VI. La promesa entre nosotros

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Advertencias: Violencia típica del canon.

Etiquetas: Línea de tiempo: Primer futuro alterno (Draken vive), Canon divergence: Baji vive, Bad ToMan, Mafia, Hurt/confort, Final feliz eventual.

Palabras: 3.5k

Sinopsis:
《Una vez que Kisaki se había unido a ToMan, todo fue en picada. Aún así, Chifuyu prometió mantenerse al lado de Baji, sin importar qué》.

 Aún así, Chifuyu prometió mantenerse al lado de Baji, sin importar qué》

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Cuando la junta terminó, Baji le había pedido que se quedara, sólo él. A nadie en la sala le pareció extraño, después de todo, Chifuyu siempre había sido su mano derecha.

Pero Chifuyu, desde el inicio de la reunión había notado que algo andaba mal, que algo en Baji estaba mal. Su porte era el mismo de siempre, al igual que su voz y cada uno de sus movimientos, sin embargo, no se había cruzado con la mirada de Chifuyu en ni una sola ocasión, aún cuando le daba órdenes directamente.

Baji era una persona de tomar las cosas de frente, de ser directo, por lo que esta actitud llamó demasiado la atención de Matsuno.

Habían pasado años desde que ToMan escaló y se convirtió en una de las organizaciones criminales más importantes de Japón. Baji, como primer capitán en ese entonces, ahora pertenecía a los altos mandos, al igual que Chifuyu.

Las cosas habían escalado a una velocidad en la que Chifuyu casi no pudo seguirle el ritmo. Un punto de inflexión había sido hace diez años, donde en una pelea Mikey había matado a alguien con sus propias manos y todos huyeron, Kisaki Tetta se había encargado de tener un chivo expiatorio, pero Chifuyu no aguantó el llegar a su complejo de apartamentos y vomitó en una calle cercana.

Habían matado, todos habían sido testigos, y aún así...

En ese momento, había sentido la mano de Keisuke sobre su espalda, reconfortante, no fueron a casa, sino que se quedaron en un parque cercano hasta caer la noche. Incluso el sabor del té de la máquina expendedora sabía amargo para Chifuyu. Baji le había dicho que podía retirarse de la ToMan si así lo consideraba, que muchas cosas iban a ir en picada desde ese punto, que tendría que hacer cosas que no pensó hacer y aceptar otras que le enfermarían, que quizá ni siquiera sea seguro para sus madres en el futuro. O seguro para ellos mismos.

-Baji-san, ¿si yo me voy, tú aún te quedarías, no es así? -había preguntado Chifuyu en ese entonces, sus pies rozaron la arena, abriéndose camino en ella y marcando el ritmo del suave vaivén del columpio.

-No voy a abandonar ni a rendirme con Mikey -fue todo lo que dijo, cuando Chifuyu detuvo su columpio, alzó su mirada hacia el otro, sus miradas se encontraron como muchas otras veces, pero esta parecía ser diferente, no había calidez ni frialdad, no había complicidad o indiferencia, no había una petición ni una exigencia-. No te pediré que hagas lo mismo.

Si Chifuyu pudiera marcar los momentos que habían cambiado su vida, podría decir que cuando conoció que Baji había sido uno de los más importantes, volverse vicecapitan fue otro, pero sin duda, este fue el más decisivo.

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