Capítulo 2

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Caminé por la calle para respirar aire fresco, necesitaba tiempo y soledad para aclararme las cosas.

Me senté en un banco y di de comer a unas palomas mientras pensaba en el peliblanco porque sí, necesitaba pensar que podían ser mis sentimientos.

Las palomas picoteaban la migas de pan y se las comían.

Eran graciosas.

Pero no conseguían ayudarme a evadir todo.

Giré mi cabeza y vi al chico pelinegro de clase junto a un chico.

Un chico alto, bastante guapo a mi parecer y una cabellera desordenada.

Los contemplé, parecían buenos amigos.

Me recordó a las típicas amistades de libro, series y películas.

La amistad perfecta.

A mí me gustaban más las amistades alocadas.

Las amistades que por muchos problemas que haya todo se soluciona porque aunque ambos caracteres choquen se quieren como para dejar perder esa amistad.

Y yo tenía esa amistad.

Sonreí al recordar a mi pequeño amigo.

Siempre haciendonos de rabiar y molestándonos pero siempre estando cuando alguno lo necesita.

La imagen del peliblanco llegó a mi mente e inmediatamente intenté borrarla.

Ahora no.

Vi como ambos chicos se dieron la mano y caminaron.

¿Eran pareja?

¿Cómo sabían si se gustaban?

Jugué con mis dedos pensando en mis sentimientos.

Me dolía verle con chicas.

Pero eso no quería decir nada.

Me levanté y caminé por el parque contemplando el paisaje, árboles, flores, abejas, palomas, pájaros.

Suspiré y miré al cielo.

Todo era tan bonito y transmitía tanta paz.

Sunghoon...

Su nombre vino a mi mente cuando vi una cabellera blanca.

Casualidad.

Me giré para poner toda mi atención en el pelinegro y su pareja o amigo, no estaba claro.

Solo quería evadir al peliblanco pero podía valer.

Ambos se sentaron en un banco y el más alto señaló el cielo, el pelinegro se apoyó en su hombro con un leve sonrojo.

¿Qué le habrá dicho?

Se veían tan tiernos...

¿Podría verme yo así con alguien?

Me mordí el labio levemente, no pienses en eso Jake.

El pelinegro le agarró el rostro al más alto y apretó levemente haciendo que el contrario pusiera morritos.

Este rió por la cara de su novio y le dió un pico.

Necesito algo así...

El mayor le sonrió.

Movían los labios formulando palabras que no podía escuchar.

El pelinegro rió y juntó sus labios con los del más alto, varios segundos pasaron antes de que se separaran.

𝘊𝘰𝘮𝘱𝘢ñ𝘦𝘳𝘰𝘴 - Jakehoon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora