

- ¿Y?, yo soy el que esta al mando ahora - no paró hasta cierto punto donde una docena de chicos le impidieron seguir.

- ¿No aprecias tu vida? - dijó alguien en la multitud - ¡Me importa un reverendo pepino que él se joda, pero no quiero salir afectado - gritó otro - ¡¿En que rayos piensa el lider en poner a este como reemplazo?! -

Se le cruzó una idea por la cabeza, una muy macabra - Y si... ¿Vamos lo que quieren? - ofrecio, era arriesgado, ¿Cuando no?; sin embargo, son más lo que quieren un momento placentero a la "castidad" por temor de un superior.

Era inevitable que se formada un ambiente muy pesado, incomodo. La mayoria no hacia más que mirarse y pensar: «¿Hace cuanto no toco una mujer?» ó «Solo sera un polvo de unos minutos. Eso no mata a nadie. Él entendera...si se enterara». Y algunos otros no mostraron mas que una mueca de repugnancia ante esa oferta. Ya sea: por su sexualidad, por respeto a las mujeres (cosa que hasta yo dudo:v) y uno o dos por respeto a quien los acogio. Por ordenes. No habia tal necesidad... Todavia.

Es verdad. Eran criminales, personas que no estan de acuerdo con la ley y hasta les da igual. No eran ninguna joyita en oro, eso es lo ultimo que merecian. Simplemente... No le veian el gusto - okay si, si lo veian- per las consecuencias era más duras que los beneficios.

- ... - calló y siguió su camino, esta vez sin ser retenido por otro. Ahora solo se quedarian ahi. Indiferentes a la situación que perseguia a la desdichada joven. Simplemente complices. La mayoria le tenia ganas, y para no evitar problemas para los que no. No hacian nada...

Su llegada a la celda de la chica no fue nada cautelosa es mas, se hizo notar todo lo posible, desde sus pasos hasta su respiración. Y ahí la vio, dormida, algo parecido a el quiento sueño donde practicamente nada la haria levantar. Rio socorronamente.

Un inocente angel, sin saber lo que pasaria, y un cruel, vil demonio que se aprovecharia de ella a toda costa. Mas que por el placer... Por venganza.
La recogió del cuello con una mano la cantidad de fuerza que este la daba, y con el otro brazo la azotó en la cara cosa que ella reacciono al instante. Con una mueca de dolor, impresión y sobre todo miedo.

Analizo desesperadamente el lugar y luego lo volvio a mirar. Esta vez con una expresión más "seria" o eso queria intentar - Suelteme ahora - habló borde miandolo con odio. Se temia lo peor, pero mostrarse sumisa ante una situación no es una de las opciones . Leo no dijo nada, la solto de golpe y la dejo caer. Estampando su cuerpo bruscamente contra el pavimento de la celda. Acción que le provoco un inosoportable dolor en el coxis no se dio cuenta sino hasta un ligero tiempo despues que el desconocido se estaba bajando los pantalones.

Se paro a pesar del dolor que todavia le invadia el cuerpo. Y intento vagamente correr, salir de alli. Como es de esperarse no lo logro. Leo la tomo fuerde de la nuca y la acerco - No me tomes de broma niña... - ella solo miraba aterrada, en la garganta se le formaba un nudo, ademas de sentir cada hueso de su columna vibrar. Los ojos comenzaban a arderle; pero nunca le daria a el maldito la gracia de verla llorar. Nunca. - Esto sera rapido e indoloro si haces caso y eres obediente - puso un dedo en su barbilla. No lo haria. Giro borde su cabeza para que no la tocara. Enfurecio por ello y le dio una cachetada - ¿No lo entendiste zorra? -

La sujeto de las raices del cabello y la poso en el suelo con la cara pegada al frio pavimento del lugar. No lloraria aunque le doliera -¡ALGUIEN POR FAVOR, AYUDEME! - gritó a todo pulmon con tal de ser oida, y su respuesta fue: levantada de la cabeza y ser estrellada de nuevo. El ardor le recorria el rostro al igual que la viscosidad de la sangre.

Puso su mano en el percudido vestido blanco y lo desgarro sin piedad. Se arrodillo detras de ella, le fastidiaba que se moviera como una vibora. Solo complicaba más la posición.

