Capítulo 27|| "Buen chico"

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Me encontraba dando vueltas en el supermercado mientras buscaba terminar de completar la lista infinita que mi madre me encargó para el recibimiento de la dulce parejita. Íbamos a hacer una comida entre todos que ya estaba esperando terminar para poder concentrarme nada más en mis vacaciones que ya estaban cerca.

El día de hoy era demasiado caluroso, por lo que tuve que optar un vestido típico de verano y logré atar mi corto cabello en una coleta. Una de las pocas cosas que me generaban ganas de gritar eran hacer las compras, pero peor eran que mi madre me pidiera hacerlas a mí teniendo muchos sirvientes en la casa.

De todas formas, me acerqué al área de los fríos y busqué helado, podríamos comer eso de postre o simplemente me lo comería de camino al apartamento...

—¡No puede ser!—susurré acercando mi rostro al cristal que separaba los ítems de las personas. No había helado de cookies and cream que tanto me gustaba. Era uno de los pocos sabores de supermercado que podía comer sin quejarme por el sabor artificial.

—Siempre debes buscar en el fondo—Eros apareció detrás mía, sobresanándome. Lo miré de reojo cuando abría la puerta de cristal y corría unos cuantos potes hasta dar con el elegido. Tomó el helado y me lo tendió con una sonrisa. Yo lo miraba con suspicacia.—¿No querías helado?

—¿Qué se supone que haces aquí?—le pregunté quitándole lo que me ofrecía rápidamente de su mano. Eros estuvo tratando miles de formas para acercarse a mí, esta debe ser una de sus nuevas ideas.

Ya me compró café helado, entradas para que vaya al cine con mis amigos, una noche me envió sushi para cenar y seguro hizo unas cuantas cosas más que todavía no descubrí.

—Ruth dará una fiesta por la noche y me pidió que compre unos cuantos snacks—me comentó. Yo ya me había dado la vuelta y continuaba con mi recorrido de compras.—¿Te falta agregar algo más? Yo puedo buscarlo si lo necesitas...

Me mordí el labio buscando reprimir una sonrisa mientras tomaba unas latas de puré de tomate. A decir verdad no me vendría mal la ayuda, pero no iba a permitírselo y además estaba por acabar.

—Tengo todo en orden—le respondí, podía sentir sus pasos en mi espalda y cuando llegué al sector de panadería, donde debía comprar unas rodajas de pan integral repuse en que las manos de Eros estaban vacías—¿Tu necesitas ayuda en conseguir los snacks?

Entreabrió los labios por un segundo—Es que no había ninguno...

—Ya, ¿porqué no te vas y me dejas terminar esto?—le dije cuando ya me dirigía a la fila para pagar. Tenia demasiado calor y sus ocurrencias me irritaban más.

—Con gusto—me sonrió y me pasó por un lado, creí que había ganado. No fue así, porque cuando menos me lo esperaba cogió la parte delantera del carro y arrastró de él hasta separarlo de mi agarre.

—¡Eros! ¿¡Qué haces?!—chillé y comencé a perseguirlo cuando se apuró a propósito—¡Devuélveme el carrito, pesado!

Lo escuché reír y acercarse a la cajera.

Me sentía como una madre cuando su hijo hace rabietas, tenia ganas de golpearlo o gritarle por un buen rato. Definitivamente iba a discutir con él, porque esto lo esta haciendo en un espacio público donde es más vergonzoso que cuando solo somos nosotros. No me apetecía esto, menos cuando estaba segura que iba a tener mi dosis de frustración con la llegada de Maddox y Alya.

Cuando por fin lo alcancé, solo pude observar como la señora que lo atendía le devolvía su tarjeta de crédito. Y él ya había guardado todo lo que había en el carrito dentro de las bolsas que dejé colgadas a un lado. Me guiñó un ojo antes de tirarme el pote de helado a las manos y así salió por la puerta sin mirar atrás con todas las cosas.

Eclipsados © 1ºDonde viven las historias. Descúbrelo ahora