VII. De una sola mordida

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Advertencias: Violencia típica del canon.

Etiquetas: Post Arco Valhalla, Canon divergence: Baji vive (más o menos), Vampiro! Baji, relación en desarrollo, Universo canónico con toques de fantasía sobrenatural, Hurt/Confort, Final feliz (?).

Palabras: 9.2k

Sinopsis:
《Tras la muerte de Baji, Chifuyu se encuentra destrozado. Solo quiere un tiempo en paz después de todo lo que pasó, pero algo inesperado sucede la misma noche del funeral: Baji entra por su ventana y lo muerde》.

 Solo quiere un tiempo en paz después de todo lo que pasó, pero algo inesperado sucede la misma noche del funeral: Baji entra por su ventana y lo muerde》

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En el día del funeral, como si el mundo supiera de su gran pérdida, ni un solo rayo de sol se asomó sobre Tokio.

La madre de Chifuyu había insistido en que podía ir a casa a descansar un rato, pero Chifuyu sentía una gran deuda y responsabilidad con la madre de Baji, por lo que la acompañó desde la recepción hasta que la última persona abandonó el recinto.

La señora Ryoko era una de las personas más fuertes que conocía, verla llorar en ese momento fue una de las experiencias más duras que había tenido que vivir, podía sentir como aquellas lágrimas goteaban y caían, fracturando un poco más su corazón. Gota a gota, desde aquel día

No sabía cuál había sido el peor momento en esos días, qué había sido lo peor del después de.

Podría decir que fue lo pesado que se sentían sus pasos cuando tuvo que separarse de Baji, sabiendo que nunca más podría volver a sentir el calor de su cuerpo. Podría decir que fue el cruzar aquellas escaleras y darse cuenta que nadie volvería a esperar por él en ellas.

Podría decir que fue llegar a su habitación y encontrarse con los maullidos de su gato, a quien no podría explicarle que él no volvería.

Podría decir que fue el ver por primera vez a los ojos de la madre de Baji y después de que identificara el cuerpo, con las disculpas atoradas en la garganta.

Podría decir que fue esa mañana cuando se puso un traje negro, preparándose para despedirse y aceptar que era el final.

Podría decir que fue sentarse y observar aquel ataúd, con la tenue e infantil esperanza de que Baji abriera los ojos una vez más, de que solo estuviera dormido.

Podría decir que fue esa noche, después de que todo había acabado, que las velas se habían apagado, que el ataúd había sido llevado, que las flores se habían marchitado. Que el funeral había terminado.

Chifuyu no podría decidir qué fue lo peor de tener que perder a Baji, porque absolutamente todo le dolía.

Había crecido familiarizado con el concepto de la muerte, pero no con el concepto de la pérdida.

Nunca se había imaginado lo que era cargar con la ausencia de alguien, a quien pensaba que encontraría en tantos escenarios de su vida en el futuro, pero no estaba más. En aquel último escalón no lo esperaría nadie, aquella silla permanecería vacía, pero en su corazón, en su mente y en su alma siempre permanecería presente.

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