Pasó una semana desde la primera vez que Harry y Louis tenían sexo, mínimo tres días en la semana alfa y omega hicieron el amor ya que en esos días Deo y Frey se llevaron a Jean a su casa para el cachorrito pudiera convivir con sus abuelos. Obviamente la pareja de alfas no tenía conocimiento de lo que sucedía cuando Harry y Louis estaban solos en casa.
Hoy era Sábado, el rizado seguía sin tener inspiración para poder escribir su relato así que Louis decidío darle una experiencia de la cual escribir. No es como si el alfa fuera un Dios del sexo pero se consideraba alguien quedaba mucho de que acordarse a sus parejas.
Harry se encontraba en la habitación de Louis, estaba atado, con sus hermosos ojos verdes vendados. Su cuerpo sintió el frío de las sábanas que rozaban su piel, el clima es frío pero aún así el Omega siente mucho calor dentro de su cuerpo por estar en la situación que se encontraba.
El alfa había decidido romper su rutina, se lo dijo al Omega y este aceptó ser participe de un juego de sumisión en el que estaba a la disposición de los deseos del amo, su alfa.
Louis se acercó al rostro de Harry provocado que el Omega sintiera la respiración del ojiazul en su rostro haciendo que se le enchinara la piel. —Voy a comenzar y espero estés preparado omega— Harry movió su cabeza de arriba abajo para confirmar que estaba listo.
El ojiazul comenzó dándole besos en su rostro, mientras sus manos bajaban delicadamente por su cuerpo disfrutando y detallando cada parte del cuerpo de su hermoso omega. Bajó hasta acariciarle las piernas lechosas y regordetas al omega, su boca le daba apasionados besos dando como resultado gemidos deseos por parte del omega. Louis lentamente fue bajando por el cuello del rizado, los besos iban humedeciendo su piel sensible.
Lo besó detrás de las orejas, su boca transmitía su calor; esos besos suaves pero intensos calentaban al Omega haciendo que su deseo se hiciera evidente sintiendo humedad formándose entre sus piernas, sus pezones endureciéndose.
El Alfa empezó a bajar por el pecho del omega con rápidos besos que sensibilizaron el área, siguió su camino hacia el ombligo, la zona del abdomen del ojiverde fue llenada de los cálidos y humedos besos del ojiazul, de su ombligo dibujó una fila de besos hasta llegar a las bragas de encaje del omega; ahí se detuvo.
El omega quería que los besos húmedos siguieran el camino que había indicado pero el alfa haría sufrir un poco a Harry. El rizado pudo sentir al alfa en sus piernas colocándole algún tipo de abrazaderas en los tobillos las cuales tenían una barra extensible para mantener separadas las piernas, Harry se sintió atrapado con esa barra pro al mismo tiempo le exitaba. Harry sintió el peso de Louis colocándose levemente encima de él.
