Súbete a mi moto [BajiFuyu Week]

III. Desde las nubes

Advertencias: Ligero contenido sexual, menciones a castigo y tortura.

•Etiquetas: Ángel/Demonio AU, Fantasía, violencia típica del canon, relaciones menores de fondo, Hurt/confort  con Final feliz.

•Palabras: 7.3k

•Sinopsis:
《Cuando Chifuyu se propuso explorar el mundo, no pensó encontrarse con Baji: un ángel desterrado de los cielos, portador de un demonio en una botella.

Baji trata de alejar a este tonto ángel de su vida, pero Chifuyu es persistente y no se irá por las buenas》.

El mundo era increíblemente basto, Chifuyu lo sabía desde antes de soñar con recorrerlo. Cuando tuvo la edad y sus alas eran lo suficientemente maduras para emprender vuelo, Chifuyu no dudó ni un solo segundo en saltar. Siempre fue algo impulsivo, con todo lo que conllevan las consecuencias de serlo. 

Consecuencias, como por ejemplo, estar cayendo en picada a la tierra porque aunque sus alas eran lo suficientemente maduras para volar, nunca lo había hecho y no sabía cómo hacerlo. 

Los ángeles no podían morir de esa forma, así que Chifuyu estaría bien, pero no morir no hacía que el aterrizaje fuese menos doloroso. 

El mundo humano se había cubierto de blanco en esa época, pero al despertar, Chifuyu no sentía frío ni sentía la dura tierra debajo suyo o el crujir de la nieve. Cuando se fijó a su alrededor, notó que estaba en una cabaña. 

Chifuyu se levantó de golpe, fijándose que no estaba solo. ¿Era un humano? ¿Un demonio?¿Una criatura? ¿Qué era? 

—Cálmate, no te haré daño —el hombre lo miró apático—. A menos de que me obligues, si es así no dudaré en golpearte.

Chifuyu lo observó de arriba a abajo, su cabello negro caía como  riachuelos sinuosos de tinta sobre sus hombros, sus ojos oscuros parecían ocultar mil misterios, y bajo una gruesa capa de piel de zorro rojo, no lograba ver el aspecto de su cuerpo más allá de sus hombros anchos. 

Sin embargo, este sujeto desprendía un aura poderosa y demoníaca. Incluso Chifuyu siendo un ángel tan joven sabía que esto era una mala señal. Palpó la cuchilla de plata bajo su ropa, lentamente, sin dejar de mirar al otro. 

Sabía que estaba perdido cuando la ceja de aquella persona se movió al mismo tiempo en que empuñó su daga. No esperaba que este desconocido fuese mucho más rápido que él. Que sea más fuerte que él.

Chifuyu apenas pestañeó cuando los dos filos chocaron a centímetros de su rostro. El demonio también contaba con una daga de ángel. Pero esta no era una daga de plata normal, su brillo era opaco y el mango se había tornado oscuro.  No sólo eso, sino que al moverse tan rápido, su capa dejó ver sus grandes alas debajo, incluso más grandes que las de Chifuyu, pero eran alas eran negras y no blancas.