Capítulo 2|| ''Buscar una solución''

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No pude dormir muy bien. Por eso me encontraba sentada en mi cama, con una taza de café entre mis manos observando el amanecer. Amaba la vista de mi habitación, excepto en las fuertes tormentas, multiplicaba todo por mil.

No pude hablar con mis padres sobre la decisión que habían tomado. Alya fue bombardeada a preguntas y tampoco quise estresarla más de lo que ya estaba. No era mi problema la alianza con los Black, porque como bien dijo mi padre en su discurso, ella será quien herede las acciones. Por lo tanto, estaré separada del asunto. Sin contar mi apellido, claro.

Pero una boda era demasiado. Y aprendí de buena fuente, que siempre los actos eran así de grandes porque buscaban ocultar algo todavía peor. Temia por Alya, no era buena idea donde se estaba metiendo.

Preferí ducharme y despejar esas ideas de mi mente. Maddox tampoco estaba conforme con el anuncio, así que seguramente arreglarían alguna especie de pacto para seguir con esto solo por la figura de las empresas.

Como tenía tiempo, hice un baño de emersión. Hace poco había comprado por internet unas esencias florales y unas bombas de baño que ayudaban a la piel, así que decidí utilizarlas. Mi día estaba dividido en asistir a clase, empezar a buscar información para un trabajo y regresar aquí antes del atardecer. Por la noche, Etta y Beck vendrían a jugar scrabble, una tradición entre nosotros. Considere invitar a Sage y su novia, pero asumí que estaría ocupado, de todas formas le pedí que me avisara cuando tenía un tiempo libre para así poder vernos.

El clima empeoró cuando salí del baño. Las nubes no tardaron en eclipsar la luz solar, provocando que el cielo se tiñera de unos colores grisáceos que me deprimieron un poco.

Tomé mi atuendo que descansaba sobre una silla en la esquina de mi habitación-porque también lo preparaba con antelación-y me cuestioné si era una buena idea llevar falda con el temporal. Como no iba a salir de la universidad, decidí seguir con mi plan original.

Salí al salón para encontrarme con Kate, quien desayunaba. Intentó levantarse para saludarme, pero la detuve antes de que pueda hacerlo. Ella no vive en este piso, sino que en el de abajo y siempre se cuela por las mañanas para darme las noticias de mi padre y todo lo que necesito saber.

—Intenté hablar con su padre, pero fue imposible. Pronto volverá a irse por otro negocio.—me explicó, mientras tomaba una fruta del mesón.

—¿No te dijo nada de lo de los Black?

—No. Me sorprendió tanto como a usted.

La miré con la ceja alzada, no me gustaba que no me tuteara aunque sabía que era imposible cambiarlo.

—Si puedes sigue insistiendo. Necesito entender porque quiere aliarse con ellos.

—Claro. Haré lo posible.

—Gracias Kate. Ya debo irme y no es necesario que te levantes tan temprano para pasarme el parte. Con un mensaje es suficiente.—le dije, mientras me acercaba al ascensor y tomaba un paraguas.

—Es mi trabajo. No se preocupe. Tenga un buen día.

—Igualmente.

La rutina diaria con Matthias se repite. Solo que al entrar a la universidad paso de largo la cafetería y me dirijo hacia la peor clase de todo los tiempos. Es en la que peor promedio tengo, no puedo superar el ocho y eso es por la profesora. La que me detesta, sin razón alguna y que intenté averiguar pero nada sale. Es como un odio silencioso que me carcome con la mirada.

Tal vez esté exagerando un poco, pero esa mujer de verdad me estresa. Llego temprano, como siempre y me siento en mi lugar. El segundo banco de la fila, porque no quiero parecer una nerd. Dejo mi bolso sobre éste y busco mi agenda, tengo unos minutos antes de que todos comiencen a llegar y me gustaría planear que haré el resto de la semana.

Eclipsados © 1ºDonde viven las historias. Descúbrelo ahora