𝘊𝘰𝘮𝘱𝘢ñ𝘦𝘳𝘰𝘴 - Jakehoon

Capítulo 13

Al llegar a la puerta de casa tenía miedo de abrirla pues eso suponía enfrentarme al menor.

Abrí la puerta con cuidado pues intentaba hacer el menor ruido posible.

—Buenas— me saludó el peliblanco desde la cocina

Suspiré y cerré la puerta, no respondí.

El menor salió de la cocina y me miró extrañado.

—Te he saludado

—Y yo te he ignorado— solté mientras dejaba mi mochila a un lado

—¿Qué te pasa?— preguntó

—Pregúntale a tu novia— respondí— me acosó en la calle para decirme que estabais juntos, quería decirme que la preferiste a ella

Una risa sin gracia escapó de mis labios.

El menor pareció entender y cerró la boca de golpe apretando sus labios.

—Parece que sabes a lo que me refiero— solté antes de empujarle para un lado y pasar

—Jake, esto tiene una explicación

Me detuve.

—Sunghoon, no quiero explicaciones— le miré con una sonrisa para nada feliz— no me debes nada, a fin y al cabo era solo sexo

Me miró y apretó sus labios con fuerza.

Abrió la boca para intentar hablar pero las palabras no salían, cerró la boca con algo de rabia y se mordió los labios con tanta fuerza que comenzó a sangrar.

—Solo me gustaría que hubieras tenido la confianza para decírmelo— aguanté mis lágrimas— creí que por lo menos éramos amigos

Y tras esas palabras decidí salir de allí, el contrario no hizo nada por detenerlo.

Por alguna razón esperé que lo hiciera.

Que tonto de mi parte.

(...)

Estuve junto al peliblanco preparando la cena, el ambiente fue incómodo pero decidí que había que hablarlo pues teníamos que cenar con el otro par.

—Sunghoon— se giró rápidamente y me miró con confusión— está bien que estés con Hana, no lo entiendo pero tienes todo el derecho para hacer lo que quieras

—Gracias— contestó con una sonrisa que no le llegó a los ojos

El silencio reinó por unos minutos hasta que decidí volver ha hablar.

—Se que no es el momento pero— miré como la sopa iba cociéndose— ¿esa chica va a venir por casa?

El menor negó con la cabeza.

Necesitaba preguntarle sobre lo nuestro, sobre esa relación tan rara que teníamos, pero no podía no sabía cómo sacar el tema.

Lo miré de reojo, me encantaba su perfil pues era demasiado hermoso.

Vi la herida en su labio, inconsciente la toqué y este soltó un quejido.

—¿Te duele?— pregunté mirando la herida

Este asintió.

—Deja que te lo cure— sonreí— siéntate, voy a por las cosas

Me dirigí al baño para agarrar el agua oxigenada y torundas.

Me posicioné delante de él y agarré una torunda, eché el agua oxigenada encima y lo llevé a la herida de su labio.

Empecé a dar toquecitos leves, el contrario apretaba los ojos pero no soltaba ningún ruido.