No quizo apurarse, había tiempo de sobra, así que aún escuchando sus canciones favoritas se dió un festín auditivo mientras caminaba a donde había dejado a Hwang la última vez.
Sentía que el clima era muy agradable, el viento corria suavemente por su cara dejando sus mejillas y orejas heladas, llevaba el suficiente abrigo para no tener frío, así que el contraste del interior y exterior acentuaba el gozo del clima. Tenía sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón, acariciaba inconscientemente sus piernas a traves de la tela. Tarareaba canciones y movía su cabeza al ritmo de estas. Estaba tan feliz de que todo saliera a la perfección. Arreglaría su vida y la de los que lo rodeaban, finalmente haría algo lo suficientemente útil para que todos sean felices.
Cuando finalmente llegó a la cima buscó a Hyunjin con la mirada y cuando lo halló y juntaron miradas, levantó su mano y le dedicó una hermosa sonrisa. Se acercó a él.
—¿Cómo te encuentras querido príncipe?
—Púdrete Han.
Se veía demacrado, sudaba debido a la falta de atención médica por su pie, además de no haber comido todo este tiempo más que una bara de cereal y una caja de jugo, que le había proporcionado Han. Estaba agonizando lentamente, no sabía como había soportado hasta este punto.
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