Capitulo 42. La croqueta, la osita y el bebecito.

111 7 0
                                    

Recorro el panorama con la mirada: una suave pradera bañada por el sol, un castillo blanquecino pintado con estrellas blanquecinas, rodeado de casas, y vegetacion, y personas, todo danzando a su alrededor. Me quedo sin aliento.

Es extraño, pero es como si hubiera desrrollado un vinculo con este lugar: las cosas me parecen extrañamente conocidas, los olores y colores intensos, como si me supiera la posicion de cada brizna de hierba o de cada estrella en el cielo. Como si lo hubiera visto una vez en un sueño, o en las voces de miles de escritores, que se funden en un hilo comun.

Comienzo a correr por el prado, con la sensacion familiar de la hierba rozando mis pies descalzos y el sol proyectando sombras por mi cara. Doy vueltas y vueltas, abro los brazos y los cierro, y aprieto los ojos como si en cualquier momento fuera a elevarme al cielo. Corro hasta que mis piernas parecen estar echas de polvo y mis pies de acero, pero aun asi no me detengo hasta que finalmente siento unas manos rodeando mi cintura, y lo primero que se me pasa por la cabeza es como Peter ha podido encontrarme.

pero hay esta, plantado, mirandome sin pestañear con una sonrisa bobalicona. Rio y le pego en el hombro para que me suelte, pero el aprece muy poco decidido ha hacerlo, asi que forcejeo con el. Pero es inutil, es mas fuerte y mas alto, y me alza del suelo mientras no dejo de reir. Me apoya sobre su hombro como si fuera una marioneta que el pudiera manejar, y no dejo de pegarle en el hombro hasta que me suelta, riendo.

-Vaya con la pequeña de Sam. Me estas estrofiando el hombro-se lo frota como si de verdad le doliera y hace un puchero.

-Te lo tienes merecido. Por ser un mentiroso, y un sabelotodo, y un secuestra personas.-bufo y le saco la lengua.

-¿Y que mas crees que soy?-se acerca con una sonrisa que me pone nerviosa, como si solo el supiera algo y yo fuera demasiado pequeña para enterarme.

-Un pesado, y un dedofilo, y un charlatan. Y sonries demasiado.digo, mirandole frunciendo el ceño.

-Pues tu eres cabezota y cotilla-dice-y condenadamente preciosa.

Y entonces me toma de la cintura y los dos salimos catapultados hasta el suelo, donde me siento mas segura, porque no puedo caerme ni hacer nada estupido.

Tengo a Peter encima, presionandome contra el suelo, hasta el funde sus labios con los mios y murmura "Lo he hechado de menos". Nos besamos mientras la brisa sacude las briznas de hierba a nuestro alrededor, mientras el Sol traza un arco en el horizonte y el frio poco a poco va apoderandose del valle.

Acabamos los dos tumbados, mirando al cielo, hasta que a mi solo se me pasa por la mente que tengo deberes y que seguramente no me de tiempo a hacerlos, y en la cara que pondra nuestra profesora de quimica, que no sera nada comparada a la que pondra mi compañera de laboratorio.

Peter esta observando la ladera de hierba como si quisiera escapar corriendo, pero luego se levanta y dice:

-¿Sabes que me gustaba mucho hacer? Deslizarse por la ladera-dice, incorporandose. Se sacude las briznas del pantalon marron, y me tiende la mano.-¿Quieres probar?

Asiento con ganas. La idea de la suavidad de la hierba en mis brazos es reconfortante.

-Desarrollamos una tecnica-me coloca larga, paralelamente a la cuesta, y luego se pone a mi lado-se llama "La croqueta"

Se me escapa la risa. "La croqueta" es un nombre gracioso para ser una tecnica deportiva. Me imagino a dos soldados militares en una cuesta.

"-¡Rapido! ¡Llegan los comandos enemigos! ¡Necesitamos abarcar terreno lo mas rapido posible!

-¡La croqueta! ¡Haced la croqueta!"

Y que luego todos se deslizaran como gusanos en un tubo a presion.

Pero "La croqueta" es mas divertido de lo que suena. Peter me da un pequeño empujon, y los dos rodamos colina abajo, con las manos pegadas al pecho, mientras palitos, flores e insectos nos rozan los brazos. La cabeza empieza a darme vueltas, las estrellas giran sobre mi, trazando circulos luminosos que me marean. Acabo riendo nerviosamente sobre cuando me topo con una roca, que me frena golpeandome el estomago, y el ruido que emito es como de "flop"

Me da tanta gracia ese sonido que tengo que recordarme respirar. Mientras, peter avanza a gatas sobre mi y exclama

-¡Te echo una carrera croquetera!-y los dos volvemos a la cima de la ladera, y nos deslizamos una y otra vez, hasta que mne vuelvo toda una profesional en eso de la croqueta. Peter parece un poco enfadado porque no dejo de ganarle, pero el se lo ha buscado.

Ya casi a desaparecido de mi mente la escena con Matt, su postal de colores y su cara de cachorrito. Ahora me siento liberada y feliz, y no me arrepiento de haberle dicho que no.

Sin embargo, otras dudas me atenazan. Si debo contarselo a Peter entre ellas. Pero al verlo ahi, riendo junto a mi, me digo que no debo darle esa preocupacion y me guardo mi secreto. Ademas, lo ultimo que quiero es que se pateen el culo el uno al otro. Matt no ha mostrado ser violento, pero sospecho que Peter tiene otra teoria al respecto y la suficiente fuerza para dejar KO a Matt con un golpe.

-¡Gane!-exclamo, tumbandome sobre Peter y sacandole la lengua-en tu propio terreno, Corrighan. ¿Necesitas un chupetito, bebe lloron?

Se pasa una mano por el pelo y me dirige una sonrisa de "vale, tu ganas"

-Necesito mimos ahora mismo. ¿La osita Sam se ofrece?-rio al escuchar ese nombre.

-A la osita Sam no le gusta ser estrujada hasta la muerte. Quiza en otro momento.

-Pues la osita Sam deberia correr, porque el bebecito va a por ella.

Comienzo a correr, pero descubro que la mezcla de risa y carrera nunca sale bien, asi que Peter me atrapa facilmente y comienza a hacerme cosquillas. Yo me intento soltar, pero el es un experto en eso de mantenerte inmovilizado, asi que pruebo con la tactica de la zarigueya, e intento que cuele que estoy muerta.

-Buen intento, osita, pero el bebecito asiste a una clase de primeros auxilios y sabe de sobras que no eres un raton de campo.

Refunfuño.

-Porras. El bebecito es mas inteligente de lo que pensaba-bufo-¿Tambien eres licenciado en Oxford?

-Y con honores.

Cuando finalmente me suelta, apoyo la mejilla contra el suelo y me permito empaparme de la belleza de este lugar por la noche. Peter tambien parece notarlo, porque de repente se queda muy callado y me mira intensamente.

-Sam ¿Puedo hacerte una pregunta?-me mete un mechon de pelo detras de la oreja, mientras seguimos mirandonos fijamente. Esta noche todo parece mas real y palpable, mas definido.-¿Crees en los bailes de instituto o los aborreces?

-Las dos cosas a la vez-murmuro. Ya se por donde van los tiros.

-¿Y que me dirias si te pidiera que fueras conmigo?-me acaricia suavemente la mejilla, esperando mi respuesta.

-Te diria que te esfuerces mas, Corrighan. Quiero flores y corazones-digo riendo. El no se lo toma como una broma.

Corta una margarita del campo donde estamos sentados, y me tiende una pulsera blanquecina brillante, ribeteada de dorado y azul. Se nota que esta echa a mano, pero no deja de ser bonita, con una estrella grabada en su interior y la constelacion, Perseus, en un lateral.

-Una margarita, una pulsera-me toma la mano y la apoya contra sy pecho, y puedo sentir la fuerza palpitante, un ritmo acelerado.-y mi corazon, ya lo tienes.

Se me escapa un suspiro, y me siento abrumada. Por la intensidad de su declaracion, por las luciernagas naranjas que han empezado a rodearnos y a teñir de anaranjado la piel de Peter, por el echo de que estoy segura de que Blue a confeccionado esta pulsera y por la culpabilidad de la palabra que esta a punto de salir de mis labios, que brota sin ninguna dificultad.

-Si.


bajo el mismo cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora