Sunderance (Zootopia)

Capítulo 24 Paso en Falso

Las cosas progresaron de una manera generalmente organizada en Wild Times a medida que avanzaba la noche. Judy no pudo negar que había un sentido muy, a falta de un término mejor, limpio de un negocio bien administrado, incluso si 'limpio' era lo último que la hacía sentir. Entraron macho tras macho, con alguna que otra hembra solo para hacer que sus oídos ardieran, y después de ser examinados por los guardias y marcados en la lista, caminaron hacia una de las mesas para esperar a su compañero de noche. Después de observar durante aproximadamente una hora, se hizo evidente que había un sistema de numeración y cada hombre fue enviado a su mesa designada. Una camarera, una cierva de cola blanca, con un atuendo que cubría lo suficiente de su cuerpo bien apilado para que casi no tuviera sentido, se acercaba a la mesa, tomaba una orden de bebida con una sonrisa brillante y luego se dirigía a ella. al bar. No se hizo ningún intento de manosearla, incluso si más de uno de ellos enfocó su mirada en su trasero mientras ella se alejaba. Incluso con su limitada experiencia en clubes de striptease, con sus reglas universales de no tocar, sabía que había un profundo sentido de 'tocar solo cuando está permitido'. Tanto es así que, a diferencia de esos clubes de striptease en los que los hombres a menudo eran expulsados ​​por romper las reglas en su excitación, ningún hombre intentó sobrepasar sus límites.

Esos límites no parecieron cambiar cuando llegó su 'compañero' de la noche, la mayoría de los cuales vestían más que la camarera cuando se instalaron en los grandes reservados. El saludo fue casi universalmente cálido, pero nuevamente, se sorprendió por la ausencia total de contacto físico no deseado. No es que no hubiera contacto. Pero en mesa tras mesa, notó lo obvio muy rápidamente: los clientes nunca se tocaban hasta que la mujer los tocaba primero. Después de eso, se quitaron los guantes proverbiales, lo que generalmente fue seguido por muchos besos, caricias y manoseos que ella esperaba. Después de eso, momento en el que parecía que el emparejamiento estaba completo, eran libres de dejar su puesto, bailar, beber o retirarse a una de las muchas habitaciones que se alineaban en las paredes para actividades carnales obvias.

Se esperaba la lujuria, pero la sorprendió que la falta de romance en el baile de apareamiento repetitivo no fuera tan importante para ella como el hecho de que parecía haber un nivel de respeto y orden. Tampoco tenía dudas de que las reglas de la casa aquí eran absolutas y, literalmente, nadie parecía dispuesto a arriesgarse a romper esas reglas. El pequeño macho, que había tomado su trono encima de la barra al descansar contra el pecho de la leona mientras ella jugaba con sus orejas, era claramente el centro de todo. Incluso mientras él hablaba, riendo y coqueteando vorazmente con la hembra mucho más grande, pudo ver que sus ojos estaban en todas partes a la vez, observando cada interacción. Ya había visto cómo había reaccionado cuando el macho se acercó a ella espontáneamente y asumió que lo había hecho debido a la amenaza de Nick, pero cuanto más miraba, más cuanto más se hizo evidente que se esperaba lo mismo de todos los hombres. Esto no era lo que ella esperaba. Las mujeres eran claramente más importantes para él que complacer a los clientes, que era lo opuesto a la relación de 'proxeneta y prostituta' que había encontrado en su número relativamente corto de años en la ley.

Había estado tan absorta viéndolo que casi se las arregló para olvidar que todavía deseaba desesperadamente que Nick regresara. Su sesión de preguntas y respuestas con Finnick solo la había dejado con más preguntas, una necesidad más apremiante de respuestas y el conocimiento del hecho de que era su culpa tanto como la de Nick. O al menos, en parte era su culpa. Era algo en lo que necesitaba pensar, pero mientras tanto, sus ojos volvieron a la puerta. Algo en la forma en que la reportera había preguntado por él directamente y solo había estado interesada en reunirse con él le frotó el pelaje en todas las direcciones equivocadas. ¿Una zorra atractiva que quiere conocer a un zorro que estaba de moda en los medios? ¿Por qué no habría querido conocerlos a los dos juntos? Habría tenido una entrevista real y no una reunión en un lugar secreto donde podría clavar sus garras ensu...