—Alguien nos trajo a todos aquí…esa persona, no solo quería a Hyunjin…nos quiere a todos.
—¿Y quién? ¿Por qué a todos?
Hice memoria para tratar de tener alguna pista, había soltado mi idea lo demasiado pronto como para tener argumentos. Mi mente se aclaró un segundo, ya todo se ajustaba.
—Bin… —estaba ciertamente confundido y consternado por mi conclusión— ¿Sabes quién falta?
Changbin subió y bajó sus hombros.
—Chan.
En solo unos segundos Changbin había logrado entender la situación. Su expresión era neutra, sus labios apenas modulaban el nombre de su amigo.
—¿Chan eh? —miraba cabizbajo—
Me sorprendió verlo sollozar segundos después, pero lo podía entender en cierta parte, toda esta situación tan repentina y confusa no te lleva a pensar en los peores casos hasta que son una probabilidad. Pensar que tu mejor amigo planee algo como esto solo podía salir de una mente retorcida.
Las lágrimas de Changbin se veían como pequeñas estrellas, eran como si fuesen lo único que pudiese iluminar tan lúgubre lugar. Me acerqué a él y rodee sus hombros en un abrazo, no sabía que más hacer, yo tampoco entendía que pasaba, más bien, como era que pasaba todo esto.
—De verdad…que solo quiero pillar a Hyunjin, pero ahora tengo miedo de salir de aquí.
De todos los años que conozco a Bin nunca lo había visto romper en llanto de tan desgarradora forma. Él siempre fue quien nos entregaba un pilar de apoyo, siempre daba esos abrazos con una suave caricia en la espalda, la misma que ahora yo le daba a él.
La poca paz y tranquilidad que habíamos logrado armar fue interrumpida por estruendosos gritos que nos hicieron retorcernos entre los brazos del otro.
—¿Qué ocurre? —bajamos entre torpes pasos las escaleras y salimos afuera, pero los gritos eran tan lejanos que a pesar de tener un gran panorama auditivo solo lograbamos saber que venían de lo arriba del lugar—
Changbin titubeaba a mi lado.
—¿Estás bien?
—Creo que…no, no puede.
—No entiendo Bin.
—Ese es Hyunjin, él está gritando —mire su rostro ansioso— estoy muy seguro.
¿Hyunjin? Sin siquiera rumiarlo, comencé a avansar sin quitar mi vista de la cima.
Cada vez que un grito aparecía entre los árboles se helaba más mi piel, mis hombros se encogían, y mis pies eran más rápidos.
"¡Basta!"
“¡Suficiente, por favor!”
“¡Jisung detente!”
¿Jisung? ¿Han Jisung? ¿está ahí? ¿con él?
“¡¡POR FAVOR!!”
“¡YA BASTA!”
"¡TE LO SUPLICO!"
En los gritos las vocales se convertían en un largo canturreo, como si fuese lo último que pudiese hacer. Tan penosos, suplicantes y lastimeros.
En este momento, tan cerca de él, no dejaría que nadie detuviera mis veloces pies para poder salvarlo.
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DIOS SANTO HABIA OLVIDADO DECIR ESTO PERO
¡LLEGAMOS A 1K DE LECTURAS! AAAA
De verdad, muchas muchas gracias, nunca pensé que de verdad lograría 1k wao
Esto me tomó de sorpresa así q verdaderamente no tengo nada preparado, pero ya algo se me ocurrirá.
