XXII

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Agarré la manija de la puerta y la abrí, despacio. Changbin se encontraba frente a ella expectante a la peor probabilidad. Al inicio temía que dentro hubiese algo que pusiera en peligro a Bin, pero cuando ya estaba completamente expuesto al interior del cuarto y nada ocurrió, me acerqué a él y ví lo que había hecho que abriera sus ojos como dos platillos.

Se encontraba un enorme charco repleto de escombros, parecido a una piscina, pero su bajo tamaño hacía acercarse más a la vista de una fuente. Y a pesar del desastroso aspecto, los árboles con bailantes hojas por el viento convertían la vista en un cuadro de pintura, sentí todas mis emociones mezclarse, como el gris y el verde se unificaban en un solo lugar, era verdaderamente una escena de solo una oportunidad. Solo esto me llevó a olvidar que el miedo cada vez se apropiaba más de mis sentidos.

Sabiendo que no habría nada que explorar, volvimos al interior y subimos las escaleras.

Ya arriba vimos un montón negro yaciendo en la esquina, no teníamos alguna idea de lo que podría ser, en cierto caso, ¿podría ser Hyunjin? No lo creo, era muy pequeño para ser una persona, pero mi mente de igual manera quería creer que aquí acabaría todo. Changbin mantenía la calma frente a mí dando pequeños pasos para acercarse. Extendió su mano hacia el montón y dió una caricia sobre la superficie, tomó la ruta rápida lanzando la capa superior a un lado.

Resultaron siendo unas cuantas prendas y objetos que a distancia no podía reconocer. Me acerqué un poco más, demasiado a mi parecer.

Como obra de la gravedad mi boca se abrió por la eminente sorpresa. Me lancé hacia el objeto que había logrado reconocer. Solamente Hyunjin sería alguien que tendría una carcasa con brillos que alumbren en la oscuridad, sobre todo si este le tenía pavor a esta. El celular se resbalaba como agua por mis manos, buscaba desesperadamente como agarrarlo. Todo pensamiento se había esfumado luego de balbucear:

“¿Donde está Hyunjin?”

Revolví todo lo que se encontraba frente a mí, hasta que un guante de lana burdeo cayó entre las telas.

No podía entenderlo, ese guante…yo…yo fui quien se lo regaló a Jisung.

Changbin se encontraba en cuclillas a mi lado, desesperado por entender, haciéndome preguntas que no respondía.

Llamé a Jisung, y cuando escuché ese reconocible tono de llamada sonar de algún lugar, me sentí aún más confundido. No lo noté pero terminé estando unos segundos en completo silencio.

—¡JEONGIN! —tal parecía que Changbin se había desgarrado la garganta tratando de sacarme de trance—

—¿Cómo se supone que Jisung esté aquí también…con Hyunjin?

Decir eso se sintió como juntar piezas de rompecabezas.

Decir eso se sintió como juntar piezas de rompecabezas

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Missing 𖠗 Stray KidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora