Capítulo 14

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Llamaron a la puerta, las cosas con el peliblanco estaban algo mejor pero la tensión seguía en el ambiente.

Abrí la puerta y sonreí a los dos individuos que se encontraban tras ella.

—¿Has hablado con él?— me susurró el pelinegro y yo solo asentí

Ambos pasaron y el menor hizo una leve reverencia que le devolví.

—Buenas— saludó el peliblanco al fondo

Me mordí el labio mientras cerraba la puerta, no quería cenar allí pero a fin de cuentas yo había creado toda esta situación.

Todos nos sentamos, yo al lado de Sunghoon y enfrente de Sunoo, lo que llevaba a que esos dos estuvieran frente a frente.

—Bueno— sonreí— ¿llegaron bien?

—Sí— asintió el menor mirando a su plato de comida

Sunoo miraba hacia otra dirección, quería evitar todo esto.

—Cuéntanos de tí Riki— soltó el peliblanco mirándolo fijamente

Le fruncí el ceño pero me ignoró.

—Bueno— lo miró a los ojos— ¿qué quieres saber?

—¿Te drogas? ¿Bebes? ¿Tienes ninfomanía? ¿Sigues metiéndote en peleas?— todos le miramos con mala cara pero este nos ignoró

—Yo no me drogo ni bebo— soltó molesto— no sé por quién me toma

—No le hagas caso— soltó Sunoo algo alarmado

—No tengo eso que dice, solo me gusta disfrutar de mi sexualidad— lo retó con la mirada— ¿le duele que mi vida sexual sea más activa que la suya? ¿O le duele que yo conocí a alguien para dejar esa vida y usted no?

Sunghoon apretó la cuchara, posé mi mano en su muslo y lo acaricié.

Sabía que Sunghoon no había hecho lo correcto al hacer esas preguntas pero tampoco merecía esas respuestas, además que ahora la mínima contestación le alteraría.

Miró mi mano y soltó la cuchara, posó los codos en la mesa y posó su cabeza en sus manos.

—A ver listillo— respondió— no vengas como si supieras algo de mi vida

—Al igual que usted, opina de la mia sin saber— soltó

—Coman, se va a enfriar y como se enfríe me voy a cabrear— advertí, ambos me miraron y empezaron a comer, el pelinegro me agradeció con la mirada

Comimos en silencio, mi mano seguía en su muslo pues nunca me di cuenta que seguía ahí, que seguía acariciando su muslo.

El peliblanco me miraba de reojo pero no soltaba ninguna palabra.

Al acabar Sunoo se ofreció para recoger la mesa y Ni-ki lo ayudó, seguramente aprovecharían para hablar a solas.

Nos sentamos en el sofá aún sin decir ninguna palabra.

—Gracias— susurró

—¿Por qué?— pregunté sin saber a que se refería

—Por darme tu apoyo antes— entendí que se refería a lo de acariciar su muslo para calmarlo

—No es nada— le resté importancia

Este me miró, mis ojos vagaban por cada una de sus facciones.

Una llamada saltó y la miró con mala cara.

—Cogeló, es tu novia— hice el amago de irme pero me agarró del brazo

𝘊𝘰𝘮𝘱𝘢ñ𝘦𝘳𝘰𝘴 - Jakehoon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora