Capítulo 4

1.1K 88 20
                                    


Pero en qué estaba pensando. Cómo pudo haber dicho una cosa como esa. Maldito alcohol, maldita estupidez que siempre salía a relucir en los momentos menos oportunos. Por supuesto que pudo culpar al sake que bebió en cantidades no recomendables para el líder de la aldea (o para cualquier persona en general), aunque eso no lo traería de vuelta y lo sabía.

«Yo no tengo esos gustos» fue lo único que pudo articular Naruto después de que Sasuke le besara. Y aunque quiso retractarse inmediatamente, fue demasiado tarde, Sasuke abrió un portal y desapareció de su vista.

Estuvo a punto de arrancarse los cabellos rubios en medio de su desesperación. Las pilas interminables de documentos por firmar podían irse a la mierda, no importaba. Nada importaba ya.

—Con permiso, Séptimo —se anunció Shikamaru cuando atravesó la puerta.

—Sasuke solía entrar por esa misma puerta cuando venía a verme —dijo Naruto con la voz quebrada.

—Naruto, literalmente este es el único acceso a tu oficina. Todos pasamos por aquí.

El rostro descompuesto y empapado en lágrimas del Hokage  asintió en respuesta antes de soltarse a llorar con amargura sobre la mesa.

—Que fastidio —repuso Shikamaru acercándose—. ¿Quieres hablar de eso? —Dio un par de palmaditas en la espalda de Naruto a modo de consuelo.

—Lo perdí, Shikamaru. Lo perdí para siempre —berreó sin levantar la vista.

—Estaba seguro de que lo aceptarías, pero veo que eres más tonto de lo que pensé, y Sasuke también.

—¿Qué quieres decir? —preguntó Naruto sorbiendo sus mocos, sin poder eludir la sensación de los labios de Sasuke sobre los suyos. Ese beso que había correspondido con vehemencia.

—Nada. —Shikamaru le pasó una cajita con pañuelos desechables—. Mira, está vez no podré hacer el trabajo solo, así que tendrás que ayudarme.

El rostro alicaído del Hokage le contempló inexpresivo, y Shikamaru sintió que se le oprimía el pecho. Pocas veces había visto a Naruto tan devastado. Irónicamente, solo lo había visto así en el pasado, cuando Sasuke huyó de la aldea.

—Dale tiempo, solo ha pasado un día. Estoy seguro de que volverá.

—No, no lo hará. —Como si fuese un autómata, Naruto se levantó de su asiento y contempló el ocaso a través del ventanal—. Le he enviado un mensaje urgente con su halcón. Él… él siempre —carraspeó—. Sin importar las circunstancias, siempre me respondía.

Shikamaru no supo que decir, limitándose a hacer el trabajo pendiente con Naruto. Horas más tarde, mientras salía del edificio con un cigarrillo en la boca, pensó en lo tonto que era ese par.

—Él volverá —dijo al cielo mientras daba una profunda calada—. Lo ama demasiado para no hacerlo.

Naruto estuvo a punto de girar el pomo de la puerta de la entrada de su casa, sin embargo, sus dedos se detuvieron a escasos milímetros. No tenía humor para estar ahí precisamente.

—Quizá será mejor si me regreso al trabajo a terminar con todo —se dijo cabizbajo.

Sí, esa era una mejor idea. No quería que Hinata o sus hijos le vieran en ese deplorable estado. Giró sobre sus talones para irse, cuando sintió que el aire le faltó de repente. El miedo y el dolor que apenas había podido contener durante el día se manifestó con más intensidad que nunca, lo sintió enroscado en su alma, asfixiándole, lo sintió trepando por su garganta. Nunca pensó en volver a experimentar esa angustia de nuevo.

No habían pasado más que unas horas desde que Sasuke desapareciera, no obstante, Naruto lo percibió como años, el peso descomunal de la incertidumbre, de no saber si volvería.

—Sasuke —musitó mientras se desplomaba sobre el pórtico. El temor de no volver a verlo se hizo más nítido que nunca. Su vista poco a poco empezó a nublarse y después no supo nada más.




.

.

.

Notas:

Este capítulo corresponde al cuarto día: tu distancia duele. Muchas gracias por leer 😁.

Friend zone Donde viven las historias. Descúbrelo ahora