Pov Luz
Después de una tarde de compras y risas, nos encontramos todos reunidos en la sala de la casa de Cancún. Dani, con su espíritu curioso, no dejaba de hacer preguntas. La atmósfera era relajada, pero estaba a punto de enfrentar una pregunta inesperada.
Dani: (mira a Luz) Mamá, ¿por qué Amity no tiene lo que una mujer debería tener?
Luz: (se sorprende ligeramente) Bueno, Dani, algunas personas son diferentes, y eso está perfectamente bien. Cada persona es única.
Amity: (asiente) Exacto, cariño. No todos somos iguales, y eso es lo que hace que cada uno de nosotros sea especial.
Dani: (pensativa) Pero, ¿no es raro?
Luz: (sonríe) No, mi amor. Cada persona es única en su propia manera. Lo importante es que nos queremos y respetamos tal como somos.
Dani: (asiente) Entiendo, mamá.
La conversación continuó de manera más ligera, pero era evidente que Dani estaba comenzando a entender la diversidad y la importancia de aceptar a las personas por lo que son.
Más tarde, mientras disfrutábamos de una cena tranquila, reflexioné sobre la belleza de nuestra familia única.
Pov Amity
Después de un día agotador, Dani y Luz se acomodaban para descansar, sentí un mal presentimiento que me impulsó a levantarme y verificar el entorno.
Amity: (pensando) Algo no está bien.
Salí con cuidado de la habitación, tratando de no despertar a Luz y Dani. Mientras caminaba por el pasillo, escuché murmuros y gritos provenientes de la habitación de al lado.
Hombre: (gritando) ¡No puedo creer que siempre hagas lo que quieras! ¡No tienes idea de lo que significa ser responsable!
Mujer: (llorando) Por favor, tranquilo. No quiero pelear.
La situación me llenó de angustia. Decidí acercarme a la puerta entreabierta, tratando de entender lo que sucedía.
Hombre: (gritando) ¡No me importa lo que quieras! ¡Deberías escucharme y hacer lo que te digo!
Mujer: (sollozando) Lo siento, intentaré hacerlo mejor.
Las palabras del hombre eran agresivas y controladoras. No podía quedarme sin hacer nada. Con determinación, toqué la puerta y entré.
Amity: (seria) Disculpa, pero no puedo evitar escuchar la discusión. ¿Todo está bien?
Hombre: (molesto) Esto no es asunto tuyo. Sal de aquí.
Amity: (firme) Cuando se trata de maltrato, se convierte en asunto de todos. No es aceptable tratar así a alguien.
Mujer: (agradecida) Gracias por intervenir.
Amity: (decidida) Si necesitas ayuda, hay recursos y personas dispuestas a apoyarte. No estás sola.
Después de hablar con la mujer y asegurarme de que estaba bien, regresé a mi habitación. Aunque la noche había sido inquietante, me reconfortaba saber que podía hacer algo para ayudar a quienes lo necesitaban. La vida nos presentaba desafíos inesperados, pero estábamos aprendiendo a ser una familia que se cuida y apoya mutuamente.
En este capítulo, se aborda un tema delicado como lo es el maltrato doméstico. La intervención de Amity refleja no solo su valentía, sino también la importancia de no quedarnos indiferentes ante situaciones de violencia. El capítulo destaca cómo, incluso en medio de una vida aparentemente tranquila, podemos encontrarnos con realidades perturbadoras que necesitan nuestra atención.
La narrativa muestra que el apoyo y la solidaridad son fundamentales al enfrentar situaciones difíciles. Amity, al intervenir, se convierte en un faro de ayuda para la mujer que enfrenta el maltrato. Además, resalta la necesidad de generar conciencia sobre este problema y de ofrecer recursos y apoyo a quienes lo necesitan.
se destaca la importancia de construir relaciones saludables y de mantenernos atentos a las señales de violencia en nuestro entorno. Cada personaje, en su propia forma, contribuye a la creación de un ambiente seguro y de apoyo, resaltando la idea de que todos podemos marcar la diferencia al alzar la voz contra la violencia y promover el bienestar de quienes nos rodean.Si sufren algo parecido no olviden llamar a alguien cercano o al 911.
Los quiere Mucho: Luciano
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Tiempos Rotos
Fiksi PenggemarEl pasado duele, es un lastre que nunca dejamos de llevar. Yo le creí que me amaba, nunca abrigué la más mínima duda sobre ello. Pero la vida es maestra en dar giros inesperados, y aquí nos encontramos. Así que es cierto -dije con un suspiro, hundié...