La llagada al puerto tardo más de lo habitual, ¿Por qué?; bueno todo se debía a que la noche anterior había caído una fuerte lluvia que, incluso había inundado algunas áreas(en los barrios marginados del país), y resultaba que el camino del castillo al puerto no era del todo asfalto, la mayoría era tierra y a causa de eso se formo una ligera capa de fango por todo el recorrido. Para el guardia el fango era sencillamente un problema menor, nada que llamara mucho su atención; la chica por otro lado sufría por intentar pasar sin ensuciarse... tanto. La pequeña no le importo ir hasta la costa en pijama y menos con pantuflas, o eso pensó antes de caminar con dificultad por el légamo; ahora se estaba arrepintiendo de aquella trágica decisión.
Ella simplemente se le quedaba mirando al guardia esperando que este hiciera algo con respecto a su "delicada" situación, como si este fuera una luz en una pantanosa oscuridad. Nada. El despistado hombre caminaba como si nada reflexionando internamente acerca de lo que pasaría en el puerto.
Cuando ambos llegaron al lugar indicado, el guardia se separó inmediatamente de la chica no sin antes mostrarle un acto de respeto. La chica inmediatamente busco con la mirada por quien se vino por semejante légamo. Y ahí estaba. Un muchacho de cabellos oscuros, casi negros en su totalidad como el vacío del espacio(:v); de ojos ámbar como gemas preciosas que se estancaron en sus cuencas al nacer. Vestido con unas ropas simples, hijo humilde; lanzando pequeñas piedrecitas al mar. Ella era más alta aunque él era mayor. Lógica de la vida.
El muchacho por puro instinto gira la cabeza en dirección a su amiga mostrándole una mueca en forma de saludo. No de manera soez sino que hace poco por cosas del destino perdió un par de dientes y apenas si se veían sus nuevos reemplazos.
Rilliann se acerco con un gesto de mano y el jovencito apenas vio como se volvió no pudo evitar que saliera una fuerte carcajada, no puedo hacer nada más que sentirse avergonzada.
- tras de lenta resulta que también eres sucia!- exclamo el chico - de haber sabido que tendría que encontrarme contigo así ni siquiera me molesto en cambiarme de pijama - río
- es que, el camino estaba más pantanoso de lo normal hoy y el guardia que me acompaño no se preocupo de que la próxima soberana de este país contraerá algún mal de la tierra - empezó a hablar apresuradamente la pequeña señalando al "desdichado" soldado. Eso no impidió que el chico parara su risa al contrario la aumento más. Causando que se les contagiara a ambos, no era para tanto lo que le paso,al fin y al cabo suciedad nada más.
De a poco las carcajadas se fueron apagando en ellos y luego comenzaron a hablar de cosas triviales, sin importancia de mencionar. Pasaron las horas hasta que el sol se plasmó en lo alto del cielo y su calor se hacia más notable, por lo que fueron obligados a hacerse bajo alguna sombra. No muy lejos de la costa había un pequeño bosque, mas considerado como parque.
Fueron, se sentaron al pie de un frondoso nogal. Se quedaron en silencio mientras miraban hacia los barcos y las cosas que llevaban.
- ¿ A donde irán? - pregunto la niña.
- no lo se - respondió mirando que su papá se acercaba a ellos aunque todavía estaba lejos.( vaya vista pues) - ...algún día seré igual o más importante que un rey... - comento, ella no dijo nada ni lo miro, no había esa necesidad; ella ya comprendía.
Una silueta de un hombre no mayos a los 40 años parecido a su amigo se poso enfrente de ambos, el joven solo lo vio.
- hola Bryony - Rilliann saludo al mayor.
- hola princesa - dijo el aludido con suma cortesía.
- ¿ pasa algo papá? - dijo su hijo mientras se levantaba y Rilliann lo imitaba.
- ya falta poco por subir, lo mínimo así que es momento de que nos vayamos ya - su expresión era seria. Lo tomo de la mano
- ¿ Cómo? - dijo el muchacho frunciendo notablemente el ceño, esa idea no le agradaba para nada mientras se quitaba la mano de su progenitor ¿ adonde vamos? ¿Por qué nos vamos? -
- No hay tiempo para eso te diré cuando estemos dentro del barco - dijo Bryony. La pobre niña solo estaba viendo como ellos discutían.
- NO! -contesto el muchacho cortante, le frustraba tener que irse de allí, y los ojos cristalinos que que amenazaban con dejar brotar lágrimas era la muestra de esa frustración - POR QUÉ NO TENEMOS QUE IR SI AQUÍ ESTAMOS BIEN! -
- no es momento para eso... - fue interrumpido nuevamente por su hijo.
- NO QUIERO IRME! - grito el azabache menor. Su padre intento calmarlo acercándose a él y explicarle, sin embargo el chico se alejó de Bryony bruscamente y emprendió la huida por el bosque.
Con la discusión que tuvieron ambos lograron atraer la atención de algunas personas, conocidos y amigos de el general Bryony. Quienes al igual que él y la princesa siguieron al muchacho a lo interno. Y el sol alumbraba hermosamente en el centro del inmenso cielo, siendo testigo de todo. Todos gritaban el nombre del prófugo y por decisión del general se dispersarían para hallarlo mas rápido.
¿ Que tan difícil es encontrar un crió en un bosque con (aproximadamente) 8 personas buscándolo a las 2:37 de la tarde?. Un poco complicado, era bueno escondiéndose o corriendo, un atleta en miniatura.
Antes de seguir corriendo una voz lo detuvo.
- YA PARA DE UNA VEZ! - esta vez el grito provenía de su papá uno muy exhausto. Demasiado para alguien de su edad. No era un ejemplar de padre pero lo que hizo no lo hacia ni un criminal. Saco un pequeño y oxidado revólver de su chaqueta y a punto hacia él. El pequeño lo miraba con odio e importancia - ven aquí YA! - ordenó y efectivamente él obedeció. De a poco se acercaba al mayor sólo que con lentitud.
- no quiero irme... - masculla el pequeño.
- ... - Bryony no dijo nada y simplemente se abalanzo hacia su hizo con el revolver en mano.
Un gran estruendo se escucho alrededor de ellos provocando que los animales cercanos( mas que todo aves) salieran espantados. Además de atraer la atención de los buscadores y de la princesa. Si antes ya estaba asustada ahora se muria de miedo.
Salio con dificultad de debajo de su padre manchado en los pies de sangre. Solo lo miro aterrorizado. El mayor no se movía y él pequeño azabache no entendía por que su papa se callo encima suyo. Pero algo era definitivo para el niño. Era un asesino y comenzó matando a su propio protector. Se limpio con las mangas la cara y se sacudió la tierra de sus ropas y antes de darse cuenta ya lloraba de nuevo.
Por un lado se sentía aliviado de que ya no lo molestara más pero por otro y mucho más fuerte se sentía culpable, manchado.
Se oían voces a cierta distancia y él con sencillez miro de nuevo el cadáver del hombre y corrió a Dios sabrá donde perdiéndose de su vida como hijo de el general Bryony D' Ramirez. Ahora solo seria otro matón que andaba suelto.
Con su desesperación no se dio cuenta de que, además de sol y las nubes cierta rubia observaba la escena con sumo miedo y lo único que dijo cuando perdió a su amigo fue - ...**Daanial**... -
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NO!
AdventureSu amor por la justicia era tanta que pensó que todo aquel que estuviera en contra de su ley merecia la muerte. No se había dado cuenta que era todo lo contrario a ser justo, y que "EL CABALLERO" no era nada más que un apodo de mal gusto a como actu...