un nuevo comienzo

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Pov Amity

El tiempo transcurrió desde mi salida del hospital, y la dinámica en mi vida tomó un giro inesperado. Luz parecía comportarse de manera diferente, más cariñosa y amable, pero no podía entender el motivo detrás de este cambio. Mientras tanto, mi hija Dani me esperaba en casa de mi ex con una mezcla de abrazos y lágrimas.

Amity: No llores, mi niña. -dije tratando de calmarla.

(Demostró ser inútil)

Dani: Mami, pensé que no te volvería a ver. -dijo con más lágrimas corriendo por su hermoso rostro.

Amity: Cariño, por favor.

Dani: Perdón, mami.

Amity: ¿Y tu hermano? -pregunté al no verlo al lado de Dani.

Dani: Con Hunter, le toca estar toda la semana con él.

Así que esa era la situación, Hunter, el padre de mis hijos, tenía la custodia esta semana. Mientras reflexionaba sobre este hecho, decidí que era momento de un cambio. Esta semana, llevaría a Luz y a Dani de viaje a Cancún. ¿Por qué? Porque después de todo, uno tiene que aprender a perdonar. Pero esto no marcaba el final, sino un nuevo comienzo.

La idea de un viaje a Cancún no solo era una escapada física, sino también una oportunidad para sanar heridas emocionales y construir puentes. La playa sería nuestro refugio, un lugar donde las olas borrarían las preocupaciones del pasado, y juntas podríamos comenzar un capítulo fresco.

El perdón no siempre es fácil, pero a veces es el primer paso hacia un futuro más brillante. Este no era el fin de nuestra historia, sino el inicio de un viaje de autodescubrimiento y reconstrucción. Con Luz a mi lado y mis hijos a mi cuidado, enfrentaría el mañana con determinación y esperanza. Un nuevo comienzo se avecinaba, y estaba lista para abrazar cada momento que la vida tenía reservado para nosotros.

Decidí que era hora de un cambio, de dejar atrás las sombras y abrazar la luz. Llevar a Luz y a Dani de viaje a Cancún no era solo una escapada física, sino un intento de construir puentes y curar heridas emocionales. La playa nos recibió con su serenidad, un lienzo donde podíamos escribir un nuevo capítulo.

Luz y yo compartimos momentos bajo el cálido sol y las olas que susurraban promesas de renovación. Era difícil no notar cómo su presencia se volvía cada vez más reconfortante. Había algo en el aire de Cancún que parecía disolver las tensiones del pasado.

Dani disfrutaba cada momento, construyendo castillos de arena y corriendo hacia el mar con risas llenas de alegría. Su energía vitalizaba el entorno y recordaba la importancia de apreciar las pequeñas cosas.

Amity: ¿Estás disfrutando, Dani?

Dani: Sí, mami. Este lugar es increíble.

Amity: Me alegra que te guste.

Luz se unió a nosotros, llevando consigo una bandeja de bebidas frescas.

Luz: ¿Cómo van las cosas, chicas?

Amity: Muy bien, gracias. Dani está encantada con todo esto.

Dani: ¡Sí, mami! ¡Quiero quedarme aquí para siempre!

Luz: (sonríe) ¿Y tú, Amity? ¿Cómo te sientes?

Amity: (reflexiona) Es un cambio, pero estoy lista para abrazar lo nuevo.

La noche en Cancún nos envolvió con su manto estrellado. Sentadas en la playa, compartimos historias y risas. Luz, con sus palabras cuidadosas, parecía entender sin que yo tuviera que decir mucho.

Luz: Amity, sé que las cosas han sido difíciles, pero quiero que sepas que estoy aquí para ti.

Amity: Gracias, Luz. Tu apoyo significa mucho para mí.

Las olas rompían suavemente en la orilla, y en ese momento, me di cuenta de que quizás el pasado no tenía que dictar nuestro futuro. Cancún se convirtió en más que un destino de vacaciones; se transformó en el escenario de un renacimiento personal.

Decidí que no importaba cuánto tiempo llevara, seguiría construyendo un nuevo comienzo, paso a paso, con Luz a mi lado y el amor de mis hijos como guía. En Cancún, descubrimos que, incluso en medio de las sombras, hay destellos de luz dispuestos a brillar y guiar el camino hacia la felicidad.

Tiempos RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora