Capítulo 36|| "Confia en nosotros"

18.3K 1K 232
                                    

No estaba segura de adonde ir. Sabía que el penthouse no me lo quitarían, pero no estaba del todo segura tampoco. Mi mente estaba muy cargada.

Estaba triste. Por la situación en sí, por no haber sabido reaccionar antes y por todo...

Tendría que pensar que hacer ahora que no podré cursar mi último año. Podría trabajar durante el verano, pero estaba más que claro que no me alcanzaría para pagar la matrícula.

No había pensado que llegarían a quitarme mis estudios.

Ya estaba decidido que aceptaría la propuesta de Rulo. Pero necesitaba algo más que eso y Eleanor me pidió un poco más de tiempo para empezar. Así que necesitaba encontrar una alternativa. Tendría que pensar en eso, pero mi cabeza era un torbellino.

No sé cuánto tiempo estuve caminando. El cielo comenzó a oscurecerse y la noche iba a arroparme en cualquier momento. No había cogido mi teléfono desde que salí de casa de mis padres, no quería ver nada. Solo me apetecía seguir mi camino sin rumbo.

La noche era la última que podría recibirme en estos momentos.

No supe cómo me encontró. Tampoco sabía cómo sentirme al respecto. Estaba caminando por la acera terminando un cono de helado que me compré-ya que siempre me ayuda en los bajones-cuando lo ví junto a su auto. Tal vez el hecho en sí me dio más ganas de llorar, pero eso Eros no tenía porqué saberlo.

Cuando me vio hizo una mueca lastimera con su rostro y se acercó para poder rodearme con sus brazos. No deberíamos estar haciendo esto, pero estaba tan mal que hasta aceptar un abrazo de mi peor enemigo me ayudaba al menos un poco.

—Lo lamento tanto.

Escucharlo hablar de nuevo en aquel tono que parecía sólo usar conmigo me hizo querer aferrarme más a él.

—Ya podemos confirmar el desastre de mi familia—intenté bromear cuando me aparté de su agarre. Él lucía como siempre. Iba con su camisa favorita y el atuendo formar de saco y traje. No le preguntaría como se enteró, porque no venía al caso. Las noticias así son las que más rápido se comparten.

Eros me miraba fijamente.

—No puedo creer que llegaran a esto.—continuó e intentó acariciar mi brazo, pero me aparté antes que llegara a tocarme.

—Ya...era cuestión de tiempo.

Y ahí estaba. Esa sensación entre nosotros. Era algo imposible de no sentir. Una tensión que nos impulsaba el uno al otro.

Eros me miraba sin saber que decir y yo estaba sin saber que hacer.

—Ya es tarde, te llevaré a tu apartamento—carraspeó señalando su coche, pero yo negué con la cabeza.

—No quiero ir allá.

—No van a quitarte el lugar para dormir, Amaris.—murmuró como si esa fuera mi preocupación.

—Igual, no quiero.—volví a negar—Seguiré caminando un rato más.—murmuré y con un intento de sonrisa comencé a alejarme de él, caminando hacia la izquierda. Tal vez podría ir a la casa de Etta, solo tendría que avisarle lo que ocurrió...eso tampoco me apetecía demasiado.

Eros no tardó en alcanzarme. Lo miré confusa porque no olvidaba la última charla que tuvimos, pero su respuesta me hacía pensar que estábamos bien. Justo como antes de que me rompiera el corazón otra vez.

—Te acompañaré todo el tiempo que quieras y luego puedes quedarte a dormir en mi casa.

Escuché sus palabras y comencé a negar con la cabeza.

Eclipsados © 1ºDonde viven las historias. Descúbrelo ahora