CAPITULO #8

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Salió indignado por el trato del rey con su persona, Alejo venia a la par haciendole una cantidad estupida de preguntas que obviamente no responderia.

**FLASHBACK**

Esperó sigilosamente en el lugar dela supuesta reunión con Marco. Caminó un momento por todo el despacho del gobernante, ya no existia registro alguno de que hubo un rey antes. Solo cosas que le recordaban a él y a su miserable existencia. Se sentó en el escritorio del mencionado y encima de este habian papeles de tipo politico y uno que otropersonal, cartas abiertas y otras selladas tambien con el mismo contenido; sin embargo no puedo evitar sentir curiosidad con una en especifico, de sobre distinto, de color beige a diferencia del resto que eran blanco puro.
Rozo sus dedos con el papel a punto de tomarlo pero es interrumpido por Marco que entra de golpe.

- ¿Qué haces? - cuestiona Marco mientras se acerca, el azabache simplemente cierra la boca y lo mira desafiante.

- ¿Eso que importa? - respondió con otra pregunta y antes que el castaño le respondiera volvió a hablar - ¿Y bien, que necesira "su majestad"? -

Le frunció el ceño. No estaba siendo cordial sino zoes. Tomó prefundamente aire y luego lo soltó - Tenemos que hablar con respecto a los de ayer - refiriendose a la fallida boda. El azabache rió por debajo - ¿Cómo está Rilliann? -

- De maravilla - dijó y se sentó en la silla del escritorio del rey, sin importarle de quien fuera - ¿Todavia resentido por la cortadita? -

- Tsk... No era necesario -

- Jeje, que llorón, hasta me asegure de que no lastimara nada, solo carne y todavia sufre - se levantó y en menos de un parpadeo cambió esa burlescas expresión por una fria y seria - ¿Y? -

- ... - se acerca un poco a Daanial - Es logico que como la boda fue "interrumpida" no es necesario que siga viva... Matala, y te duplicare lo acordado Caballero - Se acercó un poco más a lo que el azabache ya comenzaba a inquietarlo - O ... hay otro modo de duplicar ese dinero - dijó en un tono suave. Paso su mano por el pecho del oji-dorado dandole a entender a que se referia.

En un rapido movimiento tomó esa mano y la dobló hacia la izquierda y con la otra que tenia libre saco una daga de un bolsillo trasero, lo puso en el lado derecho del castaño - Me das más asco de lo que llegue a imaginar Marco - apretó más el arma blanca contra su piel - Ahora escucha bien maricón. Me vuelves a tocar cono hace un momento ó te me acercas más de lo que admitó Y te rajó todo el pellejo - lo soltó y de un empujón lo hace estrellar con el frio suelo.

- jeje - Suelta una leve risita el rey - ¿Homofobicó Caballero? - aun sin pararse, ese golpe lo dejó aturdido - Que no se te olvide con quien estas hablando perro **sarnoso** - Hizó una pausa para recuperar aliento - YO SOY TU SUPERIOR, Y TE GUSTE O NO... seras mio - de nuevo rió por debajo e intentó pararse, cosa que no puedo ya que Daanial le metió una patada en todas las costillas.

- Tampoco se le olvide con quien habla "Su real feminidad" - por el mismo pasadizo que entró, salió. Envuelto por los brazos de la ira y el asco.

**FIN FLASHBACK**

- ¡YA CALLATE DE UNA MALDITA VEZ ALEJANDRO! - frenó en seco sin dirijirle la mirada al aludido, de hecho no miraba a ningún lado.

Y así fue, siguió la orden de su maestro, lider y amigo. Siguierón caminando, esta vez en silencio y uno muy incomodo para "la mano derecha del Caballero".

De vuelta a su refugio fue más corta, con el paso acelerado de Daanial. Al llegar una extraña aura se apodero del cuerpo de ambos, como si fuese una posesión.

Caminaron lentamente, ya más calmado que en el transcurso de venida y tambien fatigados por la velocidad.

Vió a dos de sus hombres preguntandoles con la miraba que habia pasado y de inmediato desviaron sus ojos a un punto indeterminado. Una grave señal de que algo terrible habia pasado, comprendió Alejo.

Ya adentro, no fue necesario hacer algún llamado para reunir a todos, ellos ya se encontraban ahi.

- ¿Dónde esta mi suplente? - exigió alterado por el silencio entre todos sus perros - ... - Rebuscó con su fria mirada al aludido, pero nunca lo encontró - ¡¿DÓNDE ESTA INFELICES?! -

El silencio era más abrumante ya que a todos se le veia la cara de culpabilidad e incomodidad con su presencia.

- No se ofenda Caballero - susurró Alejo lo suficientemente cerca como para ser oido por el azabache - Pero nadie va a contestar; y si ellos, que son multitud no pueden, un solo hombre tampoco - Haciendo alución a Leo, quien seguia sin aparecer.

- La... Señorita... Violó - mascullaron entre la faena. Coa que no fu dificil de entender. Desobedecieron su orden, la más jodidamente sencilla, la que menos debieron corromper... Y sin embargo...

Si antes estaba enojado con lo sucedido con Marco y tras del hecho con la suma negligencia de su sequito ahora estaba que explotaba... Nadie toca algo de su propiedad, aunque no tenga valor monetario...

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