Sunderance (Zootopia)

Capitulo 27 Terrores Nocturnos

El teléfono celular en silencio era la única luz en el apartamento mugriento y esa luz rebotaba en las manos inestables del hombre larguirucho mientras miraba la pantalla en silencio. Inquietarse se había convertido casi en una segunda naturaleza para él desde que esa perra conejita había llegado a la ciudad, haciéndole preguntas y mirándolo como si supiera todo lo que él había hecho. Le hizo temblar el ojo solo de pensarlo. Pero por supuesto, ella no lo hizo. Si ella supiera la mitad de las cosas que él había hecho, dudaba que hubiera sido tan rápida en atacarlo. Maldita sea ZPD, todavía tenía la intención de hacerle pagar por insultarlo. Paga con sangre.

Contracción nerviosa.

Ya lo habría hecho, si no fuera porque Nick estaba a su lado las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana. Pegándolo al cuerpo suave y caliente debajo del disfraz de payaso de ese abogado, se imaginó. No había otra razón por la que alguien como Nick estaría involucrado, no que él pudiera ver. Comadreja no creía que nadie pudiera culparlo por tenerle miedo al zorro. Su pelea con el tigre podría haber sido una sorpresa para la mayoría de la ciudad, pero en los días en que todavía se le permitía asistir a Wild Times, había visto a Nick 'encargarse' de todo tipo de problemas para el zorro fennec. El tamaño nunca había sido un problema, ¿verdad? Incluso él mismo vitoreó en silencio una o dos veces, al ver a un bastardo engreído con un traje elegante arrastrado por las orejas o llevado en una camilla. Eso había sido antes de que la comadreja mordiera a una de las putas y lo echaran a patadas. Prohibido. Todo el'

Al igual que quería probar ese conejito.

Contracción nerviosa.

"Vamos, vamos", murmuró al teléfono aún en silencio, viendo pasar los minutos mientras se sentaba lejos de las ventanas, lejos de la puerta, y se aseguraba de no proyectar sombras. No esperaba que sonara todavía. Al igual que cada vez que recibió un paquete con un teléfono celular desechable, siempre había un tiempo incluido en la entrega. Ahora solo quería que ya fuera la hora para que sonara. Burlándose de las 8:59 pm en la pantalla, gruñó y miró a su alrededor a la negrura de la habitación. Cada sombra en el espacioso apartamento de la parte alta de la ciudad, pero descuidado, era sospechosa a sus ojos. Si bien él ya era un hombre cuya personalidad estaba al borde de los nervios, esperar estas llamadas siempre lo realzaba. No es que esperara un cuchillo en la oscuridad, pero...

El timbre alegre del teléfono lo hizo dar un pequeño salto, sus patas se agitaron por un momento hasta que logró deslizar un dedo delgado sobre la pantalla para contestar el número desconocido.

"Me enviaron una citación", dijo instantáneamente una vez que el teléfono fue presionado contra su oído, logrando permanecer sentado a pesar de que la energía nerviosa lo hacía querer ponerse de pie y caminar.

"Sí, lo sé", fue la tranquila respuesta de la voz que nunca había podido ubicar. Hombre, pero eso fue todo, lo que lo enojó muchísimo. "Pero tu pareja no lo ha hecho. ¿Tienes una explicación?"

"¿Por qué tendría una explicación?" espetó bruscamente, frunciendo el ceño mientras su mente repasaba la entrevista con el estúpido conejito. Había dado las mismas respuestas que había dado cuando presentó el informe y cuando fue interrogado en la corte la primera vez. "¡Dije exactamente lo que planeamos!"

" ¿ Lo planeamos?"

El tono altivo de muy leve molestia fue suficiente para hacer que la comadreja se estremeciera levemente, tragando saliva mientras acunaba el teléfono más cerca de su hocico. "Uh, me refiero a lo que planeaste. Dije exactamente lo que querías, en ambas ocasiones".

"Por suerte para ti, sé que seguiste el guión". Esta vez la voz era extrañamente tranquilizadora, incluso si el tono no había cambiado de forma notable. "Sin embargo, me ha llamado la atención que la señorita Hopps hizo una visita al lote de incautación y que pasó mucho tiempo registrando el auto de Otterton. Pensé que tenía claro que usted se aseguraría de que nada se dejara al azar. ?"