La joven princesa soltaba desgarradores gritos de auxilio. Y afuera, estaban un pequeño montón de personas.

- ... Daanial nos cortara pedazo por pedazo... No solo por no intervenir... sino por sentir la misma necesidad que Leo - Dijo uno y los demas solo asintieron. La impotencia y la necesidad es mayor que la bondad.

Dentro la situación era la misma, Rilliann forcejeando para no ser abusada y Leo aplicando la fuerza bruta y los golpes para por fin entretenerse

- ¡YA CALMATE MALDITA ESTUPIDA! - golpeo con fuerta su cabeza y pateaba de vez en cuando la zona abdominal. No lo suficiente como para hacerle daño, solo para que estuviera cansada. La chica sangraba por la nariz y la boca y aunque hubiera dicho que no lloraria le ganó la necesidad.

Ambos respiraban agitados, exhaustos y la chica gimoteba en el piso murmurando oraciones, esperando que alguien si vendria y la sacaria de ahi o en su defecto que la degollara sin compasión. No llevaba ni el día de estar prisionera y ya se queria muerta.

Ya más " calmada", sacó de una vez por todas sus ropas menores, la tomo por las nalgas con fuerza y puso su pene en el ano de la joven, sin delicadeza alguna se introdujo con una fuerte estocada- ¡POR FAVOR! ¡POR AMOR A DIOS, AUXILIO! - lloraba a borbotones mientras sentia como con cada fuerte embestida la lastimaba de todos los sentidos posibles. Y por cada vez que él entrba y salia resivia un puñetero golpe en la columna ó en la cabeza ó en la nuca.

Era una tortura oirlo soltar suspiros por lo que hacia, se sentia sucia y desprotegida cada minuto. Po un momento perdio el sentido de la realidad y cerro con fuerza los ojos. Sintio que era levantada desde las raices de su cabello. El ladrón le susurró - jaja... Eso, asi me gusta, ya... sabes como comportarte... como una perra - mascullo entre gruñidos y suspiros, la solto y le esupio. «Matenme ahora... Matenme de la manera más macabra posible, pero que no me toque más» pensó apagada.

El hombre sintio un maravilloso espasmo y se dejo correr, tanto era el esperma que salio que se escurria por las piernas. Con dos dedos los paso por el suelo donde habia y se los puso en toda la boca, ella ni se inmuto. No queria vivir más - Yo de ti disfruto esto... Sera lo unico que comeras puta- cogió un poco más y se lo restrego en la cara.

Se levanto y la vio determinadamente. Busco sus ropas entre el mugriento lugar, se las coloco y antes de salir del lugar dijo- Por cierto, eres muy mala. Te hace falta mejorar princesita- socorronamente. Cerro detras si y se dió cuenta de que al lado de la puerta estaban un par de muchachos - No vale la pena... Las perras siempre son un desperdicio jaja - tomo otro rumbo riandose histericamente...

- Alejo, espera por aqui cerca, intenta no llamar la atención... Eso es lo que menos queremos - ordenó Daanial con una engrosada voz que muestraba seguridad y superioridad. Aunque dentro (muy pero muy dentro) sentia nervios y miedo. El aludido simplemente respondió con un cabeceo afirmativo.

El azabache daba pasos con cautela, evitando, claro, ser visto por algún testigo; cosa que dudaba ya que no habia quedado ninguno en vida. Pero siempre hay que ser precabido en ese aspecto.

Conocia un raro pasadizo entre miles que tenia el majestuoso castillo, este era especial. Solo para él. No tenia practicamente nada de iluminación a excepción de una grietas formadas en el trasnscurso del pasilloque permitian un leve destello. Lo suficiente para guiarse.

Al final del no muy estrecho pasillo se topo con la tipica puerta de siempre. Bonita desde donde él la veia, ya que al otro lado era tan solo una simple y mugrosa pared. La atravezo sin problema alguno despues de todo el pasaje lo llevo a la oficina del nuevo gobernante. Marco. Todavia no se quitaba ese mal gusto en su carne. Y lo que mas lo frustraba era el "por que" de ese presentimiento.

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...Lo admitó, hasta para mi, que lo pense, lo escribi y le di forma... Fue muy fuerte... Dios me ampare. No es mi culpa que salgan con más traumas... Lo adverti.

Sin más que decir... Hasta el sabado siguiente. :v

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